Reseña: Aniquilador, de Grant Morrison y Frazer Irving

Con el poder fácil de crítica internetera, nos estamos volviendo bastante exigentes. La crítica fácil, hiriente, en muchos casos, está a un paso. Y encima te suele venir de un verdadero «entendido». Todo esto en el sector que quieras. Amplia oferta. En el mundo literario y de cómics, hasta te suele venir de un bebé de veinticinco años que se aburre más que respira. No obstante, leer reseñas, criticas de un cómic USA nuevo, y que el noventa y nueve por ciento de la gente lo categorice de 10; eso no es raro, sino lo siguiente. Es de extrañar y asusta. Por qué todo lo que mayoría pone por las nubes, al que mira de soslayo le tira para atrás. ¿Cierto, señor filósofo? El ser humano es bastante complejo. Y da igual si en este caso el tema viene de la mano de un autor de renombre como es Grant Morrison. O quizás no de igual por que yo con Morrison siempre tengo sentimientos encontrados. Excepto cuando hace Ciencia Ficción. CF obtusa de la buena.

Aniquilador (Annihilator) es el último trabajo de una nueva era en la carrera de Grant Morrison. Uno de los autores más prolíficos y comercializables del noveno arte. Después de trabajar como un importante arquitecto y escritor en DC Comics durante décadas, Morrison pasó a proyectos propios comenzando con la miniserie Happy!, que tanto me encantó en su día. Y me remito a ella para comparar. Pues Happy! encuentra esperanza en el dolor, mientras que Aniquilador se centra en la desesperación que es el centro de la creación. Y con esto hablo del autor así como del protagonista de Aniquilador. Quien crea tiene que afrontar constantemente el abismo de la nada, creando algo de donde  no hay nada y se enfrenta al fracaso y el abandono. Con humor seco, atmósfera inquietante y una dosis de asombro de CF, es cierto friends, Morrison aquí crea una maravillosa trama.

Los eventos de Aniquilador siguen a dos personajes, ambos viviendo en una confusión de ficción y realidad. Nos presentan a Ray Spass (que no se donde oí que se pronuncia Ray «Espacio»), un guionista de cine que alguna vez fue famoso y al que se le ha dado una oportunidad de franquicia cinematográfica titulada Aniquilador, como un medio de salvar su decadente carrera. Ray quiere contar la historia definitiva de casa encantada pero ambientada en el espacio exterior. Como tal, se ha mudado a una mansión terrorífica de esas que vienen con historias paranormales detrás aparte de oscuridad y depravación. Ray tiene muy claro que su nuevo guión se centrará en el personaje de Max Nomax (un gran nombre morrisoniano que representa astutamente la dualidad), y todo como si Nomax viviera una vida normal. Dos tipos que se ven peculiarmente similares, pero tienen estilos drásticamente diferentes. Aparte de que ambos están preparados para esos agujeros negros simbólicos y literales… Es decir, el meta-cómic dentro del meta-cómic.

Los agujeros negros son un símbolo recurrente desde que empieza la trama. Lo que subraya su intención muy al estilo del film Donnie Darko. No obstante, este cómic trata al cien por cien la desesperación del acto de la creación… cuando no aparecen las musas. Para Nomax es como encontrar la cura a la muerte, para Spass es el proceso de comunicar una visión (más una pequeña cura de muerte) desde el sumidero de esa mansión ubicada en Hollywood donde los agujeros negros representan la finalidad de todas las cosas. ¿Cómo en todos lados?¿Es de extrañar entonces que se detecte otro agujero negro (juego de palabras) en una resonancia magnética del cerebro de Spass? Aquí hay que darle al coco, como suele pasar cuando Morrison se pone “durete” al intentar una renovación creativa. Spass enfrenta su desafío más difícil al escribir esta película. Depende todo del acto de borrar el interior de la mente, una idea que parece funcionar en múltiples niveles de significado. Y si no me explico bien, mejor leer el cómic… jajaj. Un tomito en el que Frazer Irving aporta un dibujo semi-realista y semi-fotográfico que me dejó ojiplático. (¿Veis a Prince por aquí?).

Aniquilador es de esas historias que dejan muy buen sabor de boca pero que casi no entiendes. Al menos, en mi caso. ¿Otra comparación peliculera? Lo mismo me ocurrió con Interestellar.