Reseña: X-Force Vol. 1, de VVAA
Recuerdo con pasión la llegada del número #1 de X-Force a los kioscos del lugar donde vivía. Poco después lo vi en librerías especializadas y los compis flipaban pasando las hojas de la grapa y adquiriéndolos con fervor. Los mutantes volvían a estar a la orden del día. Llegaba una nueva serie. De mutantes, de tíos hinchados y poderosos con un Rob Liefeld a tope de power. Recuerdo también que entonces extrañaba sentirme abrumado por la cantidad de elementos cambiantes de los cómics de aquellos rarunos años 90 donde todo parecía cambiar con cada hornada. Y casi que no me gustó saber que este título era una continuación y una reestructuración casi total de la serie original de Los Nuevos Mutantes. Porque de ahí partía. De hecho, en este Marvel Gold que recién edita Panini Cómics los contiene. Aporta los tres numeritos (The New Mutants #98-#100) de donde parte la primera trama. Y entonces brotó una nueva cabecera llamada X-Force, la historia que continúa justo después.
Pero si Los Nuevos Mutantes de entonces no eran tan divertidos para un adolescente (un equipo de jóvenes, bastante dócil, bastante infantil), X-Force presentaba una ventaja que quizá ni siquiera está presente a día de hoy en los X-Men. El equipo es realmente despiadado y muy poderoso. La mayoría de sus miembros son auténticos genios, y aunque no matan, siguen siendo extremadamente agresivos, hasta el punto de cortarse una
mano si hace falta. Cable es un personaje súper interesante; probablemente no te equivocas leyendo cualquier historia en la que participe. Porque mola taco. Y también tenemos a Domino, Cannonball, Shatterstar y Boom Boom. Una alineación épica de personajes, los mismos que gracias a su potencial, se consolidaron dentro del Universo Marvel con el paso de los años.
No me iré sin decir que pese a todo, X-Force es uno de los títulos con los que tuve una de esas relaciones de amor u odio que a veces se tienen. A mí me encanta por su ilustración exagerada, su física imposible, su extrema falta de proporción en los dibujos precisos y su intento de copiar a tantos personajes como sea posible (¡y lo más notable es que sale un Lobezno, lo juro!). La historia también juega con los clichés más obvios: un grupo de superagentes que deben proteger a toda USA y a sus agencias de inteligencia de amenazas inminentes. Quizás se pueda hacer referencia a algún turbio guion donde el grupo de
personajes atiende a un contratista militar independiente… Y cosas así. En argumentos, X-Force continuó siendo muy ochentero. Pero en cualquier caso, si te gusta la violencia excesiva e injustificada de los 90, combinada con una acción extrema, este cómic es para ti. Y para mí lo fue hasta que tanta constancia de esto con el paso de los números, me cansó. A eso hay que sumar (o restar) que el nivel gráfico de Liefeld fue en declive con los años en vez de todo lo contrario. Pero sin duda, lo mejor de los mejor, está en estos primeros números que se incluyen en este primer Marvel Gold que para mí es indispensable de tener si eres un buen amante de los cómics Marvel.
El arte puede ser un gusto adquirido, con una anatomía exagerada y, a veces, deja de lado la narrativa para una pose impactante. Pero el entusiasmo y la energía que los autores infunden en cada página son innegables. Rebosa emoción.
Joyita del cómic de superhéroes.
No te arrepentirás de tener/leer esta colección, me atrevería a decir que, da igual el año en que decidas hacerlo.