Reseña: On Mars (Integral), de Sylvain Runberg y Grun

Es inocente el amante de la ciencia ficción que con tan solo ver una buena portada, no atribuye ya un porcentaje alto de calidad a una obra. Y puede sonar pretencioso, pero algunos de vosotros sabréis que esto es muy cierto. Las portadas, en especial, de este género, no son otra cosa que un cebo para nosotros. Y On Mars vale lo que vale y demuestra lo que vale a pocas páginas de ponerte a leer. Eso sin contar que los que somos amantes de historietas de acción en Marte desde que nos impactara en nuestra infancia el film inolvidable Desafío Total; los que no mucho después corrimos a leer más obras de Philip K. Dick; seguro-seguro-seguro vais a disfrutar de la agente de policía Jasmine Stenford.

Estoy escribiendo esta reseña teniendo recién leído los tres volúmenes que comprende esta serie publicada por Yermo Ediciones en un portentoso integral y en tapa dura como nos tiene acostumbrados. Lo que la he disfrutado, dios. Los temas son ciertamente clásicos: colonización de Marte, diferentes facciones en luchas despiadadas, sucios y corruptos políticos, fanáticos religiosos…, los personajes «duros» son un poco cliché y, en general, la historia se centra principalmente en la acción – cosa que agradezco ya que tengo mucha “marcianada” leída-, pero ahora que carburo un poco, que tomo un par de sorbos más de té chai y miró a mi alrededor, creo que la virtud de esta obra es que me haya tragado los tres volúmenes de un tirón.

Sylvain Runberg domina su guión, y lo concluye de manera formidable. No da traspiés al cerrarlo, algo que sinceramente suele pasar mucho con esta temática futurista. De hecho, ahora que pienso otra vez en él, me gustó mucho el final… pero no diré más para no crear expectativas muy altas. Pero sí que haré mención al dibujo de Grun (también conocido como Ludovic Dubois) que está absolutamente magnífico. El trabajo con los personajes y sus atuendos es realmente impresionante y detallado. Y las vistas marcianas también son muy hermosas, y resaltadas por colores rojizos del efecto más hermoso que uno pueda imaginar en dicho planeta. Y los vehículos o drones están muy bien representados. Los tres álbumes terminan con soberbios cuadernos de bocetos y estos últimos también enriquecen el trasfondo de la historia de un universo carcelario de proporciones finalmente reducidas.

Y básicamente tenemos rivalidades, sobre todo, entre presos, luego entre bandas, e integramos una banda que es un poco más potente que los demás. Es más, la idea de enviar presos de derecho consuetudinario a cumplir su condena en la colonia para construir y prepararse para la llegada de colonos libres, es bastante buena. Al fin y al cabo, así se construyeron en gran medida las colonias de Australia o Nueva Caledonia. Me encantó como se consigue la credibilidad de esta colonización forzada, lo que me lleva a pensar que con un par de viñetas se determina muy bien que es necesario motivar a los condenados a construir su propio futuro o el de sus hijos en lugar de aplastarlos psicológicamente.

Yo que le doy mil vueltas a la historias y esto provoca que a veces no las disfrute, me pregunté varias veces cuál era el sentido de situar esta historia en Marte. Y no encontré ninguno. Creo que funcionaría en cualquier colonia espacial que se pudiera conseguir. Pero quizás Marte siempre está de moda, estamos cerquita ya de llegar como colonos y bueno, molar, mola.

Una historia clásica pero efectiva. Una historia moderna fácilmente situable dentro de la ciencia ficción clásica. La mejor.