Reseña: Sunny, de Taiyô Matsumoto

Un manga con el potente don que tienen ciertos mangas de enganchar, en especial, por la originalidad, o mejor dicho, por la sinceridad de las vidas que proponen. Esto es Sunny, de Taiyô Matsumoto. Y aunque parece un escenario que va a sufrir de monotonía, todo cambia a raíz de un giro que casi nadie puede esperar…

ECC Ediciones publica de forma íntegra esta obra ganadora de varios premios y nominaciones, donde Taiyô Matsumoto hace suya una trama autobiográfica en la que se cuenta como vivió en una casa de acogida durante su infancia. Una publicación de seis álbumes originales que ahora ECC trae en un solo volumen, un buen tochal, una edición solo para las mejores cómictecas. La oportunidad de leer de un tirón lo que se presenta como una historia costumbrista centrada en la orfandad pero también una obra de las que evocan esas vidas que pudieron ser y no fueron. Porque para los huérfanos del hogar Star Kids, el Sunny, es un auto averiado y un rayo de esperanza. Inseguros de si alguna vez volverán con sus familias, estos niños confían en su imaginación para que los consuele.

En Sunny, Matsumoto captura las dificultades de los niños en esas casas de acogida, cada uno con sus propias formas de hacer frente a sus vidas. Haruo, de cabello blanco, usa el Sunny para escapar a una fantasía en la que es un forajido que huye, lo que refleja su tendencia a rebelarse para hacer frente a sus sentimientos de aislamiento. Sei, el ratón de biblioteca, se imagina conduciendo el Sunny hacia su casa y encontrándose con su…

Leí un tweet donde recomendaban leer Sunny en el Día del Padre. Sí, ese día que cierta gente quiere quitar de enmedio, otra de las tonterías-tontas que uno tiene que escuchar hoy en día. Una novedad más de los que quieren hundir más el formato hombre de esta época. Recordad siempre que sin una madre no estaríamos aquí pero sin un padre tampoco. Y si alguien odia al suyo pues es su problema. Ambos dos son igual de homenajeables. Ahí lo dejo. Pero regresando…, aquel tweet decía además (lo que me interesó) que Sunny era un manga ideal para aquellos que habían sufrido de pequeños de un hogar roto. Y no puedo opinar sobre ello pero si doy gracias de no serlo. Porque este manga consuela y con ciertas escenas, te hace ver claramente lo que es. Y dependiendo de tu “implicación”, tus lágrimas pueden llegar a salir. Y a no dejar de salir durante la lectura. Aparte me hice súper fan del arte. Es realmente sorprendente cómo el mangaka puede representar tales detalles en las historias de los personajes. Normal que sea ganador de cantidad de premios.

¿Esta historia no es para todo el mundo? Diría que sí. Es más. Creo que a un alto porcentaje de todo aquel que se atreva, e independientemente de su edad, le encantará. Es esencialmente una parte de la vida, la comedia, el drama humano, y el teatro que a una parte del ser humano le ha tocado vivir. Y está bien saber que el daño siempre solo está a un paso. Y aunque uno de este tipo no lo hayamos sufrido, sí que podemos provocarlo. No hubo un personaje que no me gustara.