Reseña: Cyberpunk 2077. Big City Dreams, de Sztybor y Andrade

Continuamos devorando por aquí estos tomitos de la saga que tan buenos resultados están dando. En anteriores reseñas ya hice el alegado de ser un gran admirador de los cómics de Cyberpunk 2077 de Dark Horse, así como de venir enganchado a esta temática desde aquel juego de rol de los 90. He estado hambriento de contenido Cyberpunk durante la última década y Cyberpunk 2077 me está dando grandes momentos. Hasta al punto de tener la intención de escribir algún relato o novela corta con esta inspiración…, yo que juré que no volvería escribir ciencia ficción en la vida después de varios intentos desastrosos. Pero saliendo de mi egocentrismo, tengo que decir que el matrimonio Dark Horse/Cyberpunk/Panini Cómics es un trío liberal perfecto en sensaciones; porque Dark Horse es una de las pocas compañías que creo que realmente puede capturar esa actitud oscura y valiente y a Panini solo me queda agradecer el traer estas geniales ediciones por aquí. Con un estilo artístico que representa muy bien el universo futurista que representa.

La premisa de Big City Dreams es que Tasha y Mirek son un par de aspirantes a Edgerunners (contrabandistas de hardware), dos jóvenes chatarreros que merodean por las calles de Night City, los cuales se entregan a todo tipo de fiestas y neurodanzas. Uno de ellos aspira a convertirse en el gánster más infame de la ciudad, mientras que el otro ansía algo más temas como el amor, la esperanza, la sencillez. Tasha es de esas personas idas de olla que suele disparar su arma al azar mientras que Mirek le ríe las gracias y le apoya a pesar de que, bueno, no es psicóticamente violento. Pero todo esto cambia cuando Mirek se encuentra probando una danza cerebral (realidad virtual, para los que no sois fans de Cyberpunk) y experimenta la vida de un padre y esposo en una granja en las afueras de Night City. ¿Una premisa simple? En realidad, agradezco a los guionistas por haber ideado algo que jamás esperaba ver en un cómic de una ambientación como esta. Es un tema que resonaba bastante en el videojuego: ¿Deseas una vida tranquila o morir en el resplandor de la gloria?

Por otro lado, no estoy seguro de que Tasha sea lo suficientemente inteligente como para darse cuenta de que va a morir o que a alguien más eso le importe. Es de esas personas que ellas, y sólo ellas, eligen su propio destino. Ella cree que es una floreciente leyenda de Night City que matará para llegar a la cima y Mirek, por el contrario, está asombrado ante la posibilidad de que exista una vida tranquila. Y quiero experimentar eso en la vida de un granjero y hombre de familia, lejos de la violencia y la muerte.

Big City Dreams me gusta porque es una historia diferente que contiene más profundidad de la que pensaba. Tasha no tiene la educación, el temperamento ni las habilidades para alcanzar sus objetivos, pero tiene un orgullo sociópata inmerecido que le dice que matar chooms al azar en la calle de alguna manera la hará famosa. Mirek no tiene otros amigos ni seres queridos (no estoy seguro de si Tasha es su novia o no), por lo que simplemente está dispuesto a aceptarlo. La pregunta que te hace el cómic es clara: ¿De verdad eres feliz dentro de una relación tóxica?