Reseña: Hércules. Príncipe del Poder

Cuentan que Hércules llevaba algo así como veinte años dando vueltas por el Universo Marvel desde su primera aparición en la que se dio de tortas con Thor, aunque nunca había progresado más allá de ser un miembro ocasional de Los Vengadores y una estrella invitada en alguna que otra historia corta de algunas cabeceras. ¿Qué pasó? Pues que llegó un día y el gran Bob Layton y cambió eso con un par de exitosas miniseries que para muchos fueron muy pronto imprescindibles de leer.

Título indispensable para los que adoramos las aventuras cósmicas al estilo Jim Starlin.

Nunca se ha dudado de la fuerza ni del coraje de Hércules, pero no es uno de los grandes pensadores vitales que existen. Y es que ante la duda, Hércules se lanza al ataque, agitando los puños, y ya dudas pocas… jajaj. Ya que pocas cosas le causan mayor placer que otorgar el don del combate, a menos que se trate de juergas por que en cuanto a juergas, Hércules es único en su clase, ya sea bebiendo, o siendo mujeriego como buen guerrero de los de antes. De hecho, Layton exageró aún más estas características, presentando a un matón súper fuerte pero con el corazón en la mano, que arrastra su personalidad bulliciosa y desbordante por el universo, algo muy al estilo de Conan, el Bárbaro de Robert E. Howard.

En un futuro lejano, Hércules regresa al Olimpo, pero no logra mantener la paz durante un día de silencio reflexivo, lo que resulta su destierro del Olimpo para aprender humildad. Suponiendo que pasará tiempo en la Tierra, se le informa que no se aprenderá humildad entre seres para quienes es un dios, por lo que deberá viajar hacia las estrellas. Entonces Hércules llega primero a los rigelianos, quienes, intrigados por su estatus legendario, preguntan si uno de sus droides grabadores puede acompañarlo a registrar sus hazañas. Pero también cometen el error de permitirle cargar el dinero a su cuenta, y la pareja se embarca en el carro dorado de Apolo…

Y lo que sigue no es nada sutil, y aquí se demuestra que Layton no era el mejor dibujante de cómics del mundo, pero era un guionista maravilloso y se comprueba con lo que ofrece. Buenas dosis de humor y testosterona por un tubo. Donde la famosa frase: «Esto no es solo otra historia de Galactus», hace honor a su nombre.

La etapa completa de Bob Layton al frente de las aventuras del Príncipe del Poder, en un único tomo, no es otra cosa que otra maravilla que llega a nuestras librerías gracias a estos geniales tomos con los que Panini Cómics nos deleita cada poco. Una edición plagada de extras, que incluye material inédito, así como el divertido relato en que Hércules recuerda uno de sus más singulares encuentros con Thor. Además de una primera miniserie exitosa que engendró una segunda, también recopilada aquí.

El capítulo inicial, en el que un Skrull anciano se suma a la compañía de viaje, funciona bien, y Layton logra predecir la trama de Invasión Secreta en uno de sus epígrafes muchos años antes de que se hiciera.

Otro indispensable.

J. J. Castillo nació una fría mañana de invierno en la que el murmullo del viento hizo temer al más valeroso. Enamorado de esa sensación, dedica su tiempo a escribir y leer historias que increpen el alma. En el ámbito de las letras ha ganado premios y ha colaborado con cantidad de editoriales especializadas en los tres grandes géneros.