Reseña: La Cosa del Pantano, de Alan Moore y VVAA
La historia del Universo DC se reescribió tras los acontecimientos de Flahspoint, aunque algunos sucesos permanecen inmutables. En el caso de La Cosa del Pantano, el espantoso ser del verde vivió cantidad de aventuras, pero al final fue poseído por una entidad malvada y fue destruido por un resucitado Alec Holland. No obstante, La Cosa del Pantano sigue existiendo entre nosotros… porque es siempre será una obra eterna, inconmensurable en el tiempo, en el mundo de los cómics, como es La Cosa del Pantano, de Alan Moore. Es LA OBRA. Uno de esos portentosos cómics que todo el mundo debería tener o, al menos, leer antes de morir. Un personaje errante, sin un alma que lo guíe… ¿o sí? Pues si, como en todo ecosistema donde un ser masculino necesita estabilidad, hay un ser femenino para dársela. Y es que La Cosa del Pantano siempre ha sido una de las colecciones más populares de Vértigo y posteriormente de DC cuando se hicieron los derechos. Se ha editado en mil y un formatos, y no sé ustedes, pero yo siempre he ido cambiando diciéndome: «Este es el definitivo». Pero cada vez que sale uno nuevo… le veo algo que me dice que «lo quiero». Y ahora es Panini Cómics la que nos lo trae en un genial tocho donde tenerlo todo-todito-todo para darte un buen atracón de buenos arcos argumentales. Esta versión recoge nada más y nada menos que del #20 al #64 y también el Swamp Thing Annual #2 USA. Es decir, todo en lo que el maestro Alan Moore metió mano, el mismo lugar donde cambió el modo de ver a esta aberración de los bosques.
Una etapa para el recuerdo.
La Cosa del Pantano sigue siendo uno de los personajes que más encandila a sus lectores y os diré lo que pienso sobre ello. En nuestro interior, aún quedan retazos de lo que Moore puso de moda en llamar, El Verde. Nosotros mismos somos ese Alec Holland que de un modo u otro investigaba una fórmula basada en plantas hasta que un accidente en su laboratorio desveló bajo un cuerpo en llamas, después de lanzarse al pantano, un monstruo vegetal. Alguna vez fuimos células (aunque no vegetales) pero estamos en un porcentaje muy alta cerca de ellas. Por supuesto, más cerca aún del tema animal, por eso Moore, que era consciente, también nos muestra una extraña criatura que conecta y tiene poder sobre el mundo que Alec llega a conocer en cuerpo y alma de La Cosa del Pantano.
Creo que el mensaje que aporta esta serie es un mensaje que tenemos grabado en nuestro instinto desde que el hombre es hombre y de lo que fuimos antes de serlo. Todo lo que vive Alec junto a su chica, el tema de las sectas, la casas encantadas y el ataque al sector industrial, no son otra cosa que aventuras que nos enganchan a vivir de la mano el sufrimiento que el personaje comienza a ver con otros ojos. Unos más cercanos a la naturaleza, esa naturaleza que sufre. No obstante, diría que es un mensaje que nos hace fuerte, a la vez nos gusta porque las historias que crea Alan Moore junto al dibujazo de maestros como Alfredo Alcalá, Stephen Bissette, etc, etc, ya os aviso que se os quedarán grabadas de por vida. En más de una tarde de cafelito y cómics ha salido a colación esta obra y hemos tenido debate hasta la hora de cenar… Porque cada vez que la leo (mínimo una vez al año cae) para mí representa un nuevo comienzo, una nueva saga, un nuevo serial de la mano de un equipo de lujo. Son sueños hechos cómic, son hechos trama con un personaje que enamora, son sentimientos oníricos que se compaginan bastante bien…, me atrevería a decir que con cualquier tipo de lector. Una vida normal y sin complicaciones que cambia. Que mira a la madre tierra. Con detallitos chulos como ver a Superman apareciendo en el bosque y echándole una mano en una aventura. Seres infernales que surgen de las entrañas de la tierra o males invocados por un grupo de ocultistas que solo quieren ver el mundo arder. Un ser infernal que ha surgido de lo más recóndito al que se enfrenta otro que tiene a sus vástagos en la Tierra, a los que llama para que se levanten y hagan correr el más duro de los infiernos tras sus pasos. Os aseguro que La Cosa del Pantano pese a su tamaño, dura un suspiro. Una vez que “entras” con el personaje, no se puede parar de leer.
Se percibe rápido que es uno de los guiones mejor labrados, en general, que parió la mejor década de todas en cuanto creatividad como fueron los años 80. Tiene partes buenísimas y el género de Terror muy presente (que supongo que es lo que a mí me cautiva). En fin, son todo halagos para la vuelta de un personaje que creara Len Wein y Bernie Wrightson en su día pero al que Alan Moore (V de Vendetta, Watchmen y muchos títulos más) consagró para la eternidad.
Todo lo verde es bueno.