Reseña: Misuk. La Chica del Año, de Cheong Won

Me gusta que una editorial como Quaterni, especializada en literatura oriental, haya decidido publicar manhwas que no son otra cosa que el término general coreano para denominar las tiras cómicas e historietas, es decir, el equivalente coreano a los mangas japoneses. Donde la principal diferencia y diría que única, es que estos tomitos sí se leen verticalmente y de izquierda a derecha, como el modo occidental. Misuk: La chica del año es el primero de estos volúmenes publicados por la editorial. Y espero que sea el primero de muchos. Un relato en este caso sobre la soledad que se puede sentir viviendo en familia y sobre el daño que nos provocan los seres queridos en ciertos momentos de nuestra vida. La historia de Misuk (Mi-sook), quien se destaca como un «yo» fuerte y adecuado para cualquier chica joven, comprende una novela gráfica que no deja indiferente en cuanto a sentimientos. Quaterni ha publicado un trabajo muy esperado por estos lares, un título que lideró la industria del cómic en 2019 por Oriente, pese a que fue un año difícil para todos. Y eso que es un manhwa de un escritor novel como es Cheong Won.

Misuk se publicó por entregas en la plataforma de webtoon Pinetoon, y fue un cómic que ganó mucho con el boca a boca. Se convirtió en un tema candente no solo entre las personas que leen cómics sino también entre las personas a las que les gusta la literatura. La publicación en formato papel fue importante porque mejoró aún más la calidad del trabajo al modificar la configuración y el contenido de la segunda mitad de la historia. ¿Y qué cuenta? Es la historia de crecimiento de Misuk (Jang Mi-sook), nacida en la década de 1980, de quien siempre se burlaban en la escuela por ser una niña «inmadura» debido a su nombre. Representa líricamente los años de adolescencia del personaje principal, quien crece sola y sin apoyo bajo un padre incompetente y opresivo; y una madre que siempre está cansada de administrar la casa. También tenemos a su hermana mayor Jeong-suk, que ha entrado en la pubertad. Lo que me encantó muy mucho de esta novela gráfica fueron sus dibujos y como evocan una emoción única a través de delicadas reproducciones de paisajes coreanos familiares de los pasados años 80-90 hasta principios de la década de los 2000. Que tampoco hace tanto.

Los conflictos que Misuk experimenta dentro de su familia y la soledad que siente entre sus amigos evocan una profunda simpatía en todo momento. Esto se refleja muy bien en los dibujos, en cada viñeta. Ponen el vello de punta. A eso hay que sumar un ritmo único y diálogos con estilos muy directos que se agradecen. La vida misma. Misuk es una chica que lucha por llegar a ser una adulta buena. A lo que doy gracias porque el autor decidiera terminar la historia con una buena noticia que deja un bienestar de lectura y de buen rollo.

Provoca reflexión.

Dicen que Misuk es una amiga inolvidable que recuerda a los personajes de Studio Ghibli. Estoy de acuerdo. Una obra esperada y aclamada, fruto del talento del renombrado dibujante y escritor, Cheong Won, la aparición de un personaje al que merece la pena prestar atención que evoca que siempre existe la posibilidad de un nuevo comienzo.

Por otro lado, decir que adoro la textura de portada y contraportada de los títulos de Quaterni.

Reseña: La Espera, de Keum Suk Gendry-Kim

De esas veces que uno empieza la casa por el tejado y debido a las buenísimas críticas de Hierba, no se puede contener, no puede esperar y decidí leer y reseñar este tomo magnífico que edita Reservoir Books que no es otra cosa que La Espera, la nueva historia que parte de la cabeza de la surcoreana Keum Suk Gendry-Kim y que con mucha implicación histórica nos sumerge en ese ejercicio político de discernir cómo el ser humano, en dos países que en realidad son uno solo; como dos vecinos que son familia pueden llegar a odiarse tanto. Y todo por culpa de otros.

Keum Suk Gendry-Kim (1971) salió de Corea del Sur en 1994 y estudió pintura en Estrasburgo. Vivió en París durante casi veinte años donde empezó a colaborar en varias editoriales traduciendo obras del coreano a la vez que produjo algunos títulos para niños inéditos en el país galo. Pero volvió a su país natal y recibiendo una fuerte influencia de mangas shojo como The Generous Bandit, de Lee Doo-ho y los cómics de Lee Hee-jae; decidió crear y lanzar lo que ha sido su mejor obra a nivel mundial. Os hablo de Grass (Hierba), con la que obtuvo en 2019 una mención especial en el premio Bulles d’Humanité que da el diario L´Huimanité y en 2020 un Premio Harvey a Mejor Libro Internacional. Y es que a menudo, hemos oído hablar de Corea del Norte, ese país que se ha vuelto extraño y anacrónico a fuerza de haber permanecido tantas décadas bajo un cristal, gracias a una dictadura de opereta que pretende hacer del comunismo un escaparate para el mundo. Pero recordad, que al igual que la denostada mención que hiciera USA en los años 50 de este concepto político, estamos ante un comunismo mal interpretado o llevado al terreno de lo dictatorial. Dicho esto, se escucha hablar mucho menos del periodo importante de la historia en el que Corea fue dividida en dos por una frontera extremadamente estrecha que ni siquiera el canto de los pájaros parecen poder cruzar.

En La Espera la historia comienza en 2018. Madame Lee tiene más de noventa años y parece «doblada» bajo el peso de los años. La anciana se dedica a sus asuntos con dificultad en su pequeño habitáculo, medio ciega, debido a una catarata mal tratada, luchando constantemente con los controles remotos que le brinda la actualidad. Su hija, ocupada con un trabajo en el que pagan muy poco, no siempre tiene tiempo para cuidarla, y se lo reprocha mil veces. Pero a pesar de sus inconvenientes relacionados con la edad, la señora Lee quiere seguir siendo coqueta y se aferra a la vida, pues mantiene la íntima esperanza de volver a ver a su hijo y a su esposo, a quienes perdió durante el éxodo durante la Guerra de Corea, a principios de los 50. Fue terrible aquel momento. El de apartarse para darle el pecho a su infante y ver que habían desaparecido cuerpo y bienes sin dejar rastro alguno. Todo, en medio de la aglomeración de civiles que huían del Norte retenido por los comunistas. Cinco cortos minutos que bastaron para separar a una familia para siempre…

Madame Lee pasa lo que le queda de vida esperando. Esperando a esa familia que tiene en el lado equivocado, cautivos de esa prisión al aire libre en la que se ha convertido Corea del Norte. Terrible historia que si dejas que fluya, sufrirás en tus carnes el dolor del anhelo de la señora Lee. Keum Suk Gendry-Kim traslada demasiado bien el dolor en un guion que deja desconcertado. No sé si La Espera habrá permitido a la autora (sur)coreana reconciliarse consigo misma y superar la culpa que la atormentaba pero, sin duda, volvemos a estar ante un manhwa súper recomendable. Un guion de éxito. Un magnífico homenaje de emoción contenida, sin lágrimas inútiles de las que ya no brotan de una mujer fuerte. Como dijo alguien: «La piedra nunca se quejó».

Reseña: Mamás, de Yeong-shin ma

Un cómic, un manga, un manhwa que reivindica lo que es ser de verdad una mamá de mediana edad es Mamás, de Yeong-shin ma. Un tomito, una historia, un volumen la mar de interesante que acaba de ser publicado por Ponent Mon en nuestro país. Tres madres en la cincuentena no soportan más la carga de sus parejas ni los trabajos serviles de jefes controladores que las atosigan. Lee Soyeon se divorció hace años de un marido ludópata y está en otra relación pero igualmente agotadora; Myeong-ok tiene una aventura con un hombre más joven…; Yeonjeong tiene en el punto de mira a un conocido del gimnasio pues tiene un marido con disfunción eréctil. Aburridas de los coqueteos convencionales, son personas que empiezan a sentirse libres de abrazar por fin aventuras «escandalosas» y empiezan a luchar contra los contratiempos del destino. Una notable historia que ilumina los anhelos y deseos de cuatro mujeres de mediana edad «invisibles».

¿Cómo es ser una mujer de mediana edad y no morir en el intento? Lee Soyeon es una mujer divorciada de unos cincuenta años que trabaja como limpiadora en un edificio de apartamentos de Seúl. Su vida no es fácil. Sus jefes son malos, y su hijo treintañero, que aún vive en casa, es un derrochador que nunca mueve un dedo para ayudarla. Pero lo más doloroso de todo es que su novio, Jongseok, es otro perdedor irresponsable y le reveló recientemente que durante los últimos tres años la había estado engañando. Y, sin embargo, no importa cuánto lo intente, no puede dejarlo. En la cama por la noche, el teléfono de Soyeon yace a su lado como un ataúd en miniatura, un portador nocturno de malas noticias a cuyos pitidos, mensajes y alertas sigue siendo cruelmente adicta, por cierto. Pero, ¿existe alguna luz al fondo del túnel?

Sus amigas Myeong-ok y Yeonjeong tienen vidas amorosas casi tan complicadas como la suya y hay solidaridad al hablar con ellas (y les gusta charlas entre quejas). Y el carácter al final tiende al optimismo incluso en los momentos más sombríos. Por ejemplo, a Yeonsun le encanta salir a bailar tarde, divertirse con un hombre tras otro y burlarse de todos ellos. Por que los hombres de mediana edad también son unos inútiles; tan torpes, tan elegantes, tan inconscientes… Y se divierten de algún modo fingiendo ser diez años más jóvenes de lo que son. Es un viejo juego suyo ese de persuadir «tontos» para que paguen las cuentas del bar… La perspectiva de la soledad puede ser algo macabro para el (o la que está) sumergido en ella. ¿Y qué harían unas mujeres asi sin tenerse las unas a las otras?, se preguntan mientras se dirigen a casa, pero le brindan tanto la liberación como la dignidad que anhelan. ¿Están vivas, ¿no? Y donde hay vida, hay esperanza.

Yeonsun y compañía son las estrellas o estrelladas de Mamás, una novela gráfica de Yeong-shin ma que se publicó en su Corea natal en 2015. Es un cómic, un manga, un manhwa tan notable como triste y alegre al final. Si sabes encontrar el trasfondo, las menciones a la vida, a la evocación del paso del tiempo a la que se refiere, te gustará. La idea es sentirse como un hermoso y rico huevo a punto freír aunque te viertan sobre una sartén vieja. Mamás es la primera novela gráfica del autor y apareció en las mejores listas de 2020, ganando el Premio Harvey 2021 y ha sido nominada a varios premios.

Reseña: El Árbol Desnudo, de Keum Suk Gendry-Kim y Park Wan-seo

Si ya es difícil encontrar un manga coreano (manhwa) recién publicado en nuestro país, imaginad que encima contiene una buena historia, basada en una historia real y novela de Park Wan-seo. Una trama que dudo mucho que la vayáis a ver traducida en nuestro idioma alguna vez. Una obra de culto de la literatura coreana que Keum Suk Gendry-Kim adapta, una novela gráfica impregnada de delicadeza, una lectura profunda y conmovedora para adentrarse en el corazón de la historia de Corea.

En El Árbol Desnudo nos vamos a Seúl, en 1951, donde conocemos a Kyung, una joven que vive sola con una madre que se ha vuelto irritable y está enojada con su hija después de la muerte de sus dos hijos que murieron en uno de los bombardeos. Kyung trabaja en una tienda para soldados estadounidenses destinados en Corea. Allí conoce a un joven pintor refugiado del norte que crea por encargo, a falta de algo mejor, cuadros sobre seda para militares que quieren llevarle un detalle a su novia. Poco a poco se va tejiendo una relación entre estos dos seres llenos de soledad, un incipiente amor platónico que irá sumando entre los diversos encuentros de estas dos almas perdidas en un mundo demasiado duro para ellos donde hasta los referentes se difuminaron.

Una hermosa adaptación de la novela homónima de Park Wan-seo publicada en 1970. En un blanco y negro común de estas obras donde deslizarnos como observador/a en la lenta y dolorosa vida cotidiana de Lee Kyung y Ok Heedo. Para seguir a través de las páginas el destino de estas dos personas que una vez existieron realmente, y unidos por un amor imposible que les permitirá aguantar ante las desgracias a las que son sometidos.

Una novela gráfica de casi trescientas páginas que se devoran cual plato de jamón en mesa de degustación. Delicadeza y delicadeza, son las palabras que emergen de mí cuando quiero describir todo lo leído, todo lo que sucede en El Árbol Desnudo. Sumergirse en una sociedad herida, una sociedad socavada por la guerra, una historia bastante pausada pero que alterna con momentos duros y otros más ligeros. ¿El hilo conductor? La metáfora del árbol que pierde su follaje con el paso del tiempo y que, aunque llega a estar totalmente despojadado de verde, no muere. Una referencia a una pintura famosa del artista coreano Park Soo-keun cuyo título fue tomado para la novela original de Park Wan-seo.

La delicadeza hecha historia.

Hecha novela.

Hecha manhwa (manga).

Una lectura profunda y conmovedora. Un escenario de los que pone los pies en la tierra, a todo aquel que se queja constantemente de lo puñetera y mala que es su vida.

Friend, recuerda que siempre hay alguien en peor estado que tú.

Siempre.