Reseña: ¡Hagan sitio! ¡Hagan sitio!, de Harry Harrison

Minotauro Esenciales es una colección que, en definitiva, representa eso: libros indispensables de leer dentro del campo de la CF, aunque también algunos títulos publicados tocan muy de cerca el género de Terror. En efecto, una colección para no perderse a poco que te guste leer grandes historias creadas por maestros del fantástico. Y no podía falta una historia tan chula como es ¡Hagan sitio! ¡Hagan sitio!, de Harry Harrison. Una novela diferente y referente de la sci-fi norteamericana donde se explora las consecuencias tanto del crecimiento poblacional desenfrenado en la sociedad, como del acaparamiento de recursos por parte de una minoría rica. Una novela publicada originalmente por entregas en la revista Impulse que ambientada en el “futuro” agosto de 1999, nos muestra las tendencias en la proporción de los recursos mundiales utilizados por USA y otros países en comparación con el crecimiento de la población, y describe un mundo donde la población global es de siete mil millones de personas; plagado de hacinamiento, escasez de recursos y una infraestructura en ruinas.

La trama salta de un personaje a otro, contando las vidas de personas de diversos ámbitos sociales en la ciudad de Nueva York, con una población de 35 millones. Una forma de contar algo muy chula, muy cinematográfica, diría que actual y que me gustó tanto en su día que la utilicé para una de mis novelas. Pero lo que importa es, que en ¡Hagan sitio ¡Hagan sitio! conocemos al detective de policía Andy Rusch, de 30 años, que vive en media habitación y la comparte con Sun, un ingeniero jubilado que ha adaptado una bicicleta para generar energía para un viejo televisor y un frigorífico. Y cuando Andy hace cola para recibir su ración de agua cada vez más reducida, es testigo de un discurso público de los «Ancianos», personas mayores retiradas a la fuerza del trabajo. Entonces se desata un motín después de que en una tienda de alimentos cercana se ofrezca una oferta sorpresa de filetes «soylent» (soja y lentejas) y la tienda sea saqueada por la mafia.

Por otro lado, Billy Chung, un taiwanés-estadounidense de dieciocho años, roba una bandeja de filetes, se come algunos y vende el resto para recaudar suficiente dinero y conseguir trabajo como mensajero de Western Union. Su primera entrega lo lleva a un bloque de apartamentos fortificado, con los raros lujos de aire acondicionado y agua corriente para las duchas, le entrega su mensaje a un rico mafioso llamado «Big Mike» O’Brien y ve a Shirl, la amante de Mike, de veintitrés años. Billy sale del apartamento pero lo arregla para poder volver al edificio más tarde. Irrumpe en la casa de Mike, pero cuando Mike lo atrapa en el acto, Billy lo mata accidentalmente y huye. Una evidencia que conectará a Andy con los demás personajes pues durante su investigación, se enamorará de Shirl.

Una historia que tiene un final descorazonador.

La novela fue la base para la película Soylent Green, de 1973, que a muchos nos encantó. Aunque aquel guion cambió gran parte de la trama y el tema e introdujo el canibalismo como una solución para alimentar a las personas.

Harry Harrison afirmó que la idea surgió de un tipo hindú que conoció después de la guerra, en 1946, que le habló sobre el tema de la súper población en el planeta. Y hasta el momento, no había oído hablar a nadie de ese tema. Le dijo dijo también:

-¿Quieres ganar mucho dinero, Harry? Tienes que importar anticonceptivos a la India.

Pero Harry se negó a ser el rey de los preservativos en el país del curry.