Reseña: Lynx, de Serge Perrotin y Alexandre Eremine

En un futuro muy lejano, el hombre ha colonizado una gran cantidad de planetas, muchos de los cuales han sido asolados por las necesidades de los grandes conglomerados industriales. Para prevenir este tipo de desastres ecológicos, se creó LYNX. Los agentes de esta empresa se dirigen desde el planeta Ter3, en el sistema Bayer (cualquier referencia a una gran multinacional actual en el campo farmacéutico y en el campo de los productos fitosanitarios sólo es pura «casualidad»), donde uno de los agentes llamado Bor de la Roque, el mejor agente del DIPCE (Departamento Interplanetario de Prevención de Catástrofes Ecológicas), es un hombre experimentado y convocado urgentemente por su superior, el comandante Ward. Pero Bor no está de buen humor. Su investigación sobre el planeta Helis estaba a punto de concluir, implicando a la empresa Techlys. Se ve privado de las investigaciones a favor del agente Tervel, un agente notoriamente incapaz y corrupto. ¿El motivo del retiro de su destino? Bor, que ya no quiere un compañero de equipo desde la trágica muerte de su hija y esposa, y se ve obligado a buscar un nuevo compañero.

Comienza así la trama con su nueva compañera de equipo, una jovencita de carácter fuerte, inexperta y más testaruda que tonta que además exige trabajar con un joven de su edad, alguien «divertido» y atlético, un buen compañero y no de esos patanes que siempre hay que ayudar en caso de peligro. Porque… ¡Annet Pyriev no es una cualquiera! Es hija de Pyriev, el magnate de los medios de comunicación…, y una de las principales contribuyentes a los beneficios de la agencia que da trabajo a Bor. Y, por supuesto, tiene intereses en la empresa Techlys que Bor pretende derribar.

Vivimos una gran época para el fan del cómic. Muchos niños de los 70-80-90 ya estamos en edad adulta, somos más críticos con todo y la media del país dice que podemos normalmente permitirnos el lujo de leer lo que queremos. Ya le hemos dado la vuelta al jamón. Pero si nos referimos al maravilloso mundo del cómic europeo (comentaba lo de antes porque raro era el niño que en aquellas décadas podía pagarse un título procedente de la BD), encontramos que buenos dibujantes y guionistas son casi legión. El nivel es muy alto. Y eso se refleja muy bien en un cómic o miniserie como Lynx. En este caso concretamente, el ruso Alexandre Eremine es a la vez diseñador y colorista, dos tareas que asume de forma brillante. Y en cuanto al guion, tenemos una trama de aventuras mezclada con políticas de empresa que engancha. Raro de ver. Aparte del trasfondo de ciencia ficción clásica que se nos presenta con surcadores del espacio exterior. Eso siempre mola y es culpa de Serge Perrotin, el cual crea una construcción hermosa, compleja, con múltiples preguntas sujetas a otras tantas investigaciones en cada uno de los tres ábumes que se recogen en este genial tomo que recién publica Yermo Ediciones.

Mola de Lynx que deja las puertas abiertas a futuras aventuras, que por mi parte espero con impaciencia. Mola también de Lynx que trata muy bien los problemas ecológicos y de forma inteligente. Tenemos un nuevo título para amantes de la ciencia ficción clásica, la ecología y el thriller. Y para los que además gustan de tener un buen cómic europeo entre manos, Lynx debería interesaros.