Reseña: Superman. El Mundo

Ahora que estamos en plena salsa viral con Superman, en formato cómic, una de las mejores novedades que uno/a puede leer es, sin duda, Superman: El Mundo. Donde El Hombre del Mañana, por extraño que parezca, alza el vuelo más allá de Metrópolis y USA, y se dedica a no solo proteger su ciudad sino el planeta entero. Algo que para todos es obvio cuando imaginan a Superman pero que es difícil de recordar en títulos en formato cómic, la verdad. Después de todo, su famosa frase ¡Verdad, Justicia y el Estilo de Vida Americano!, se convirtió en algo que se ha arraigado en el personaje durante mucho tiempo. Sin embargo, el personaje es conocido por explorar el mundo y luchar contra las injusticias en todo el planeta, y no solo en la tierra de las oportunidades, incluso si esto causa desavenencias con el gobierno estadounidense. Pero yo sí que recuerdo el Superman: Birthright, de Mark Waid, por ejemplo, donde se mostró a Clark recorriendo el mundo e interactuando con personas de diversas culturas y orígenes para comprender mejor el lugar que elige proteger. Sin importar la diferencia de cultura, idioma o sistema de creencias, ese escudo rojo y amarillo fue conocido en casi todos los rincones del planeta azul aquella vez. Superman: El Mundo, de Dan Jurgens, este genial tomo que pone en librerías Panini Cómics no es otra cosa que una antología escrita, dibujada y coloreada por docenas de artistas para mostrar su amor y admiración por el bueno del señorito Kent. Un volumen repleto de historias increíbles, y voy a desglosar mis favoritas, las que en mi opinión, representan lo que ha hecho tan perdurable la creación de Jerry Siegel y Joe Shuster.

Para comenzar nuestro increíble paseo por la hermosa canica azul que es el planeta Tierra, la primera historia que encontramos es la que se desarrolla en la tierra del Tío Sam, los Estados Unidos de América, en Dispara primero, piensa después, escrita por Dan Jurgens, dibujada y entintada por Lee Weeks, coloreada por John Kalisz y rotulada por Tom Napolitano. Es un relato que demuestra a la perfección la inmensa empatía de Superman frente a la apatía.

Luego, otro país con bandera roja, blanca y azul es precisamente Francia, la ciudad del amor, donde Lois y Clark, han decidido tomarse un descanso de tanto supervillano y tomarse unas vacaciones en, como ya habréis adivinado, París. Mientras intentan establecerse, un enemigo con aletas llega para arruinarles los planes (me encanta el énfasis en el rosa y el azul, lo que realmente la hace parecer una historia de San Valentín). Incluso Superman necesita un respiro de vez en cuando, ¿no? Pues no.

Otra que me encantó fue Superman en Granada. Sí, la misma que Panini ha editado en grapa y también ha puesto en librerías hace nada. Donde nos vamos con el hijo de Krypton que acaba de redirigir con éxito un meteorito que aterriza en la tundra de Sierra Nevada. Superman, tras interactuar con el meteoro montañoso, se siente sin poderes e incapaz de ascender fácilmente…

La portada de este tomo va ilustrada y entintada por Lee Weeks, y muestra la pose triunfal de Superman con las manos en las caderas, con el icónico globo terráqueo del Daily Planet detrás, emanando luz. Es una imagen extremadamente expresiva y llamativa que inevitablemente acabará en la lista de las portadas favoritas de las obras que adaptan al gran superhéroe explorador azul que todos llevamos dentro.

Una antología indispensable.

J. J. Castillo nació una fría mañana de invierno en la que el murmullo del viento hizo temer al más valeroso. Enamorado de esa sensación, dedica su tiempo a escribir y leer historias que increpen el alma. En el ámbito de las letras ha ganado premios y ha colaborado con cantidad de editoriales especializadas en los tres grandes géneros.