Reseña: Marvel Limited Edition. Spiderman. Capítulo Uno, de John Byrne

Nadie dice NO a volver a los buenos tiempos, a los buenos cómics y nadie debería evitar a John Byrne en tiempos muy prolongados. Pero lo que tiene delito en mí es que no recordaba que el maestro Byrne hubiera tenido una época con el trepamuros. Que existía y ahora en novedades está en un Marvel Limited Edition un volumen que recopilada la serie de doce números llamada Capítulo Uno donde el consagrado guionista e ilustrador le dio “tratamiento” a nuestro querido vecino Spiderman.

Su visión del personaje.

Así que, como no aprovechar el momento, la publicación de esta genial novedad que se marcan Panini Cómics y SD Distribuciones con su colección de indispensables cómics clásicos los ya tan conocidos Marvel Limited Edition. Es el momento, sin duda, de degustar la miniserie que se llamó Capítulo Uno (Chapter One), del Spiderman, de John Byrne, que se publicó entre 1998 y 1999. Doce entregas, más un número aleatorio #0 -intercalado-, una Renovación de la Telarañas (como bien titula en su articulo inicial Eduardo de Salazar), que nos lleva a los primeros días de Spiderman tal como el maestro decide reescribirlos y los reinventa. Pues la serie esplende y está cien por cien impulsada con inspiración gracias a la mente y pluma de la superestrella de la industria John Byrne, quien proporciona guión y lápices además.

Una publicación que roza los dos miles pero de las pocas series que se podrían ubicar por apariencia y estilo en los benditos años 80. Byrne incluso parece preferir una re-imaginación clásica de una historia icónica del origen de un superhéroe, muy parecido a lo que hizo con el Superman ochentero. Aunque sinceramente con El Hombre de Acero lo hizo bastante mejor. Y eso que Byrne siempre gusta, tiene un nivel muy alto pese a no estar en su top. Es más, Capítulo Uno, en el momento en que se publicó, muchos lo catalogaron y declararon como nuevo «canon» para Spiderman. No obstante, la gente se fue dando cuenta que era una designación hecha un poco a la ligera cuando los poderosos de La Casa de las Ideas se dieron cuenta que era una estupidez cambiar los eventos del Amazing Fantasy #15, al menos, en la forma en que Byrne lo cambia aquí.

Eso si, permitid que aclare que como fan incondicional de todo lo que hace o hizo este señor, honestamente, este MLE hay que tenerlo a poco que seas fan de Spidey. Es diferente. Y al ser uno de los personajes de los que más guiones se publican (Spiderman, Los Vengadores, Batman, Superman…) la palabra “diferente” debería sonaros a “refrescante”. Y apetecible. Cierto es que el medio está lleno de reinicios, de vuelta a los orígenes…, pero al igual que Frank Miller hizo con Daredevil en El Hombre Sin Miedo, Byrne también aporta aquí su ingenio magistral para “retocar” mitología y el resultado neto es cuanto menos digno de leer. Tenéis que quedaros con lo que os dije antes. Hablamos de una serie por la que llegaron a plantearse en un momento dado ponerla como canon.

Eso no es moco de pavo.

Dichos cambios incluyen el momento icónico de la «picadura de araña», que se cambió de «adolescente mordido por una araña radiactiva» a «adolescente es atrapado en una explosión radiactiva y es mordido por araña». Como guinda al pastel, Otto Octavius está presente durante esta explosión y ese es el momento en que adquiere sus superpoderes. Un coctel curioso, ¿no? Pero vincular a Peter y a Otto más estrechamente es una idea con una enorme cantidad de potencial (como lo atestigua la serie Superior Spider-Man), que los dos obtengan sus poderes forjados en el mismo momento exacto ya casi que los une para siempre. Y este es solo uno de los muchos casos en los que Byrne tocará la fibra a los más puristas. ¿Más? Momentos como estos: Anna Watson le da la noticia a Peter sobre la muerte del tío Ben en lugar de un policía al azar, o el Duende Verde es el cerebro tras algunos de los primeros villanos de Spidey. Ideas que en realidad dan la sensación de estar leyendo un What if…?, pero uno de los molones. Aun así, en cuanto a los puristas que no quieren que se les toque nada-nadita-nada, os contaré bajito que hay más momentos sarcásticos que terribles. Por ejemplo, Byrne intenta modernizar el origen haciendo que los estudiantes de secundaria hablen de ir a ver un concierto de los Rolling Stones.

Cosas así.

Digno de ver. Leer. Tener.