Reseña: Corto Maltés. Fábula de Venecia, de Hugo Pratt

El no dejar a los grandes clásicos de lado, tanto de libros como de cómics, hará que tu vida lectora sea mejor. Creedme. Es así de sencillo. Por que lo mejor de lo mejor siempre entra bien, cualquier día, casi a cualquier hora. En cómic, hago referencia a la colección de cómics de un grande como es Corto Maltés. El fenómeno mundial del noveno arte que fuera diseñado por el talentoso Hugo Pratt. Una colección que he retomado (bueno, retomar sería si alguna vez la hubiera tenido), mejor dicho, una colección que por fin puedo obtener para degustarla ahora que Norma Editorial vuelve a editar todos y cada uno de sus números en el formato clásico de álbum al más puro estilo cómic europeo. En color o en blanco y negro. A gusto del consumidor. Fábula de Venecia correspondería al séptimo álbum de la colección. Aunque vuelvo a insistir en que Corto Maltés no es un serial propiamente dicho en el sentido que los argumentos van enlazados. Son más bien historias independientes que, eso si, tienen en común personajes y algún que otro comentario de referencia a aventuras vividas pasadas. Pero se puede empezar por donde uno/a quiera. Eso está claro. De hecho, yo nunca había leído los dos primeros números de la colección hasta este nuevo “regreso”. Y como bien dice su anuncio: Fábula de Venecia es una inolvidable aventura en la Ciudad de los Canales… y yo añado: «Al más puro estilo Indiana Jones«. Y dejo dicho ya también que, sin duda, una de las mejores historias que he leído del personaje. Si no, la mejor.

En Fábula de Venecia, Corto nos sumerge en la atmósfera veneciana nocturna, con una trama salpicada de rompecabezas, tesoros, túnicas negras y masones. Un escenario teatral, en principio, extraño y absurdo pero que se va volviendo más y más tenebroso con el paso de las páginas. Corto Maltés recibe una invitación para recorrer los rincones secretos de Venecia en busca de una esmeralda fabulosa: la Clavícula de Salomón. Pero Corto no es el único en esta búsqueda y a poco que se desplaza a la zona, surgen disparos y emboscadas sobre una ciudad bella pero que en la noche no es más que un oscuro pozo sin fondo. En la curva de un callejón, apenas iluminado por la luz de una farola, en el silencio marcado por pasos más lejanos, en la noche, una noche sin estrellas, oscura y dulce, tal vez adivinemos, apoyado contra una pared, la silueta de Corto. Silueta furtiva, inmóvil, apenas vista, apenas un fantasma tras los callejones de Venecia. En esa lejana noche veneciana, encontré esta aparición del firme marinero que venía tras el humo para infiltrarse en las calles, puentes, callejones, recovecos, en la noche oscura de una luna creciente y tan fina que brinda con whisky en un cielo sin estrellas. Y pasos que se alejan. Y la expectativa de un misterio, el sueño de un enigma, una fábula. Bajo las órdenes del barón Corvo, Corto Maltés se propone encontrar la Clavícula de Salomón. Pero los que la buscan, ¿buscan la piedra preciosa o los grimorios mágicos? Es un desafío que el difunto barón le lanza desde el Más Allá.

A través de los misterios de Venecia, Hugo Pratt nos lleva a “su» Venecia. Los patios secretos, puentes mágicos, las enigmáticas fachadas de palacios decrépitos, las puertas del gueto, estatuas de eruditos, la niebla que se eleva desde los canales… ¿Quién mejor para recrear una historia en ese lugar que un oriundo del lugar? Un diseño elegante donde los dibujos acentúan la luz y la sombra. Historia mezclada con personajes de fábula, reales y ficticios, encuentros inverosímiles para un hereje aunque para un verdadero fan de lo fantástico, una buen cómic de aventuras. De escuadristas a masones, de una joven que se cree la reencarnación de Hipatia al poeta D´Annunzio, de una joven que se parece a Louise Brooks al erudito Melchisedech, especialista en escritos antiguos. Corto Maltés no para e intenta desenmarañar el sueño de los justos. Es un tío contemplativo, siempre dispuesto a actuar, poco hablador, que escucha, observa, lo que no le impide correr por los tejados, pelear, pero adormecido y repentinamente animado como un gato en un tejado; Venecia respira en el oído de Corto misterios que se pierden en las brumas del tiempo.

Fábula de Venecia se publicó por primera vez en 1977. Un titulo que vuelve a apoyar mi teoría (varias veces comentada) que todo guión o novela que devoro del año que nací, termina por maravillarme. Me flipa.