Reseña: Meddling Kids, de Edgar Cantero

Ha tardado pero ya está aquí, en nuestro idioma, este libro que tan buenas sensaciones dio al publico norteamericano en 2017. Un español petándolo en la lista de best-sellers del New York Times.

Oí sobre Meddling Kids, de Edgar Cantero, comparaciones de todo tipo; que si Los Goonies, E.T., Cuenta Conmigo (Stand by me) o la concurrida para estos argumentos de grupos de niños en apuros con misterio de fondo, Stranger Things. Incluso, Scooby Doo…, que aunque tiene algo, en mi opinión, no le hace ningún bien esa comparación. Es más It. Y es cierto que recuerda a estos grandes títulos, pero friends, queridos friends, siempre hay más. Meddling Kids es una idea brillante unida a una ejecución hermosa y con un tono perfecto. Una yuxtaposición de nostalgia de casos detectivescos de colores primarios con un subtexto de sobreviviente de trauma seriamente oscuro que golpea como agua helada cada vez que empiezas a divertirte demasiado. Por muchas cosas. En especial, esos recuerdos que tenemos de vez en cuando, a lo que debe haber sido ser un niño asustado, con un monstruo en la puerta arañando para entrar.

Bien, pues la nueva novela de Edgar Cantero ya está aquí de la mano de Insólita Editorial, con una buena traducción de Christian Rodríguez . Donde de primeras nos topamos con Andy, uno de los cuatro personajes principales, miembro de por vida del Club de Detectives de Verano de Blyton que en el bonito año de 1977 (jeje) desenmascaró al monstruo del lago Sleepy muy a lo Scooby Doo, pues resultó ser un imbécil con una máscara de goma que intentaba ahuyentar a la gente de la mansión encantada del pueblo donde buscaba oro. Trece años después, estos chicos viven atormentados por los recuerdos de unos hechos que difícilmente pudieron ser obra de un tipo con una máscara. Hay cosas que no cuadran cuando las piensas con mente de adulto. Andy fue la bossie a la que probablemente y pese a sus travesuras a todo el mundo le caía bien. Tim, cabe señalar, es un perro. Un weimaraner, bisnieto del intrépido Sean, quien junto con Andy, Kerri, Peter y Nate años atrás, vivió aventuras de detectives en sus veranos -vacaciones escolares- en Blyton Hills, Oregon. Junto al canino, Kerri, la otra niña del grupo de entonces, ahora ahoga sus penas en el alcohol. Nate, el fanático de las novelas de terror está internado en el manicomio de Arkham, Massachusetts, pero Nate sigue en contacto con Peter, el deportista convertido en estrella de cine que fuera el líder de la pandilla… Y eso que lleva años muerto.

¿Todo esto os resulta (fans de Stephen King) de algún modo familiar? Debería. Y aunque no hayáis (por amor del destino) leido nunca nada del Rey del Terror, como niños de los 80s el argumento os tiene que resultar familiar/atractivo si vivisteis en primera persona el querer ser detective, investigar casos tan siniestros como misteriosos. Fue una moda que nos atrajo y que vivimos muchos en nuestra infancia. Los dibujos animados de los sábados por la mañana, aventuras y casetas en los árboles, una cueva nueva por descubrir, encontrar una bicicleta o muñeca perdida, un día en el bosque, en el Canal de los Presos, en la Universidad abandonada; lugares que nuestros padres no querían ni que pisáramos… Todo esto debería seros tan familiar como vuestro aliento. Eso sin mencionar a todos aquellos fans de Los Cinco, de Enid Blyton. ¿Niños Entrometidos? Bonito y feo a la vez titulo en español, pero una idea rescatada muy chula de Edgar Cantero que da para unas buenas tardes de lectura.

La nostalgia. La verdad de la vida. Amigos que fueron y que ahora son unos extraños más. Gente con las que compartisteis todo, hermanos eternos de entonces, el último verano que los separó. Punto y aparte y caminos separados. Hasta que alguien dice basta. Casi siempre hay algo por lo que volver a ser lo que fuimos. Siempre quedará algo que nos une. Ninguno de ellos habló sobre los cadáveres que colgaban de los árboles alrededor de la mansión encantada. Nadie habló de lo que realmente pasó en las mazmorras. En los 90s, Andy es una delincuente buscada en dos estados pero lo único que realmente le persigue es el Terror de su infancia. Kerri se bebe sus pesadillas en la ciudad de Nueva York y ve en el hielo el Mal. Nate, entre locos, intenta ocultarse y Peter, el perfecto, ya no existe. Ese si que descansa. Suicidios a un paso. Pero Andy ha decidido que es hora de volver a unir a la pandilla y regresar a Blyton Hills. Hallar la tranquilidad, la paz mental, resolver aquel misterio con mente adulta y eliminar ese cáncer que los haido devorando lentamente.

Meddling Kids es ese libro que quieres leer y lo sabes. Antes de que se convierta en peli. Trama divertida, triste, trágica, terrorífica y muy pulp. Tu niño interior quiere saber.