Reseña: Kaos y Lobezno. Fusión, de Louise y Walt Simonson, Muth y Williams
Cuando lo vi entre las novedades, me llamó la atención y recordé algo que tenía pendiente. Y era la lectura de este tándem entre Lobezno y Kaos. Pero lo que hizo que quisiera leer si o si este 100% Marvel HC que recién publica Panini Cómics fueron dos cosas: lo había dejado pasar en su día (es una historia de finales de los 80). Y lo segundo es que no recordaba que Fusion fuera una trama salida de dos grandes guionistas como son Louise y Walter Simonson. Una pareja mítica que me ha otorgado grandes lecturas, algunas muy épicas.
Cuatro numeritos con un arco donde tener como protas a dos amigos, dos mutantes, dos miembros de La Patrulla-X, que lo van a pasar realmente mal después de que ambos sean emboscados en México por terroristas rusos y se vean atrapados en una red de traición e intriga internacional. Cuentan que leer esta trama a finales de los 80s provocaba una especie de shock. No pude leerla entonces ni después, pero la tenía presente en mis deberes. Así que intenté situarme en aquellos tiempos (que sí viví) y me encontré un arco particularmente impresionante, una partida de ajedrez posterior a la Guerra Fría con el trasfondo de Chernóbil. Trata el tema del desastre con dos superhéroes que llegan a estar a punto de caer, sobre todo, mentalmente, por lo que supone acarrear con miles de víctimas tras de ti. Esto pone los pelos de punta. Aparte, los fans de Lobezno, van a encontrar aquí una de las mejores interpretaciones del personaje.
Por otro lado, ah, los buenos viejos tiempos de cómics pintados. Una historia que contó con el impresionante arte de Jon J. Muth y Kent Williams, quienes ofrecieron una obra pincelada capaz de producir insólitas atmósferas. Casi todas las páginas de Meltdown son lienzos dignos de los mejores museos Marvel. Estamos ante una historia que es, sobre todo, para disfrutar de sus dibujos. Kent Williams colocó un Lobezno desgarbado y salvaje con su estilo suelto característico, mientras que Jon Muth trabajó en un Kaos y lo hizo más etéreo, al estilo James Dean, con acuarelas impresionantes. Cabe recalcar que en aquellos tiempos, este estilo de dibujo era todavía una novedad e independientemente de si se adaptaba o no a la trama, estos llamativos experimentos visuales eran como golosinas si buscabas algo diferente. Aun así, admito que puede que no sea del agrado de todo el mundo. Por eso, por mucho que me guste el trabajo de Williams, por ejemplo, puedo entender perfectamente que su estilo suelto y desgarbado puede no gustar a todo el mundo. Según los estándares actuales, creo que ambos artistas son anacrónicos, pero si estás abierto a algo diferente, es posible que quieras probarlo y des con uno de los mejores cómics que solo deban estar en tu cómicteca por sus gráficos.
Lo que me dijo un colega bastante crítico en su día fue. “Olvídalo. Píllalo sólo como excusa para disfrutar del arte”.
Kaos posee la habilidad de disparar devastadoras descargas de plasma.
Lobezno es un guerrero salvaje con una capacidad única de sanar, un esqueleto irrompible de Adamántium y afiladas garras del mismo metal. Qué os voy a contar a estar alturas.
Un cómic legendario que no debí dejar pasar en su momento.