Reseña: Casanova. Volumen Uno. Luxuria, de Matt Fraction, Gabriel Bá y Fábio Moon

El salto definitivo al cómic norteamericano por parte de los hermanos Gabriel Bá (The Umbrella Academy, Daytripper, AIDP) y Fábio Moon, se puede decir que es Casanova. Un tomo que trae a este lado del charco Norma Editorial y que recopila toda la serie e incluye todas las portadas y todo el material extra que apareció únicamente en la edición original en grapa, así como nuevos comentarios de los creadores. Un cómic súper recomendado para todos aquellos amantes de las historias de espías, de las buenas historias de espías. Y dichos hermanos secundan o andan a la ligera lanzando buenísimas ilustraciones para un guion-thirller de acción que ha brotado de las manos del señor Matt Fraction, guionista y autor de obrazas como Sex Criminals, Satellite Sam o ese famoso Ojo de Halcón que no me canso de recomendar.

Casanova es esta pequeña muestra de la locura que ha creado este genial equipo creativo que parece llevarse “demasiado” bien. Y que no deja de ser la historia de un ladrón profesional llamado Casanova Quinn, el cual pasa por lo que parece un trabajo rutinario para robar un rubí y cuando menos lo espera termina siendo capturado por la red de espionaje de su padre, E.M.P.I.R.E., y llevado directamente al funeral de su hermana. Para luego involucrarse en toda una serie de sucesos que esplende acción por los cuatro costados; un batalla psíquica con Fabula Berserko, una entidad que puede o no ser tres monjes que se fusionaron mentalmente, saltar desde un avión, presionar el botón de un extraño aparato y despertar en lo que parece ser Francia… seis años después… Casanova luego conoce a Newman Xeno, el jefe de una red global centrada en aportar al mundo grandes robos y terror. Y Xeno le informa a Casanova que le ha sacado de su línea de tiempo con el objetivo de acabar con la organización de espionaje de su padre, para poder hacerlo desde dentro. Así que Casanova deberá repetir ese atraco recién realizado.

Un show. Una chulada de cómic para los amantes de los viajes en el tiempo así como de las historias que entremezclan bien el género fantástico con el ya mencionado espionaje y robos extremos de final apoteósico. Y si todo esto que os comento sucede únicamente en el primer número -un breve resumen-, eso debería daros una idea de cuán vertiginoso es el ritmo de Casanova. Pero además nos llevan a más lugares, a conocer organizaciones secretas de un mundo en el que para nada descarto que el nuestro se pueda convertir algún día; personajes y personas que no son personas, en realidad, y sí robots sexuales que la humanidad cada vez más sola puede llegar a necesitar. No obstante, todos estos temas se muestran en una historia que no se toma a si misma demasiado en serio, me atrevería a decir que en ocasiones la historia recuerda a las parodias fílmicas como Aterriza como puedas o la joyita Top Secret!, con dosis de posmodernismo, por supuesto.

Matt Fraction declaró en su día que su idea original era que Casanova tuviera siete arcos: uno con el nombre de cada uno de los siete pecados capitales. Y así fue. Este primero es Luxuria. Ya veremos si estamos ante el alucinante viaje del súper-espía de ciencia ficción definitivo.