Reseña: La Mujer de la Estrella, de Anthony Pastor

Anthony Pastor firma aquí un western bastante clásico pero endiabladamente apasionante. La mujer de la estrella nos lleva a un lugar, a un largo viaje, nos ofrece una especie de círculo cerrado, de hecho, los dos personajes principales son dos fugitivos que por una combinación de circunstancias, se encontrarán en el mismo pueblo abandonado y aislado del mundo y a la espera de dos sheriffs que seguro que aparecerán en un momento u otro (mantienen al lector en vilo con ello), estos dos personajes tendrán que conocerse.

Realmente me gustó esta construcción. El guion… me parece una de las últimas maravillas leídas en formato cómic europeo. Una de esas joyitas, de las últimas que están pasando casi desapercibidas entre tanta novedad de cómic en nuestro país, de las que no esperas. Un cómic que trajo Yermo Ediciones, que siempre en un referente en nuestro país si amas todo o casi todo lo que se hace en la BD. Por lo que tenemos un buen álbum para degustar en estos momentos de playeo, piscineo o en tu sofá al fresquito del aire acondicionado. Un buen pikislabis. Agradable de leer y relativamente rápido todo lo que sucede.

De los cómics que te recuerdan porqué amas el western en formato viñeta. Por que La mujer de la estrella, sin renovar todo el género, resulta ser un western apasionante y bastante chulo. Una especie de ambiente a puertas cerradas, donde asistimos, en el fondo de un profundo valle, en medio de las ruinas cercanas a una antigua mina abandonada, a la resistencia de dos jóvenes, una mujer y un hombre, que se encuentran aquí por casualidad. Y poco a poco nos enteramos que han matado y que, por tanto, los persiguen por ello. Los motivos de su “asesinato” se van aclarando poco a poco. Esto le da profundidad a sus personajes, ya que aparecen los brazos armados de la justicia, los sheriffs y sus secuaces… La noción del bien y del mal no está muy clara, pero la lucha por la vida de este pueblo asediado da ritmo a la trama. Y rápidamente adoptamos su causa, mientras los representantes de la ley –en particular su líder (que parece habitado por una iluminación cristiana)– se hunden en la locura.

En cuanto al dibujo, el estilo bastante crudo de Pastor encaja perfectamente con la historia propuesta. La limitada elección de colores aporta estilo al conjunto. Las grandes viñetas dan aire a la narración. El corte es clásico y eficaz. El dibujo de Pastor, que trabajó en acuarela, es precioso y original para este western. Así que no me quedan más halagos. Un cómic que se disfruta mucho, donde no hay grandes sorpresas pero está muy bien hecho. Una película palomitera, que dicen por ahí.

Reseña: TER, de Rodolphe y Dubois

En la estela de los últimos buenos cómics europeos leídos, me topé con TER, publicado en nuestro país por Yermo Ediciones. Un cómic, una historia muy digna de reseñar porque la idea siempre-siempre es contaros las cositas buenas para leer que se publican en nuestro país. Tres álbumes en formato original que han sido traducidos y editados en un buen integral para nuestro disfrute, pero también una muy buena serie de CF y un trabajo realmente espectacular de Rodolphe y Dubois.

Rodolphe está inspirador aquí. Nos ofrece una historia cautivadora. Una trama que no revolucionará el género pero donde sabe poner todos los ingredientes para convertir la trama en un mundo coherente donde la religión juega un papel importante. Personajes, entrañables o no, aguantan con una ligera pega, el lado ingenuo de nuestro héroe, que evoluciona lentamente y así entramos en una narración dominada con una historia que se desarrolla a lo largo de tres álbumes llenos de vueltas de tuerca. Por eso, para mí lo importante es, la trama coherente con sorpresitas que contiene.

Empezamos con El Extraño, donde conocemos a un personaje que sale de la nada y tiene un extraño don en sus manos. Es muy intrigante. Un álbum que deja un cliffhanger de narices. Menos mal que lo tenemos en integral. Un hombre surgido de la nada, en un cementerio en medio de un desierto hostil, donde nadie puede sobrevivir…Y Pip, un joven inventor y saqueador de tumbas, se topa con él, dormido en una sepultura, desnudo… No sabe hablar y el único distintivo es un tatuaje en el brazo que dice «Mano de Oro».

La Guía, tan sólo nos aporta más preguntas. ¿Quién es este desconocido? ¿Es el salvador que anuncian las profecías o es un destructor de mundos que acabará con la pacífica vida de Pip y sus paisanos? Desde el momento en que al final del primer volumen, descubrimos lo que se esconde detrás de TER, en el segundo volumen hay muchas menos sorpresas. Sin embargo, tenemos ansias por saber que pasará en una historia de la que no tenemos ni idea cómo acabará.

¿El Impostor es uno de esos spoilers metidos ya en el título? Solo puedo decir que lamentablemente esta obra sólo concluye un ciclo, de ahí mi decepción momentánea porque es un thriller de los que calan hondo. Y aunque TER puede leerse como una historia completa, recientemente ha aparecido una secuela en el país vecino que ya ando loco por leer. Si estás bajo el hechizo de este tríptico, creo que andarás loco por degustar la aventura denominada TERRE que espero publique Yermo Ediciones en no mucho tiempo.

TER es una obra donde el dibujo de Christophe Dubois es suntuoso. Soy un gran admirador de Dubois, tiene su propio estilo a lápiz, es preciso, detallado, dinámico. Y goza de creatividad, las impresionantes decoraciones y los magníficos colores contribuyen a una atmósfera del fin del mundo muy chula. Donde anda muy presente la pata de Rodolphe con el bestiario que aporta, muy al estilo de obras como Aldébaran (https://www.cronicasliterarias.es/?p=6223).

Con TER es fácil volver a la nostalgia de aquellos álbumes que contenían buena ciencia ficción clásica.

Reseña: Space Relic Hunters, de Sylvain Runberg y Grun

Space Relic Hunters fue un título que dividió opiniones en los lectores constantes de la BD. Y es cierto es que después de hojear rápidamente el álbum, pensé que los autores iban a urdir una historia de aventuras arqueológicas futuristas, del mismo tipo que la novela de Jack Seeker McDevitt, o el ciclo de Inhibitors, de Alastair Reynolds; una historia desarrollada en un futuro muy lejano donde la trama se resuelve mediante sucesivos enigmas para al final desenterrar un potencial “tesoro”.

Y así fue. Y eso me gustó. Estoy en ese bando. Porque estamos antes una space-opera en ese sentido trabajada, el tipo de historia que está en las estanterías mentales frikis de muchos de nosotros amantes de la CF: Star Wars, Starship Troopers, Desafío Total…, todo lo que hay para bombear, no nos molesta y nos resulta atractivo con poco argumento que lleve. La evocación a un futuro que no viviremos, el traslado a esas aventuras que solo podemos disfrutar a través de la imaginación de otros o de nosotros mismos. Pero nada de completos disparates. Existen más en la vida real, demasiados sentidos que nos han tocado vivir. Muy aburrida para mí y más si estás tieso normalmente como la mojama. En fin, a lo que vamos. En un imperio galáctico donde la libertad religiosa está prohibida, una de las mejores formas de ganarse la vida es convertirse en un cazador de reliquias prohibidas. A mí, ya está premisa, me enganchó. Tenemos a la humana Xia y Little Mercur, un extraterrestre enmascarado cuya especie se desconoce; los cuales se alían con Vitellius, un ex centurión que ha desertado de las Legiones Imperiales Divinas para llevar a cabo la misión más peligrosas de sus vidas.

Sí que recuerda a pelis como Rebel Moon…, visualmente potente pero donde el guion no es tan épico como podría ser. No obstante, se consigue una obra que da pie a secuelas y a mundo de mundos, universo de universos abiertos. Como me dijo un colega que lo había leído, afortunadamente, está Grun para salvar el barco del hundimiento. ¡Qué artista! Lo vi en Metronom y luego lo redescubrí en On Mars (https://www.cronicasliterarias.es/?p=11824). Un artista que nunca deja de sorprender, una evolución en la dirección correcta, ¿podemos decir que hoy está en la cima de su arte? Para mí tiene todo lo que me gusta: inventiva (si dejo de lado el aspecto a veces kitsch de los personajes), minuciosidad a todos los niveles, una línea limpia y legible, una delicia visual con dibujos a toda página, diversificados y extremadamente buenos. Colores pastel a juego con el lugar o planeta visitado. Ojalá pudiera poner su arte al servicio de uno de mis relatos o futuros libros.

En definitiva, Space Relic Hunters es de esos cómics que se disfrutan, sobre todo, por su arte. E insisto, es una pena porque la ambientación es tan potente que, en mi opinión, se le podría haber sacado más (mucho más) a una premisa en principio muy interesante. Pero como autor tampoco voy a recriminar nada porque sé que es difícil a veces conseguir que la trama llegue. Y aquí el agravante es que Sylvain Runberg nos tiene acostumbrados a cositas mejores y no tramas lineales y sin tensión. Pero mi atención la seguirá teniendo porque como poco, queda un álbum ligerito de leer que tampoco deja malas sensaciones. Quizás me hubiera flipado de adolescente.

Reseña: Ira Dei, de Vincent Brugeas y Ronan Toulhoat

Históricamente, antes de leer sabía que, por ejemplo, Tancredo de Hauteville era el padre de Guillaume (o Guillermo) Bras-de-Fer. En este cómic que os traigo hoy, Tancredo y Guillermo son dos guerreros normandos, sin relación aparente y ese anacronismo me dejó con el culo torcido. Inmediatamente me confundió. Así que me dispuse a leer con muchas ganas este Ira Dei ahora que Yermo Ediciones lo tiene en su catálogo de cómic europeo en un tomo que recoge los cuatro álbumes de los que se compuso la serie.

La sinopsis nos dice que nos vamos al año 1040. El ejército de Bizancio intenta reconquistar Sicilia, en manos de los árabes, mientras la ciudad de Taormina sigue resistiendo a Harald, el terrible jefe varego que lidera las tropas bizantinas. Pero un normando llamado Tancredo y Étienne (un joven monje legado del papa), ofrecen los servicios de su tropa de mercenarios a Harald, con un trato muy peculiar: si logran hacer caer Taormina en tres días, recibirán todas las riquezas que existen. Y eso ya sabemos que traerá consecuencias y nefastas seguramente.

Respecto a mi desincronización histórica con el argumento (sé algo de estos temas porque estoy a un paso de ser un medievalista por amor al arte), además Trancredo desea llamarse Robert. Pero ojo, no creo que «Robert» esté vinculado aquí a la historia real (estaba Robert Guiscard, hijo de Tancredo, medio hermano de Guillaume Bras-de-Fer, precursor del reino normando de Sicilia, y él también llegó a Italia tras la muerte de Guillaume Bras-de-Fer). No, no, desestimé el tema porque creo que Vincet Brugeas se limitó a establecer sólo un vinculo de leyendas. ¡La de Roberto el Diablo! Por eso, a lo largo de la historia contada en este Ira Dei, nos enfrentaremos a un personaje, a veces Tancredo, el legal bueno, a veces Robert, el aterrador y despiadado. Esta ambigüedad confiere una profundidad increíble al personaje principal y eso me encantó, porque asociado al tremendo dibujazo de Toulhoat, tenemos un cómic europeo que es de esos que se disfrutan a tope a poco que ames el tema histórico medieval.

En cualquier caso, el entorno o marco es suficiente por sí solo: Sicilia era un lugar complejo en aquella época, un estilo al Abismo de Helm de El Señor de los Anillos pero con más gente y de diferente índole. Imaginaros: árabes, bizantinos, normandos, varegos… (vikingos mayoritarimente suecos) en Sicilia, un lugar no muy grande gobernado por la presencia del islam, la ortodoxia y el catolicismo, en definitiva. Los credos enfrentados. Ahí es nada. Un lugar así en un cómic donde ver todas las cuestiones de poder para cada civilización reunidas en una región tan pequeña y tan estratégica como fue dicha isla. Por eso tengo que decir que es sumamente ambicioso abordar este tema y felicito a guionista y dibujante por el trabajo realizado. Y quitando esa mezcla de leyenda e historia que no queda muy clara, y que por supuesto solo puede molestar tiquismiquis amante de la Historia como yo, tenemos un cómic que se disfruta una barbaridad.

Un integral chulo de verás que hará las delicias del buen amante de cómic europeo.

¿Conseguirá llevar a cabo su misión Tancredo, este guerrero de pasado misterioso convertido en un arma de la Iglesia?

Tendréis que descubrirlo por vosotros mismos.

Ya el álbum introductorio tiene una fuerza increíble.

Reseña: Las Guerras de Arran. La Compañía de los Desterrados, de Istin, Cossu y Nanjan

¡Otra nueva serie en el mundo de Arran! Después de los elfos, los enanos, los orcos y goblins y magos (¿olvido algo?); nos vamos al título que es, sin duda, el que promete más acción. Las guerras de Arran. Porque mezclándolo todo y haciéndonos una nueva serie, Jean-Luc Istin (¿Tiene insomnio? ¿Trabaja con un ejército de esclavos? ¿Es un señor guionista cruzado con un cyborg?), lanza aquí una nueva serie donde los pueblos mencionados están abocados a la hecatombe que siempre es el enfrentamiento directo y la muerte. Y lo peor/mejor aún es, que este primer álbum que publica Yermo Ediciones en nuestro país, es bueno no, lo siguiente. Porque yo, que todavía iba un poco en la dirección opuesta, casi en la dirección equivocada con esta enésima variación del universo, quedo bastante asombrado por la coherencia de la historia y el aliento épico-histórico que emana de ella.

Si encontré un número determinado de protagonistas de las series antes mencionadas, no es necesario que nadie los haya leído y conozca cada personaje y sus referencias para embarcarse en esta última. Eso es lo bueno pero también algo muy difícil de conseguir en un mundo abierto o sandbox como este. Aunque obviamente se hace más bueno si leíste alguno de los títulos anteriormente mencionados y dedicados a cada una de las razas de este mundo. Pero la genial idea de Istin es haber creado una trama muy humana que explica la desaparición de razas antiguas como orcos, trolls, elfos y otros imbéciles que decidieron que la guerra era el mejor camino. ¿Os suena? Porque a mí me dirige directamente a aquella época de esplendor social pre-primera guerra mundial donde el ansia, el egocentrismo y la prepotencia de la vieja Europa, los países poderosos que después no lo fueron tanto como se demostró, cayeron en desgracia. Países, una raza, o varias en este caso, que no pueden vivir y gozar de la vida en paz, sin buscar problemas, que no pueden mantenerse unidos y ya está, y que, sin embargo, después necesitan de pactos unos con otros para no caer. El imperialismo y colonialismo haciendo aguas.

¿En la historia del cómic? Unirse para formar la Compañía de los Desterrados… (un variopinto ejército que conseguirá golpear fuerte y hacer temblar a la viuda negra). Dunnrak y Hidden creando una alianza que pretende aniquilar a las razas antiguas a través de una droga, usando para ello la ayuda del siempre inquietante hechicero Altherat. Y Dunnrak yendo directamente a por el rey de Venkor (¿el asesinato del heredero Francisco Fernando de Austria?).

En cuanto al dibujo, otra chulada magna de los chicos del otro lado de los Pirineos. Muy bueno todo lo que hace Brice Cossu (destacado por la última adaptación de Grendizer con Bajram, Sentenac y Dorisson); lo hace de maravilla. Los escenarios, personajes y escenas de acción están finamente elaborados y nos sumergen en la que se prevé será la mayor guerra que azotará este mundo poblado de fantásticas criaturas.

Como bien dice la sinopsis, el crossover definitivo de las series de las Tierras de Arran. Bastante ansia por leer ya el siguiente álbum.

Reseña: La Odisea, de Luc Ferry, Clotilde Bruneau, Lorusso y VVAA

Cuando leo en formato cómic obras como La Odisea, se me vienen a la mente frases de un amigo que tengo el cual utiliza siempre un lenguaje un poco llano pero más sincero que todas las cosas. Diría: “Esto hay que leerlo así”. Y es que como pasa con los niños, el lenguaje más fácil, más directo, suele ser el más aclaratorio. Una historia mil veces contada, una trama, la mitología bien representada y maravillosamente ilustrada… Esto hay que disfrutarlo así.

En un volumen de cómic europeo como el que Yermo Ediciones ha publicado en nuestro país, Luc Ferry y Clotilde Bruneau sacan adelante un guion para que sea representado y traído a la vida por las ilustraciones de Didier Poli, Giovanni Lorusso y Giuseppe Baiguera. Una verdadera historia iniciática como es La Odisea, de Homero, trasladada al cómic, un cuento tan maravilloso y épico como aterrador.

Lleno de peligros y fabuloso que confronta a los hombres en el antiguo mundo griego poblado de criaturas peligrosas y donde los dioses se complacen en jugar con la debilidad humana. Para ellos, no somos otra cosa que una partida de ajedrez que controlan desde el Olimpo para aliviar su aburrimiento. Este viaje de regreso después del asedio de Troya es una prueba para Ulises que desencadenó en primer lugar en la ira de Zeus y especialmente en la de Poseidón. De ahí los numerosos obstáculos que jalonan el regreso a Ítaca. Pero todas las aventuras conocidas se describen aquí: el enfrentamiento con el cíclope Polifemo, la isla de los Lotophages, la isla de Circe, la isla de Calipso, el paso de Caribdis y Escila, el episodio de las Sirenas, el encuentro con el dios de los vientos Eolo… Y el episodio en el inframundo donde Ulises se encuentra con las sombras de los héroes muertos en Troya; que es por mucho mi favorito.

Aunque también mola mucho el del tensado del arco, una prueba imposible para estos arrogantes pretendientes de los cuales Antinoo y Eurímaco son los más viles.

En el dibujo, prefiero el de Lorusso. Lo encuentro más aplicado, con más vida y más grandioso. Una pena que Lorusso no haya podido dibujar todas las aventuras. Hubiera sido apoteósico.

He aquí una gran aventura y una hermosa, rigurosa y fiel adaptación a la obra de Homero. Tras Heracles, La Ilíada y Jasón y el vellocinio de oro, tenemos otra obra de Ferry clasificada en la colección La Sabiduría de los Mitos (La Sagesse des Mythes), títulos que ningún amante de las buenas aventuras y el tema mitológico debería perderse.

Reseña: Lynx, de Serge Perrotin y Alexandre Eremine

En un futuro muy lejano, el hombre ha colonizado una gran cantidad de planetas, muchos de los cuales han sido asolados por las necesidades de los grandes conglomerados industriales. Para prevenir este tipo de desastres ecológicos, se creó LYNX. Los agentes de esta empresa se dirigen desde el planeta Ter3, en el sistema Bayer (cualquier referencia a una gran multinacional actual en el campo farmacéutico y en el campo de los productos fitosanitarios sólo es pura «casualidad»), donde uno de los agentes llamado Bor de la Roque, el mejor agente del DIPCE (Departamento Interplanetario de Prevención de Catástrofes Ecológicas), es un hombre experimentado y convocado urgentemente por su superior, el comandante Ward. Pero Bor no está de buen humor. Su investigación sobre el planeta Helis estaba a punto de concluir, implicando a la empresa Techlys. Se ve privado de las investigaciones a favor del agente Tervel, un agente notoriamente incapaz y corrupto. ¿El motivo del retiro de su destino? Bor, que ya no quiere un compañero de equipo desde la trágica muerte de su hija y esposa, y se ve obligado a buscar un nuevo compañero.

Comienza así la trama con su nueva compañera de equipo, una jovencita de carácter fuerte, inexperta y más testaruda que tonta que además exige trabajar con un joven de su edad, alguien «divertido» y atlético, un buen compañero y no de esos patanes que siempre hay que ayudar en caso de peligro. Porque… ¡Annet Pyriev no es una cualquiera! Es hija de Pyriev, el magnate de los medios de comunicación…, y una de las principales contribuyentes a los beneficios de la agencia que da trabajo a Bor. Y, por supuesto, tiene intereses en la empresa Techlys que Bor pretende derribar.

Vivimos una gran época para el fan del cómic. Muchos niños de los 70-80-90 ya estamos en edad adulta, somos más críticos con todo y la media del país dice que podemos normalmente permitirnos el lujo de leer lo que queremos. Ya le hemos dado la vuelta al jamón. Pero si nos referimos al maravilloso mundo del cómic europeo (comentaba lo de antes porque raro era el niño que en aquellas décadas podía pagarse un título procedente de la BD), encontramos que buenos dibujantes y guionistas son casi legión. El nivel es muy alto. Y eso se refleja muy bien en un cómic o miniserie como Lynx. En este caso concretamente, el ruso Alexandre Eremine es a la vez diseñador y colorista, dos tareas que asume de forma brillante. Y en cuanto al guion, tenemos una trama de aventuras mezclada con políticas de empresa que engancha. Raro de ver. Aparte del trasfondo de ciencia ficción clásica que se nos presenta con surcadores del espacio exterior. Eso siempre mola y es culpa de Serge Perrotin, el cual crea una construcción hermosa, compleja, con múltiples preguntas sujetas a otras tantas investigaciones en cada uno de los tres ábumes que se recogen en este genial tomo que recién publica Yermo Ediciones.

Mola de Lynx que deja las puertas abiertas a futuras aventuras, que por mi parte espero con impaciencia. Mola también de Lynx que trata muy bien los problemas ecológicos y de forma inteligente. Tenemos un nuevo título para amantes de la ciencia ficción clásica, la ecología y el thriller. Y para los que además gustan de tener un buen cómic europeo entre manos, Lynx debería interesaros.

Reseña: Cazadores de Savia, de Genefort y Ristorcelli

Cazadores de Savia es lectura agradable en cualquier caso. Y es que Los Humanos siguen explorando e ilustrando el universo de las novelas de Laurent Genefort, un autor que no conozco muy bien (hasta ahora sólo he leído la adaptación de Le Sang des immortels), pero es cierto que Ristorcelli hace algo bueno con su historia, se toma su tiempo para desarrollar la trama, a lo largo de más de cien páginas, y eso nos permite recrearnos entre bastantes páginas contemplativas hasta que intercala con fuertes tensiones la historia. Una que se desarrolla a ritmo sugerente pero nunca aburrido. Estas fueron las sensaciones que me quedaron tras leer este álbum de cómic europeo que Yermo Ediciones recién publica en nuestro país.

La acción se desarrolla en un planeta extraño y desconocido, en el que conviven (¡más o menos bien!) diversos pueblos humanoides y especies de animales tan exóticas como amenazantes (aunque el bestiario no es realmente lo importante aquí). Nos trasladamos a un planeta fantástico donde toda la vida se concentra en una enorme cubierta vegetal, los humanos viven en enormes árboles (encontramos lo mismo en otro contexto, en una Tierra post-apocalíptica) en Arbomundo. Un lugar que parece estar en decadencia cuando un grupo de humanos (de un pueblo enemigo) se embarcan en una búsqueda para descubrir la fuente del avance del Mal que están sufriendo y que pretende amenazar a toda raza viviente.

Porque las gigantescas ramas de Arbomundo albergan un grupo de clanes.  Y uno de ellos son los cazadores de savia. Y Pierig ha sido capturado por este clan guerrero. Se comprende que sus dotes como zahorí son el tema candente aquí. Sus virtudes son necesarias.

Su búsqueda, su rescate, el viaje, quizás sea una lucha contra algo que no es otra cosa que un enemigo común al que tendrán que unirse todos para poder vencer. ¿He visto una historia antes sobre un pueblo que vive en armonía en un árbol gigante? Avatar, de James Cameron. ¿Se parecen? Muy poco. Se explora un “ramal” diferente de dicha base argumental. Una enfermedad incurable que afecta al árbol creando desolación con ramas muertas y una expedición de rescate para encontrar una solución. La escena inicial sobre la masacre del pueblo de nuestro héroe Pierig por parte de otra tribu es muy potente.

Un cómic, un one-shot, un álbum para disfrutar de una sentada que si te mola, ten cuidado, porque puede que ames las buenas historias de fantasía y ciencia ficción.

Reseña: Veneno Vol.1, de Laurent Astier

Emily, hija de una prostituta, llega a un pueblo del Oeste. Pero no es una mariposita cualquiera…

Tras este «anuncio» quería saber más. Veneno olía a buen cómic europeo del Oeste. ¿Me equivoqué? Veremos: tenemos un western que recupera muchos estereotipos del género, y es interesante y suficientemente intrigante con su narración intercalada con flashbacks que muestran la infancia de una niña en un burdel y la de cosas chungas que allí ve. Una vez adulta, regresa al pueblo y causa estragos haciendo correr la voz sobre diversos temas. Eso en un principio porque huele a que está ocultando muy bien el plan que tiene entre manos. Al parecer, la heroína (apodada Veneno por un explorador apache), arrastra un duro pasado, y claramente estamos ante una historia de venganza, de las que Clint Eastwood sería capaz de llevar de forma molona a la gran pantalla. ¿Es un tema manido y aún más dentro del western? Por supuesto. Pero Laurent Astier demuestra un guion atractivo en lo que puede ser una de las series más chulas que uno/a puede disfrutar este año que comienza en nuestro país.

Primer álbum que comienza bien ambientando la escena y los personajes, podemos adivinar algo no católico bajo las motivaciones de Emily, que sugiere algo interesante, sobre todo porque este western tiene una muy buena ambientación. Un rincón perdido de Colorado, acción ambientada en 1900, principios del siglo XX, cuando Occidente estaba cambiando, una heroína con un carácter rudo y un hermoso atuendo. Ideas que son cautivadoras para empezar la trama, sobre todo, porque es una historia directa que va como un tiro. Comienza en un burdel, llegamos a Silver Creek, hay un asesinato, luego una cacería y terminamos en una reserva comanche… Y mezcla lo ficticio y lo real, como mola que se haga en los westerns. Estamos hablando de Butch Cassidy, el salvaje Wild Bunch, Geronimo, Quanah Parker, Tom Horn y Charlie Siringo y Sundance (personaje que tiene otra serie en Glénat, por cierto). Eso sin contar los chicos de Pinkerton… toda una serie de gente que realmente existió. Toda esta people sale en la serie, el problema es que tendremos que esperar a más publicaciones para verlos a todos. Esperar. La dura espera. Pero lo que importa es que Veneno es un álbum recomendable que está aquí. Con una portada atractiva, cómic contenedor de una trama con personaje solitario de una chica carismática que hace que quieras saber más.

Del dibujo de Astier no tenía muy buenos recuerdos de Cirk, aunque cierto es que Comment faire fortune en juin 40 me encantó. Como dibujante, es irregular. Pero encontré sus mejores trazos aquí. Su dibujó además se nota que ha mejorado con el paso del tiempo aunque todavia le queda algo que definir. Especialmente, los rostros y aún más el de las personas mayores (el viejecito del principio, por ejemplo). Aunque son lo que son, quejas porque sí. Este álbum tiene unos dibujos del pueblo y el desierto sorprendentes. Muy en el estilo de Ralph Meyer, así que no está mal. Una última pega sería decir que yo habría traducido el título de la serie tal cual (La Venin – La Veneno), así desprende el personaje más maldad, si cabe.

Me gustan los westerns, aún más los que se hacen dentro de la BD. Y este cumple su papel con creces. Emily en busca de venganza y sin miedo. Una joven que no tiene nada que envidiar a los héroes más duros del Far West.

Reseña: Las Tierras de Ogon, de Jean-Luc Istin, Jarry, Duarte y Alex Sierra

Después de Elfos (https://www.yermoediciones.com/catalogo/elfos/), Enanos (https://www.yermoediciones.com/catalogo/enanos/), Orcos & Goblins (https://www.yermoediciones.com/catalogo/orcos-y-goblins/) y Magos (https://www.yermoediciones.com/catalogo/magos/), aquí están Las Tierras de Ogon; la quinta variación de este universo fantástico creado por Jean-Luc Istin y Nicolas Jarry y al dibujo de Kyko Duarte y Alex Sierra. Había que atreverse y Yermo Ediciones no se contuvo. Ya me diréis si venden estas series de cómics europeo o no porque yo veo a todo el mundo encantado con ellas. Pero, ¿era imprescindible esta nueva serie? Honestamente no. ¿Es efectiva? Afortunadamente sí. Encontramos el saber hacer de los autores (Istin y Duarte son insistentes en este universo y se sienten inspirados), y eso siempre esplende. Para aquellos que siguen un poco este mundo, Las Tierras de Ogon son una especie de tierra olvidada, un nuevo continente que actúa como espejo de Arran, los elfos rojos habrían estado exiliados aquí hace muchas eras…

Intentándonos alejar de la camisa de fuerza de la Fantasía que representa Tolkien o un poco más en este caso Dungeons & Dragons, este nuevo mundo muestra diferentes estilos de vida inspirados en los inuit o en las tribus africanas, y está poblado por nuevas criaturas. Nos topamos, entre otros, con los centauros o los togs (un pueblo de monos que se encuentran en el extremo norte de Arran). Más allá de esta relativa novedad en términos de contexto, encontramos el mismo patrón en términos de historia que en muchos álbumes de las series antes mencionadas. Pero seguimos con el encanto que los autores saben aportar. Por lo que tenemos en Las Tierras de Ogon una nueva serie de álbumes disfrutables que recién sale a la venta este mes. Una aventura en un efectivo volumen con nuevos temas potenciales y una parte gráfica siempre atractiva. Tenemos lo que sería un ciclo paralelo a las Tierras o Guerras de Arran, que puede describirse como el segundo ciclo principal del Mundo de Vientoligero. El escenario funciona en cuanto a ambientación. Va bien. Pero siendo sincero ya me tenía ganado anteriormente. Así que solo me quedó disfrutar de más información del mundo, sobre todo, en el segundo álbum Caras Blancas (este primer volumen trae los dos primeros), escrito por Nicolas Jarry, mi mentor favorito de la serie Enanos, y dibujado por un artista español del que sólo puedo hablar maravillas y no solo porque sea uno de mis «colegas» de FB, al cual descubrí con su maravillosa Hel’Blar (https://www.yermoediciones.com/producto/helblar-1-los-cazadores-de-draugar/).

¿Y de qué va la cosa? Tenemos como os decía fantasía de inspiración africana en un principio, como rara vez vemos en los cómics, y aunque no encuentro el concepto particularmente estúpido en estos tiempos, al menos tiene el mérito de existir y finalmente ser propuesto. A veces hay algo de inventiva, pero visualmente son un poco los mismos conceptos visuales «africanizados» (los centauros son mitad hombre, mitad jirafa, etc.). Y una historia bastante clásica pero terriblemente efectiva, donde encontramos elementos del shonen japonés, el viaje del héroe muchas veces visto y leído teorizado por Joseph Campbell, etc. Todo con salsa de la que promueve siempre Jarry, con humor, aventura con momentos de heroísmo y cargados de drama y tensión. Siempre a buen ritmo con el clímax, tenemos una historia completa en conjunto, que se mantiene unida y de la que queremos desesperadamente saber más tras este díptico. ¡Quiero leer la continuación de las aventuras de Itomë y Djo-Djo!

Siempre que un buen universo se enriquezca, es motivo de celebración.