Reseña: The Holy Roller
La originalidad de The Holy Roller para con estos tiempos, me atrajo desde el primer momento en que supe de qué iba. No solo eso. Uno que lleva leyendo cómics de superhéroes más de cuarenta años, si hay una cosa que ama por encima de todo, son las historias de origen de los superhéroes. Ver cómo se forma, cómo se crea, el porqué y cómo da sus primeros pasos el destello de la una estrella. Eso. Bien hecho. suele molar cantidad. Y eso precisamente ha molado bastante de este cómic. Ver como con la única ayuda de su colección de bolas, Levi se convierte en Holy Roller, un superhéroe experto en bolear villanos que luchará para liberar su hogar de la garra de un complot fascista, una banda de neonazis que ha decidido tomar su pueblo, o mejor dicho, donde vive su padre enfermo de cáncer. Rick Remender siempre ha sido uno de mis guionistas favoritos, entonces, ¿cómo diablos esto no me iba gustar?
La idea de esta miniserie que Norma Editorial nos trae recopilada es bastante simple: Levi Cohen, un marginado, regresa a visitar a su padre enfermo, David, y debe lidiar con su doble linaje: ser judío en un pueblecito de mala muerte y ser una especie de fenómeno de los bolos. Es una dinámica interesante que ya te engancha desde el principio cual peli de Nicholas Cage o Liam Neeson. Pero una vez que la historia deja de lado el humor y los chistes explícitos, se vuelve bastante seria en general. El tema con David y Levi es realmente esencial: su relación es donde el humor y la intensidad general funcionan bastante bien, a la vez que es decididamente sana. Además, es donde el «ángulo judío» alcanza su punto álgido. Es esa dinámica la que no solo ofrece a los lectores algo de peso a la trama, sino que fomenta este rico remanso de emoción, historia y contexto que se siente como un contrapunto perfecto a los interminables gags y el humor cursi. La familia y las cosas que hacemos (o deberíamos hacer) por ellos. Es en ese tema donde creo que se nota muy mucho la mano de Remender. Pero aparte del buen guion de Samberg y Remender hay otros “culpables” del buen hacer en este tomo. El dibujante Roland Boschi y el colorista Moreno Dinisio. El equipo artístico realmente ayuda a que esta historia mole. En cuanto a fomentar o profundizar el humor, la decisión de inspirarse en la cultura pop para el diseño de los personajes —como Judd Hirsch para David Cohen, o un jugador de bolos que se parece mucho a cierto papel de John Goodman— fue una forma de mostrar un humor accesible sin resultar excesivamente molesto. Además de ese enfoque general de dar la impresión de estar leyendo una historia de El Vengador Tóxico.
The Holy Roller es una buena entrada al canon de las celebridades que crean cómics actualmente en USA y su curiosa pre-disposiposión a crear nuevos títulos fuera del pijameo de las dos grandes casas. ¡Y a conseguir un pleno contra el crimen organizado! Por eso, ¿qué la idea de The Holly Roller puede ser muy tonta? Estamos de acuerdo. ¿Qué suena todo a película de humor, palomiteo y macarrada únicamente para disfrute del espectador? Estamos de acuerdo. ¿Qué es súper recomendable para el que solo busca divertimento en viñetas y ostias por doquier?
Afirmativo sí.