Reseña: Måneskin, de Guia Cortassa y Sara Rotlich

También le doy a la música si. Hombre, por favor, qué ser humano puede obviar música y lecturas… Y también me interesan las anécdotas de ciertos músicos en formato cómic. Porque es un modo de saber qué de ellos mola o no. Las mentes curiosas, las mentes inquietas, tenemos eso: queremos saber. Por eso me llamó muy mucho la atención este álbum que recién publicó Dibbuks. Tras estos grupos (sobre todo, los de rock), que brotan y pegan tan fuerte de repente, siempre hay curiosidades por descubrir.

Dicen por ahí que Måneskin es el retrato de una generación cosmopolita que camina sin etiquetas claras, dispuestos a ocupar su propio espacio sin necesidad de transigir pero que en apenas cuatro años consiguieron ser teloneros de los Rolling Stones y que conquistaron escenarios de eventos importantes, desde el Factor X italiano pasando por el Festival de San Remo hasta que llegaron a ganar Eurovisión. Después los pudimos ver en los MTV Europe Music Awards. Y cuentan que Iggy Pop flipó cuando los vio por primera vez. Victoria De Angelis y Thomas Raggi son el núcleo, luego se incorporó Damiano David, y sólo quién ha formado una banda de rock sabe lo complicado que es encontrar un batería. Para ellos no fue menos así que pusieron un anuncio en Facebook y acudió Ethan Torchio, y el encuadre no pudo ser más perfecto. Así nació Måneskin, un grupo cuya música ha sido descrita como una fusión entre pop rock, rock alternativo, glam rock y hard rock, pero que a todos los que nos flipa el rock de los 70 y 80 nos atrae porque aportan totalmente aquellos sonidos y estética.

Según el líder Damiano David, la banda es «una transición entre la música del pasado hacia la modernidad». Su estilo, carácter y apariencia, que mezclan características del rock con rasgos de moda italianos, ha llamado poderosamente la atención, sobre todo en públicos jóvenes y eso, en mi opinión, es lo que les hace fuertes.

Este cómic cuenta la historia de una de las bandas que ahora encabeza las listas de éxitos de todo el mundo. Guia Cortassa y Sara Rotlich han llevado su historia al cómic. Tenemos aquí un gran regalo para los amantes de la música.

Reseña: La Esperanza Pese a Todo. Cuarta Parte, de Émile Bravo

Se quejan de Émile Bravo que tiene su propia manera de construir sus intrigas: es excesivamente condensada, como si siguiera los códigos de las tiras cómicas de antaño. Para mí, en La esperanza pese a todo, tenemos una trama en cuatro álbumes que se lee de un tirón. Un cómic que con sus gráficos, bastante rígidos, actúan como un espejo para encerrar una impresión de pesadez que agobia como la misma historia que cuenta. Una crítica que también encajaría perfectamente, por ejemplo, con Blake y Mortimer, de Edgar P. Jacobs; leer sus cómics se vuelve un poco tedioso pero tienen ese «algo» que atrapa. Porque en La esperanza pese a todo, Bravo sitúa a los personajes de Spirou y Fantasio en la Bélgica ocupada durante la Segunda Guerra Mundial. La temática es extensa, el tratamiento al unísono, ¡es tan ambicioso como cautivador! Venimos de lo sucedido en el anterior álbum (https://www.cronicasliterarias.es/?p=1422) donde tras conocer a la Bélgica de 1940, cuando este pequeño país está a punto de ser invadido por el ejército alemán y nuestro valiente Spirou actúa como botones en el Hotel Moustic, Fantasio se dedica en cuerpo y alma al ejército belga…

En el segundo volumen entrábamos de lleno en la guerra, en la privación, la humillación, donde a pesar de sus condiciones de héroes, Spirou y Fantasio no escapaban a las consecuencias de la ocupación alemana y desempleados, debían encontrar trabajo para no dar de bruces en la calle. Así que echándole imaginación, montan un pequeño espectáculo de marionetas para distraer a los niños. Y afortunadamente, un «patrón», les da la oportunidad de ofrecer sus servicios en las escuelas públicas de toda Bélgica. Y con ello, todo cambia. En la tercera parte, mientras Fantasio hace todo lo posible por encontrarle sentido a su vida, a este destino aciago que en la vieja Europa se puede vivir (y conquistar a la mujer de su vida), Spirou intenta hacer lo correcto a riesgo de verse llevado a actos heroicos que le pueden llevar a una muerte directa.

Ahora, en este remate final, en un álbum mucho más corto en comparación a los demás; pocas cosas se desarrollan más. Pocas novedades. Simplemente concluimos a lo que había pasado antes. Esto no es nada malo pero que duda cabe que estamos hablando de una miniserie que debió ser distribuida como una obra integral porque me da que es como así como está escrita y como se disfrutaría de todas-todas. La esperanza pese a todo es un título en el que se “disfruta”, el viaje.

Es una obra importante que combina acción, humor, romance, verdades históricas, comentarios políticos y reflexiones filosóficas, y todo ello al servicio de un cómic dirigido, en mi opinión, a jóvenes. Todo padre, todo bibliotecario, todo librero, maestro o maestra… debería recomendar o promover esta lectura entre los adolescentes a los que puede llegar.

Estoy con todo aquel que dice que aunque salga este volumen económicamente más caro trayendo menos páginas, por lo menos lo tenemos aquí. Nos ha llegado todo. Porque esta miniserie había que terminarla y tenerla. Hablamos de una historia, de un cómic, que se queda grabado para toda la vida.

Reseña: La Esperanza Pese a Todo. Tercera Parte, de Émile Bravo

Una buena serie de la BD que espero con ganas, que está compuesta de cuatro álbumes y acaba de salir el muy esperado tercer álbum es La esperanza pese a todo, de Émile Bravo. Desde 2020 no teníamos en nuestro país noticias de su continuación. ¡En 2020 se publicó la segunda parte! Cuidado. No es bueno jugar con el corazoncito de los lectores así. Pero bueno, lo que cuenta es que ha llegado y la intención de Dibbuks es volver a ponernos contentos porque (ya lo dije en su día) esta aventura de Spirou es más que indispensable.

Después de Diario de un ingenuo y la primera parte y segunda de La esperanza pese a todo, Dibbuks continúa trayéndonos esta genial recuperación de las tramas de Spirou. La variedad. La confianza de ceder un enorme y clásico personaje a nuevos autores para nuevas aventuras; ahí reside el éxito muchas veces. La colección Una Aventura de Spirou por… (Le Spirou de…) lanzada en 2006 al otro lado de los Pirineos por Ediciones Dupuis, que validó la opción de poder tener en nuestras manos, nuevas aventuras del botones más intrépido que el mundo del cómic ha conocido. Fue en 2008 cuando Émile Bravo presentó sus intenciones con el personaje en Diario de un ingenuo, un álbum muy reconocido entre lectores clásicos del personaje, que ganó además bastantes premios y eso provocó que de un one-shot, pasara a programarse una miniserie de cuatro álbumes como es la que os reseño hoy. La esperanza pese a todo trata una trama intrigante que engancha. Es un cómic, un formato, representante distinguido de la línea clara donde Émile Bravo domina perfectamente el arte propuesto anteriormente por Hergé con su Tintín, Tillieux con su Gil Jourdan o Edgard P. Jacobs en su Black & Mortimer.

La esperanza pese a todo nos lleva a la Bélgica de 1940, cuando este pequeño país está a punto de ser invadido por el ejército alemán y nuestro valiente Spirou actúa como botones en el Hotel Moustic, mientras Fantasio dedica cuerpo y alma al ejército belga… En el segundo volumen entrábamos de lleno en la guerra, en la privación, la humillación, donde a pesar de sus condiciones de héroes, Spirou y Fantasio no escapaban a las consecuencias de la ocupación alemana y desempleados, deben encontrar trabajo para no dar de bruces en la calle. Así que echándole imaginación, montan un pequeño espectáculo de marionetas para distraer a los niños. Y afortunadamente, un «patrón», les da la oportunidad de ofrecer sus servicios en las escuelas públicas de toda Bélgica. Salir de Bruselas, airearse, volver a contactar a amigos que durante algún tiempo se perdieron durante el Ocupamiento; son quizás virtudes de la vida que uno no recordaba. Y con ello, todo cambia. En esta tercera parte, mientras Fantasio hace todo lo posible por encontrarle sentido a su vida, a este destino aciago que en la vieja Europa se puede vivir (y conquistar a la mujer de su vida), Spirou intenta hacer lo correcto a riesgo de verse llevado a actos heroicos que le pueden llevar a una muerte directa.

Un tomo, un volumen, una serie que ningún amante del buen cómic europeo se debería perder. Donde Émile Bravo continúa su gran trabajo y consigue intrigarnos e interesarnos cada vez más con lo que está por venir. El cuarto álbum huele a final inolvidable. Y es que cuando alguien me pregunta, concretamente, de qué va esta serie, suelo contestar que es un magnífico cómic que cuenta la historia de la Segunda Guerra Mundial desde el punto de vista de un hombre o, más bien, de un niño con muchas miras. Donde Spirou se desespera por encontrar a Kassandra y donde el autor muestra muy bien la situación de los judíos, mientras que la represión nazi aumenta cada día. Destacando a su paso las ambigüedades del clero y presentándonos la supuesta Resistencia. Y cierto es que las aventuras que vamos leyendo no son tan impresionantes como de costumbre. Algunos pueden criticar la falta de cuerpo del legendario personaje y su compañero. Sin embargo, aquí todo adopta un tono más oscuro, necesario y se vuelve un cómic más serio, más adulto pero lleno de humanidad y realismo. Con una cuestión al final por parte del autor, que pone los pelos de punta:

¿Qué habríamos hecho nosotros en lugar de los protagonistas?

Reseña: Spirou y Fantasio Integral 1959-1960, de Franquin, Jidéhem y Greg

Casi un año después -pandemia mediante-, hemos tenido que esperar para poder gozar de un nuevo integral de Spirou y Fantasio, de esos cómics europeos que nos hacen gozar de lo lindo. Pero friends, la espera ha terminado. Un portentoso y nuevo integral viene de la mano de Dibbuks, el Spirou y Fantasio Integral correspondiente a los años 1959-1960, que vuelve a ser un título genial para unas buenas sentadas de lectura con una portentosa edición en tapa dura. Ese mismo lugar ideal para comprobar de todas-todas que Franquin sabía elegir a sus asistentes. Así lo atestiguo yo y así lo dice el editor, el cual nos pone en firme que André Franquin no creó a Spirou, pero que sí que le dio alma. Totalmente, de acuerdo, con esta opinión.

La Llamada del Miedo (La peur au bout du fil), así como los otros ocho o nueve álbumes recogidos aquí centrándolos todos en apenas tres historias, son álbumes restaurados, instructivos, muchos de los cuales enseñan sobre el métodos de hacer y editar una tira cómica; luego separable de una revista que abogaba cien por cien por difundir el cómic franco-belga. La Llamada del Miedo, sinceramente, no se puede abrir con un mejor álbum de misterio, un episodio de aventuras, dibujado por Franquin, reconocido por unanimidad como el dibujante más brillante de la serie, aunque Fantasio ya sabemos todos que es invento de Jijé, y el argumento de esta historia me dijo un pajarito que se la susurró el hermano de este último a Franquin. Donde El Conde de Champignac, inventor medio compasivo y medio peligroso, está en el centro de la intriga. Champignac finalmente ha logrado extraer el residuo tóxico de su famoso elixir X4, el que multiplica por diez las facultades intelectuales de aquel a quien se le administra. Ahora, muy entusiasmado, llama a su amigo Spirou para contarle la noticia. Pero mientras charlan, no presta atención al recipiente y se lo bebe sin querer, cual taza de café… Los efectos son particularmente devastadores.

Uno se siente FELIZ de poder volver a sumergirse en estas pequeñas historias ahora que uno las ve con otros ojos. Nunca se es lo suficientemente mayor para ser fan de cómics así. Tan indispensable historia la anterior como Z de Zorglub (Z comme Zorglub), que es la siguiente. Dibujos impecables de Franquin y Jidéhem, un escenario bien elaborado que al final justifica todas las preguntas que se puedan plantear. Pues, sin tiempo de inactividad, con una pizca de humor (esta vez) y siempre buenos gráficos; ¿qué más se le puede pedir a un integral? Una historia potente donde el malvado Zorglub lidera grandes hallazgos. Una atmósfera futurista que huele a clásica y pulpera Ciencia Ficción, con su eterno intento de esclavizar al mundo… Os aseguro, que ya no podréis volver a mirar la luna (y cierto gigante gaseoso) de la misma manera. Aquí se recogen todos los números de este extenso arco argumental.

El que le sigue y quizás más extenso es El Hombre de la Z (L´Ombre de Z). Trama donde Spirou, Fantasio y el Conde de Champignac van a Palombia para detener a Zorglub. Este título es obviamente secuela directa de Z comme Zorglub, y si fueran films, pues una muy buena segunda parte que concreta y cierra muchos frentes abiertos del álbum anterior. Aunque si hemos leído el excelente El dictador y el hongo, fácilmente podremos adivinar quién es la sombra de la portada (guiño-guiño). Y con la intrusión de Zantafio al final del álbum, sin duda, momentazo de la historia.

Me da que Franquin pudiera haber pensado en su momento el marcarse un díptico con estas dos historias juntas llamándolas «Z» o algo así.

Si se compara con ediciones integrales anteriores, en Spirou y Fantasio Integral 1959-1960 las planchas son menos numerosas. Hay poca informaciónen las viñetas pero muy certera. Grandes planos en su mayoría donde se brinda bastante por la ambientación. Los comentarios sobre los personajes recurrentes del pueblo y sobre la perspectiva en relación a la historia, están muy bien planteadas. Nos topamos siempre con Greg al guion y Jidéhem al dibujo. Todos futuros maestros del cómic, como bien se cuenta en los geniales artículos que inician el tomo. Álbumes, portadas, aventuras perfectas por su intensidad y gran concentración de humor…; buena trama, grandes personajes y dibujo.

No pidan más que no hay.

Reseña: Mutafukaz, de Run

Fuera de la moda o del «mainstream» (como se le dice ahora), en el mundo del cómic ocurre como en el cine: a «las afueras», es el lugar con más altas probabilidades de encontrar algo diferente, una historia inusual o que toque lo que otros antes pasaron por alto; paisaje nuevo, una ciudad pérdida en los vastos bosques del altiplano. Dibbuks es de esas pocas editoriales a las que tenéis que echar el ojo para encontrar fácilmente lo que os digo. Obritas que quizás de otra forma solo miraríais de reojo al pasar por una librería especializada y que, sin embargo, tienen ese algo que os atrae. Comento esto porque cumple todo lo que digo Mutafukaz, una de las novedades que regresa calentita a tiendas con su primer volumen y que es ese monstruito diferente que todos deseamos ver alguna vez en nuestras vidas para cerciorarnos que lo que muchas veces pensamos, existe.

El cómic Mutafukaz tiene historia dentro de la historia. Pero no la pondré aquí. Es labor de investigación vuestra. La trama tiene lugar en un futuro alternativo en una nueva ciudad llamada Dark Meat City, la ciudad más grande de New California que apareció después del Big One: un tremendo terremoto que destruyó parcialmente California. Megalópolis de varios millones de habitantes, Dark Meat City está contaminada, plagada de pandillas e inseguridad. Tenemos a nuestros dos héroes, Angelino y Vinz, que se ganan la vida en un barrio pobre, con sus amigas las cucarachas, luchando con trabajos ocasionales e inventando nuevas mierdas para arreglárselas a diario. Mientras tanto, reparten pizzas. Un día, Angelino es atropellado por un camión y ahí comienza el tema… Pero está bien, no preocupaos, sin embargo, empieza a tener extrañas alucinaciones, cree ver sombras sospechosas tras algunas personas que se mueven libremente y después de consultar a un médico, quien lo tranquiliza, él y Vinz son perseguidos por un escuadrón de policía sin razón aparente. Dos amigos obligados a huir, sin saber por qué, desafiando los peligros de esta ciudad más que inhóspita; entorno que recuerda mucho-mucho a mi amada peli The Warriors.

Lo primero que me atrajo cuando leí Mutafukaz (con ese provocador título que suena a lo que suena) es lo que se encuentra en la primera página interior y que tapa la presentación del título. Dice: «Totalmente desaprobado por la autoridad del Cómic-Code». Y ya desde la portada, Mutafukaz marca la pauta. Fuera de portadas convencionales o pasadas de moda y formatos congelados, este cómic contrasta radicalmente con todo lo que se hace en la tradición franco-belga y lo reivindica con audacia. Con oscuridad a cascoporro. Son algo más de cien páginas políticamente incorrectas, imaginativas, delirantes, que no se parece a nada que haya leído antes. Nada de una estructura fija a seguir. En este festival visual, cada página esconde un hallazgo, cada escena, un pretexto para un enjambre de ideas que quizás pueda resultar algo desconcertante al principio, porque no estamos acostumbrados a este tipo de batiburrillo artístico. De hecho, lejos de las referencias franco-belgas, me atrevería a decir que es una obra que extrae su esencia de la contracultura estadounidense y la animación japonesa.

El protagonista con un aspecto un tanto caricaturesco que recuerda a una especie de Mickey Mouse malo-malón y sin orejas, nos lleva del cuello a un universo hip-hopero y de guerra de pandillas. Este Angelino que nos encontramos al principio de la aventura y que parece arrastrar su culo por una una ciudad sórdida, entre entregas de pizzas, medita sobre la nulidad de su existencia y dedica las tardes a pasar el rato en medio de cucas en un piso-okupa que comparte con su mejor amigo. Pero como os decía, tras el accidente comienza la road-movie a pie, en medio de una gigantesca insurgencia urbana. Una trama rica en análisis y desvíos de guion que aborda temas complejos y fascinantes (ingeniería genética, secretos de estado, manipulación del clima, etc.) y que da un lugar privilegiado a personajes todos ellos más disparatados que los demás. No obstante, el autor aún logra hacer coherente una historia que reúne a luchadores mexicanos, platillos voladores, extraterrestres y bandas afroamericanas.

El sentido dentro del sinsentido.

Reseña: Midnight Tales, de Elsa Bordier y Mathieu Bablet

Después de haber lanzado un puñado de historias fantásticas y gores en la genial serie de relatos Doggy Bags que también publicó Dibbuks en nuestro país (este mes la cosa va de brujas) llega otra chulada como es Midnight Tales. Una serie donde encontramos autores que hicieron fama en la obra que os menciono pero también otros nuevos que tienen mucho que decir. De hecho, la presentación del volumen se asemeja bastante a la de Doggy Bags; donde se colaron sorpresas como el relato escrito Elsa Bordier e ilustrado por Mathieu Bablet.

El hilo conductor de Midnight Tales se centra en la brujería, particularmente, en la Orden de Medianoche, una sociedad secreta femenina que protege a la humanidad de las fuerzas ocultas más diversas que transitan nuestro mundo. Con esta premisa, tenemos cuatro relatos en formato cómic y otro en modo ilustrado que realiza Elsa Bordier. Por otro lado, en cualquier antología que se precie, la diversidad es fundamental (sobre todo gráficamente), pero no todo será necesariamente del gusto de todos. Por mi parte, disfruté bastante este primer encuentro y el descubrimiento de este pequeño mundo oculto que se nos ofrece. Además, me hizo muy feliz encontrar autores que realmente aprecio. Entonces, si, como yo, eras fanático de Doggy Bags, de su llevadero formato, y te gustan las historias de terror y temas paranormales, este nuevo volumen te puede molar bastante-mucho.

Cada uno de los cómics y el cuento de Bordier, ilustrado por artistas destacados de Label 619 (Guillaume Singelin, Sourya y un nuevo recluta, Gax Gax, alias Guy-Pascal Vallez, que es un ilustrador que ha bebido bastante biberón en Dungeons & Dragons) y por el director de proyecto Mathieu Bablet; en Midnight Tales ofrecen una visión única del universo que mezcla mitología y horror. Toda una serie de casos con diversas influencias “reales”, tanto del folclore local de ciertos países como de los clásicos de la literatura de terror. Es decir, las aventuras y los casos a los que se enfrentan la Orden de Medianoche por todo el mundo son casos que os van a sonar a la mayoría. En especial, si os molan los temas paranormales. El Último Baile, Samsara, Pesadilla desde la Costa y Jardín Demoníaco #1 son las historias en viñetas, y el relato ilustrado: Antes de la Tormenta.

Como lectores, no tendréis problemas para quedar atrapado rápidamente en el juego de escenarios que cuentan con personajes femeninos que han tomado su destino directas a luchas contra las fuerzas del Mal. Suspense, acción, emoción, todos los ingredientes fantásticos están ahí para deleitarse con estas tramas. ¿Pero sabéis lo que realmente mola? Los archivos diseñados por Claire Barbe a modo de articulo o recorte de periódico que se añaden al final de cada historia. Donde se ponen en contexto elementos fehacientes que pudieron (o no) haber tenido lugar en nuestra realidad y que rvieron de base verídica para las historias.

Me habían vendido a Mathieu Bablet como un pequeño prodigio pero yo conocía su trabajo hace tiempo. En Midnight Tales, los humanos han ido eliminando gradualmente los más mínimos rastros de magia: las brujas y otros exorcistas, el último baluarte contra los demonios y las fuerzas oscuras que amenazan al mundo. Pero nació esta sociedad secreta compuesta en su mayoría por chicas, que luchan en las sombras contra los espíritus malignos. Un nuevo proyecto colectivo especialmente prometedor. Influencias que van desde Lovecraft hasta los misterios que todo programa de radio o televisión trata asiduamente. Bajo una cubierta flexible y en formato cómic, esta primera obra resulta ser un gran éxito que merece un desvío a tu mirada al pijameo constante.

Sorpresita comiquera de este primer trimestre lector.

Reseña: Spirou y Fantasio Integral 1958-1959, de André Franquin y VVAA

¿Qué más podemos decir de una de las mejores series, puntal de lanza del cómic europeo, como es el Spirou y Fantasio, de Franquin? Cincuenta y cuatro álbumes avalan por el momento a esta musa viva de la Casa Dupuis. Seguir esta colección es casi pertener a un culto. En este cómic nacieron elementos que se han consolidado como auténticos mitos, ya sea a través de sus icónicos personajes (el propio Spirou y su eterno traje, Zorglub, Seccotine, Vito Cortizone, el Marsupilami, Champignac, Spip…) o por los trucos característicos que en ella salen (el «sable de madera» de Champignac, el «houba houba» del Marsu, Spip y sus avellanas, etc…). Son pocas las series franco-belgas que hasta ahora han conseguido convertir sus elementos constitutivos en iconos de la cultura del noveno arte. Riqueza en los personajes, las expresiones, da además lugar a un merchandising muy rentable: el Marsupilami se convirtió en héroe de su propia serie (¿leísteis la reseña de hace unos días?), Spirou fue adaptado en dibujos animados, existe o está en construcción un parque de atracciones centrado en el héroe y sus aventuras pronto en el país vecino… Todo son virtudes en esta serie. Y todo por que Spirou y Fantasio cuenta con bastantes aventuras de muy alta calidad. El que conozca la obra, sabe que los viajes de estos personajes suelen terminar invariablemente en aventuras memorables.

Este gran volumen que publica Dibbuks, Spirou y Fantasio Integral 1958-1959, vuelve a ser una genial y portentosa edición en tapa dura, para disfrutar. Un lugar ideal para comprobar de todas-todas que Franquin sabía elegir a sus asistentes. Encontramos a Greg al guion y a Jidéhem y Roba al dibujo. Todos futuros maestros del cómic. Álbumes, aventuras, casi perfectas, por su intensidad y gran concentración de humor, buena trama, grandes personajes y dibujo. Un sexto volumen que incluye El Prisionero de Buda, donde nos vamos a la mansión del Conde Champiñac donde Spirou y Fantasio encuentran recluido al inventor soviético Nicolas Nicolaievitch Inovskyev, el cual tras su fuga de su “hermoso” país, ha ideado un maravilloso invento por el que las grandes naciones están dispuestas a enfrentarse. No obstante, hay otro científico, el norteamericano Longplaying, que también conoce los secretos del Generador Atómico Gamma, y este ha sido secuestrado por los chinos y encerrado en el inexpugnable valle de los Siete Budas. ¿El camino de la izquierda o la derecha? Spirou y los Hombres Burbuja, no es la secuela de La Guarida de la Morena como muchos se piensan. Más bien es un raro spin-off que únicamente toma protagonistas y su excelente contexto para contar algo más. Recordemos que el objetivo inicial de las aventuras de estos años, era dar a conocer a Spirou en Francia en Le Parisien Libéré, periódico que tenía una gran difusión (¡La editorial Dupuis quería venderles las serie al público francés!). Y Spirou y los Hombres Burbuja se convierte en la mejor de las tres historias proporcionadas con ese objetivo. El ambiente policial es excelente y el guión está particularmente bien elaborado. Comienza con una explosión y la fuga de John Helena, luego regresamos al fondo del mar donde ocurren misteriosos sucesos. No cuento más, es maravillosa.

En 1958, Franquin estaba sobrecargado de trabajo: cada semana tenía que producir dos planchas de Spirou y Fantasio para el periódico, así como sus animaciones y gags de Modeste & Pompon para la Revista Tintín. Es por eso que contrata los servicios de talentosos colaboradores; Tembo Tabou fue creado por Roba y Greg. Es la primera historia escrita en colaboración con otros compañeros (al menos, de este tipo), lo que probablemente explica por qué no resulta del todo convincente. Pero también es la última aventura que publicará el diario parisino y Dupuis esperará hasta la década de 1970 para sacarlo como álbum entre sus aventuras de Fournier, autor oficial de la serie en ese momento. Tembo Tabou cuenta la inverosímil historia de traficantes de oro en África que explotan a la población local nativa y la aterrorizan con elefantes rojos. Una trama alegórica muy buscada entre coleccionistas de aquella época.

André Franquin, una vez más, demostrando su talento y cediendo ideas por acumulación de trabajos. Spirou es un aventurero nato. Con su amigo Fantasio y la ardilla Spip siempre a su lado, luchando contra malos-malutos del mundo. Una maravilla de cómic por siempre. Spirou y Fantasio en su mejor época. Un volumen genial que además aporta historias cortas e inéditas como Las Miniaturas o Spirou descubre Europa. Así como un numeroso material extra formado por bocetos, anuncios y portadas originales.

Reseña: La Bella Muerte, de Mathieu Bablet

Supongo que está claro, y si no lo comento: Desde New York-Crónicas Literarias es una web donde vais a encontrar reseñas de libros y cómics que en un noventa por ciento tratan la ficción. En las alegorías está la verdadera naturaleza de las cosas. Los sentimientos. Y de estos guiones (más disfrutable por lo que tratan y cómo que la realidad), sacamos buenos momentos lectores. Sobre todo, nos gusta leer obras de los tres grandes géneros: Terror, Ciencia Ficción y Fantasía. Así que rara vez no se publica al mes (en una web que publica RESEÑAS DIARIAS), una obra que trate el tema apocalíptico. Con esto quiero decir que no somos para nada oportunistas, ni a mí personalmente me atrae ahora más que antes este subgénero que va implícito dentro de la Ciencia Ficción. Y por lo tanto disfrutamos de él, desde siempre, por que el miedo es ese sentimiento del que disfrutamos, que termina por hacernos más fuertes y el primero al que se enfrentó el ser humano en los anales de la historia. Lo dijo Lovecraft.

Dicho esto, hoy reseño un gran cómic con este tema. Aunque tratado de curioso modo algo diferente. Diría que más onírico. Evocador. Un buen tomo con el que deleitarse que recién publica la siempre recomendable editorial Dibbuks. La Bella Muerte, donde a priori habla de un tema muy a lo peli de los años 50 -el fin de la humanidad ha llegado, por culpa de enormes insectos del espacio infinito que ahora son amos de la Tierra-, pero que en este caso la pregunta es: ¿Qué sentido tiene resistirse? Un muy buen cómic que desde ya os recomiendo. Incluso me pregunto si algún día Mathieu Bablet decidirá retomar este genial escenario donde los ramales argumentísticos posibles son infinitos a mí parecer.

La rebelión de la individualidad hace que el orden sea inmutable a los ojos de un posible Dios que es benévolo con unos y no con otros. En los escombros post-apocalípticos de una Nueva York imprecisa, rica en innumerables detalles que hacen que el peso de la realidad abrume, La Bella Muerte pasea a sus personajes entre el aburrimiento y el desánimo. Entre la soledad, el aislamiento y la locura. Y normalmente los lleva a las puertas de la resignación. Ah, y hacia el suicidio y a las puertas del sacrificio también. Un argumento donde se reproduce la complejidad, a menudo paradójica, de la dilatación del alma humana en sus interacciones con los demás. Con una precisión impresionante a pesar de algunos diálogos son un poco escuetos. Pero reales. En concreto, La Bella Muerte es una historia de desilusión y resignación humana en un oscuro universo repleto de insectos y peligros impredecibles. Con una tremendas páginas de inicio, se comienza este cómic lleno de escenarios vacios de vida, con un joven dejando su vecindario y paseando por una ciudad desierta donde las cicatrices de un desastre han pasado a ser imágenes de un pasado devastado. Durante demasiado tiempo aislado, el sobreviviente cree que es el último hombre en la Tierra… hasta que oye una explosión en una esquina cercana.

Vi que algo se movía y pensé que era uno de esos criaturas…

Un trío armado de viajeros organizados frente a la amenaza saquean recursos antes de que vuelva a aparecer el monstruo, que por el momento yace invisible. Mas, la inmensa sombra de un enorme ser y los desagradables ruidos que provoca, hace que se repriman. ¿O es sólo el miedo? Lo cierto es que los monstruos parecen estar fuera de escena por un tiempo, y entre el agotamiento y la despreocupación transitoria, los tres muchachos disfrutan de un momento de respiro. Placeres simples. Wayne, Soham y Jeremiah se contentan con sobrevivir tan cómodamente y en vano como sea posible, atados a reglas simples que han podido promulgar para mantener unido a su pequeño grupo. Pero pronto Jeremiah romperá las reglas de supervivencia para “vivir”, “ser”, o tal vez solo tratar de aferrarse a una forma de “respirar”. Quizás, un descuido. Alejarse de los sobrevivientes la distancia irremediable y justa que también necesita su humanidad.

Mathieu Bablet desarrolla esta trama en cinco capítulos donde el trasfondo es una poesía triste. Un modo diferente y evocador de ver ciertas situaciones en las que el ser humano navega a ritmo lento por la supervivencia sin sentido. Además, Bablet llega al final de esa ambición y no duda en abordarla de un modo poético, de los que se recuerdan. Una historia bien tratada, con bastante realismo ambiental, tan espectacular como lo es, esa Ciencia Ficción tan cercana que asusta. Por lo que La Bella Muerte se convierte en una obra endiabladamente interesante desde la primera página.

Reseña: Infinity 8. El Día del Apocalípsis, de Lewis Trondheim, Davy Mourier y Lorenzo De Felici

Si algo me quedaba por ver en la magnífica serie Infinity 8, era una ambientación a lo The Walking Dead dentro de esa inmensa nave cargada de tantas diferentes especies. De hecho, lo pensé cuando leí el primer o segundo álbum (En un lugar tan concurrido, una horda de zombies se pone hasta el culo…). Y así es. Un nuevo tomo de esta recomendable serie de la BD que está publicando Dibbuks en nuestro país, una obra que como amante del género zombie, he leído con entusiasmo particular. ¿Y la Ciencia Ficción? Ah…, cuantas aventuras espaciales nos hemos comido algunos ya. Y cuantas de ellas casi que vienen a ser lo mismo una y otra vez. Pero ah…, cómo nos entretienen a los que amamos un viaje por las estrellas. El hombre y el espacio. La mujer y las estrellas. Esa lejana frontera. El Más Allá. Cuantos deseos de estar ahí fuera. No me canso. ¿Tú te cansas? Por que yo no. Y cosas por las que brindo con el brazo muy alto es cuando dentro de la CF se toca el humor. Y si dentro de este mejunje se aliña con un poquito de Terror, pues no sé ya qué estamos hablando por que los ojos mis ojos empiezan a hacer chiribitas. My friends, todo esto vais a encontrar en el nuevo álbum de Infinity 8: El Día del Apocalípsis.

La atmósfera sangrienta y desenfadada de esta serie, me caló desde el principio. Aunque tengo que decir que la preciosa edición en tapa dura, brillante, con interiores súper chulos al más puro estilo radar-escáner de la nave; tiene mucha culpa. Te meten en vereda desde el principio. La edición es preciosa en mano y con un papel interior de gran calidad. Pero a lo que vamos. Para situarnos de nuevo, en las profundidades de una galaxia distante navega la nave de Clase A, Infinity-8. ¿Su destino? La galaxia de Andrómeda. ¿Su carga? No menos de 900.000 pasajeros de todas las razas conocidas hasta ahora, todas y cada una de ellos se divierten tomando el Sol con los pies en alto. ¿A bordo? De todo lo que puedas imaginar: políticos, sectas, terroristas, familias numerosas, viejales con muy mala leche… Todo controlado por una serie de oficiales de policía que llevan con orgullo la lycra como segunda piel y cuya misión es hacer que se cumpla el orden con puño de hierro. Suelen ser chicas, como habréis adivinado, y con cada una de ellas viviremos una aventura.

Por lo tanto, viva muy mucho la continuación de esta serie en nuestro país. Donde además vuelve el creador Lewis Trondheim al guión, y agrega los servicios de Davy Mourier mientras Lorenzo de Felici dibuja. Cambiamos, por supuesto, de heroína y es esta vez Ann Ninurta, madre soltera, quien luchará por mantener a su hija a la vez que los casos importantes surjan en su recorrido de la nave. Pues, ¿qué puede ser más duro que ser madre soltera y trabajar de oficial de seguridad? Un dilema al que enfrentarse cuando la situación se va al límite cuando llegan los zombies… Uff, un momento, la heroína se enfrenta a zombies pero esperad, esperad, es que aquí los zombies son alienígenas, son geniales, o mejor dicho, mucho más peligrosos. Y luego está Ann, que también es genial. Y no dice que no a un momento de coqueteo con un chico guapo, incluso si esos come-cerebros intergalácticos molestan un poco con su revoloteo. Aunque cierto es que el coqueteo con un chico guapo, rodeada de muertos vivientes, queda un poco extraño a la vez que sensual…

Un atmósfera ligera y tensa con cantidad de situaciones que te sacarán una sonrisa. Un excelente episodio de una serie que sigue un patrón, pero que protagonistas y argumentos son independientes dentro del mismo contexto. También está chulo ver que se hace referencia a ciertos personajes y hechos ocurridos en otros álbumes. Así que, humor negro por un tubo (como a mi me gusta), pero casi que cualquier tipo de humor viene perfectamente acorde con estas aventuras en el espacio. ¿Liberar tensiones? ¿Una vía de escape para que el lector no piense demasiado en los detalles?

Las cosas como son. A esta serie se le criticó bastante al principio un nivel de dibujo muy bajo para proceder de la siempre alabada BD. Una virtud ilustrada de la que suele ser ejemplo el conocido Cómic Europeo. Creo que por eso la serie ha ido cambiando de ilustrador casi con cada numero, quizás buscando una opinión mejor del lector, y bueno, yo ya dije que para mí, desde algunos números atrás, lo tenían más que conseguido. Entonces, ¿estamos ante la típica situación de dibujo poco atractivo pero argumento muy recomendable? Para mí, ya no. Estamos ante una serie de tomos súper recomendables que harán disfrutar al más pintado.