Reseña: Mr. Joker, de Hideshi Hino

Aunque La Cúpula Ediciones nos está trayendo su obra y muchos la estamos disfrutando, siento que Hideshi Hino está siendo subestimado en nuestro país. Este mangaka es una leyenda por derecho propio en el país del sol naciente y en mi opinión, ciertamente merece más discusión por parte de la comunidad porque sus obras, la mayoría, tratan algo que va mucho más allá del terror.

Sabéis que como gran aficionado al género de horror, uno que tal anda, no se iba a perder los mangas de Hino que se están publicando en nuestro país. Me gustan las mini historias de Hideshi Hino. Sus películas no son tan buenas. Pero sus mangas sí. Tienen un aspecto realmente espeluznante y eso es algo que me gusta de ellos. También tienen una buena narrativa y algo de sangre y mucho de locura del ser humano. Y niños con su miedo eterno a la oscuridad. Eso me interesa. En Mr. Joker tenemos una nueva antología de relatos de horror: cuchillos, espejos, relojes, ratas y gusanos. Un infame surtido de tramas firmadas por el prestidigitador del terror, el extravagante Hideshi Hino, como bien dice la sinopsis editorial.

Noches de Zipango (https://www.cronicasliterarias.es/?p=14603) o Panorama Infernal (https://www.lacupula.com/catalogo/panorama-infernal-rustica/) son posiblemente sus mejores tomos publicados aquí. Y este último, diría que la obra maestra de Hino y posiblemente uno de los tres mejores mangas de terror de todos los tiempos junto con Uzumaki, de Junji Ito y Drifting Classroom, de Kazuo Umezu. Solo por eso siempre voy a querer leer más y más de este autor, que con poco, propone tanto. Pues gracias a él, muchos llegamos al manga de terror hace más de veinte años.

Una misteriosa figura extiende un abanico de naipes. Son cincuenta y dos cartas negras. En ellas, representados, todos los terrores que alberga el corazón humano… Y es que al igual que en Panorama Infernal, las historias contadas en Mr. Joker se sienten reales, como los delirios de un lunático ebrio… Porque literalmente puedes llegar a pensar que fueron escritas y dibujadas por un Hino borracho teniendo una crisis existencial del copón el cual usa su vida familiar desordenada como material. Y en el horror, el señor Hino puede ser genuinamente conmovedor y poético.

No perdérselo es una opción.

No es broma.

J. J. Castillo nació una fría mañana de invierno en la que el murmullo del viento hizo temer al más valeroso. Enamorado de esa sensación, dedica su tiempo a escribir y leer historias que increpen el alma. En el ámbito de las letras ha ganado premios y ha colaborado con cantidad de editoriales especializadas en los tres grandes géneros.