Reseña: Locke & Key, de Joe Hill y Gabriel Rodríguez

Se pueden contar con los dedos de una mano los cómics de Terror actuales tan tan recomendables como esta ya archiconocida obra de Joe Hill y Gabriel Rodríguez. Un título que jamás debe faltar en librerías, siempre disponible lo bueno para el consumidor de cómics. Y se ve en que pronto deparó en serie de televisión (más que aceptable) y en el acogimiento de un público acérrimo que a estas alturas lo quiere saber todo-todito-todo de estos personajes.

Una serie de cómics escrita por Joe Hill e ilustrada por Gabriel Rodríguez, publicada en USA por IDW Publishing y que aquí Panini Cómics vuelve a poner en el candelero.

Os adelanto ya que sí o sí, has de tener esa serie leerla/devorarla, y sé que no soy el primero (ni el último) en recomendar esta obra. Pero hace tiempo que lo hice y a día de hoy, todos me han dado la razón.

Locke & Key es una JOYA.

Todos, y digo todo el mundo que haya leído esta historia, te le va a recomendar. Así que es de esperar reseñas como las que os traigo hoy. Todo se resume a que YA tenéis disponible el primero de los tres volúmenes que recopilan la obra maestra que impulsó a estos autores. Nos vamos a Nueva Inglaterra hay una vieja mansión cuyas fabulosas puertas transforman a todo el que se atreve a cruzarlas. El pasado de la familia Locke vuelve para atormentar a sus actuales miembros… Un árbol lleno de enmarañadas tramas que son maravilla y que se van «arrejuntando» en una.

Una maravilla que demuestra la capacidad narrativa de Joe Hill (hijo de Stephen King, por si no lo sabíais).

Arcos argumentales que os engancharán, poco a poco, con más claves para dar a conocer esta entretejida historia que narra todo lo que acontece en esa parte aislada del estado de Nueva Inglaterra y, por supuesto, alrededor de La Casa de las Llaves.

A lo largo de los años. Las profundidades del misterio que persigue a la familia Locke.

En los 80, escuchar hablar de un titulo bueno dentro del noveno arte era casi normal. En los 90, era raro que un cómic argumentalmente fuera bueno (hay excepciones, por supuesto) pero tenían dibujazos sorprendentemente maravillosos. En la primera década de los dos miles tienes que convertirte en pescador de alta mar si quieres conseguir de aquí y allá lo mejor. Al menos, lo más recomendable. Pero a partir de la segunda década de este siglo surgen joyitas del cómic como Locke & Key que son indispensables si quieres disfrutar del medio. El circulo se completa porque encima reverberan el Terror por encima de todo (algo que en el cine se está dando ahora: es el mejor género, en el que más se innova y el que más recauda). Y todo se cierra cuando empezamos a entrar en la Época de los Integrales y Ómnibus donde las editoriales lanzan al mercado tomos enormes con la idea de que el lector se lleve a casa obrazas al completo como ésta.

Ómnibus para el deleite de los mejores paladares.

Y para historias como ésta que deja cientos de muertos.

Es increíble lo que sientes con relatos así; se devoran con la misma facilidad, naturalidad y rapidez con las que un Primigenio puede devorar a un humano… O a decenas de ellos. Cuando una trama de Terror está bien escrita, bien dibujada… no sé a ustedes pero a mí me pone los vellos de punta. Y no por el miedo. La inquietud del ser humano ante lo sobrenatural es lo que me atrae desde que tengo uso de razón. Ojos lectores que empiezan a recorrer frases y viñetas como los de un niño que disfruta por primera vez con un cuento de miedo. Ansiaba, deseaba como muchos, la vuelta a las novedades de esta publicación porque sé de gente que no aún no la ha disfrutado.

Pero la esperanza nunca se pierde.

Vuelve a haber carne en el menú.

Vuelve a aparecer caviar en el vasto océano de las librerías.

J. J. Castillo nació una fría mañana de invierno en la que el murmullo del viento hizo temer al más valeroso. Enamorado de esa sensación, dedica su tiempo a escribir y leer historias que increpen el alma. En el ámbito de las letras ha ganado premios y ha colaborado con cantidad de editoriales especializadas en los tres grandes géneros.