Reseña: La Casa de las Sombras, de Adam Nevill

Exacto. Estoy on fire con los libros de Adam Nevill y con todas estas publicaciones de su obra que están llegando de nuevo a nuestro país gracias a Minotauro. El talento de este autor británico para el Terror resuena ominosamente en cada escena de sus libros, y lo que es mejor, me inspira. Que puede ser casi lo que más busque personalmente a la hora de leer. Inspiración para las historias que escribo.

Hablamos del autor cuyas obras y estilo, bien se pudieran categorizar de gótico moderno. En La Casa de las Sombras este señor tiene, lo que considero, un ritmo absolutamente perfecto. Lo espeluznante y lo «erróneo» que enfrenta nuestro personaje principal, Catherine, se acumula constantemente a lo largo de toda la novela. No nos bombardea el autor con demasiada información a la vez. Solo la suficiente para dejarnos salivando por más. Un libro como este mantiene el interés del lector y hace que sea casi imposible que encuentres el momento idóneo para dejar de leer. No me importa decir que he perdido horas de sueño por culpa de este libro y no solo por el horror que produce la historia. Nevill no es un autor que te golpee en la cara con un resultado obvio. Escribe con la intención de hacer que su “audiencia” piense y establezca algunas de las conexiones por su cuenta antes de pasar a la siguiente escena de revelaciones. Ese es el mejor Terror explicado en mi opinión. El No-Obvio.

Catherine Howard es una tasadora de anticuario. La enviaron a Red House, «una casa de estilo gótico perfectamente conservada» cerca del pueblo inglés de Magbar Wood, que está condenada a ser un mausoleo pues “honra la pérdida y la locura». La casa está repleta de obras de M. H. Mason, un recluso que convirtió la taxidermia en arte. Los dioramas de Mason son una ventana al infierno, cada uno de los cuales muestra ratas disecadas dispuestas como soldados atascados en las trincheras de la Primera Guerra Mundial. Más grotesco aún, hay un dormitorio repleto de marionetas que mezclan partes humanas y animal. Edith, la sobrina de Mason de noventa y tantos años y única sobreviviente, le dice a Catherine que Mason regresó de la Primera Guerra Mundial sin parte de su cráneo y se encerró allí creyendo que la humanidad al completo eran alimañas.

La historia de fondo de Catherine se entrelaza a lo largo del relato con sus recuerdos. Fue adoptada y criada cerca de una escuela abandonada donde se recogían niños discapacitados. Para más inri, en su pueblo hubo secuestros de niños. Uno de los cuales fue el de su mejor amigo. Esa tragedia envió a Catherine a una espiral emocional, y la fragilidad plagó su vida adulta temprana, que estuvo plagada de matones, engaños y romances fallidos. El escenario y el ritmo de Nevill son perfectos, y los personajes secundarios, como la silenciosa y rechoncha Maude, el ama de llaves de Edith, son perfectamente espeluznantes. A primera vista, Catherine cree que las glorias de Red House harán bien a su reputación profesional. Luego vienen las revelaciones de los malvados homenajes de Mason al horror y ahí ya casi se te para el corazón con cada escena.

Una de las razones por las que Nevill se está convirtiendo en uno de mis autores favoritos es porque termino relacionándome con sus personajes. Lo hice con Luke de El Ritual (https://www.planetadelibros.com/libro-el-ritual-ne/363804) y lo hice de nuevo con Catherine Howard. Entendí esa infancia de ostracismo y falta de sentido de pertenencia. La soledad sin fin que he sentido en algún momento de mi vida. Nevill creó un personaje simpático en Catherine y yo estaba involucrado en su destino.

Otra razón es que Nevill sabe cómo escribir Terror exquisitamente bien. Creo que La Casa de las Sombras se ha convertido en mi libro favorito de Adam Nevill y eso que El Ritual para mí es su obra cumbre.

Una buena colección de un autor que nunca desmerece.