Reseña: Recursos. Un Desafío para la Humanidad

Sabemos que los recursos del planeta no son infinitos pero, al parecer, esto no es obvio para todos. De hecho, ya hemos explotado el planeta hasta el punto de no retorno, como lo está demostrando el cambio climático. Sin embargo, necesitamos encontrar nuevas fuentes de energía para continuar nuestro crecimiento infinito y más allá, a menos que seamos defensores del decrecimiento y de limitar el consumo. ¡Este es el verdadero debate que plantea este cómic tan interesante que en cuanto vi sabía que necesitaba leer!

En cuanto a las recomendaciones con las que los defensores de esta teoría nos bombardean a diario, ya no deberíamos viajar en avión para ir de vacaciones al otro lado del mundo; en su lugar, deberíamos quedarnos cerca de casa, preferiblemente en una bicicleta no eléctrica. Si tienes coche para ir al trabajo, lo mejor es compartir el coche eléctrico. También se trata de reducir nuestro consumo de carne roja y dejar de usar vaquerías como fuente de consumo. La sobriedad se ha convertido en un imperativo ecológico y social… Además, en Estrasburgo, ahora solo circulamos por un carril de la autopista; de lo contrario, nos arriesgamos a ser detectados por radares de velocidad y pagar una multa cuantiosa. ¡Adiós a los atascos en hora punta! ¡Bienvenidos al Nuevo Mundo donde tenemos que trabajar hasta los 64 años (67 en breve en este triste país) e ir en bicicleta al trabajo! Nos dicen que es por el bien del planeta, así que debemos cumplir sin cuestionar nuestro bienestar, ¿no? Claro que algunos se resisten como el matadepelo Trump, que nos dice: ¡Perfora, cariño! ¡Explota petróleo! ¡Vamos a invadir países (con otras excusas) para hacernos con sus recursos! De hecho, el cambio climático no es más que un enorme engaño procedente de China, que también ha importado la COVID-19 al mundo. ¿En resumen? Se trata de no poner en peligro el crecimiento estadounidense ni un cierto nivel de comodidad.

Recursos es un cómic que hace una observación inflexible, pero también irá más allá al proponer nuevas soluciones para el futuro y preservar el planeta, que está sufriendo las consecuencias de la actividad humana. El guionista Vincent Perriot (Negalyod) y el especialista Philippe Bihouix unen sus fuerzas en un ensayo gráfico inteligente y riguroso que nos alerta sobre las consecuencias para el planeta y para nosotros mismos de nuestro actual modelo de producción y consumo. Esto consiste en una especie de decrecimiento controlado, con especial atención a las acciones cotidianas, como no superar los 19ºC dentro de una casa… y eso que Jeff Bezos mientras tanto navega por los mares en su yate gigante, comiendo dulces. Sí, todos sabemos que los ricos son los mayores contaminadores del planeta pero eso no quiere decir que los demás debamos estar en el mismo nivel de jilipoyismo.

Un álbum que tiende a hacernos aceptar la necesaria sobriedad tecnológica. Algo que quizás no atraerá a muchas personas que no quieren que se reevalúen sus patrones de consumo. Aunque las generaciones jóvenes podrían ser un poco más sensibles a este tema, ya que forman parte de este movimiento a favor de proteger el planeta a costa de nuestra comodidad. Y cabe destacar que otra premisa es romper nuestro sueño de conquistar la galaxia al darnos cuenta de que es científicamente imposible, incluso si desarrolláramos ciertas tecnologías en el futuro.

En resumen, estamos verdaderamente condenados a permanecer en nuestro planeta y, por lo tanto, es importante cuidarlo bien y empezar ahora, aunque sea a pequeña escala, a cambiar nuestros hábitos de consumo. O no habrá un mañana para nuestra descendencia.

J. J. Castillo nació una fría mañana de invierno en la que el murmullo del viento hizo temer al más valeroso. Enamorado de esa sensación, dedica su tiempo a escribir y leer historias que increpen el alma. En el ámbito de las letras ha ganado premios y ha colaborado con cantidad de editoriales especializadas en los tres grandes géneros.