Reseña: Carne para la Eternidad, de Robert W. Chambers y H. Carrington

Reunir aunque solo sean dos relatos en un formato genial, pequeño y llevadero son algunas de las cosas geniales que hace Pulpture Edicciones en su Colección Almaya. En Carne para la Eternidad, por ejemplo, tenemos la oportunidad de leer y devorar (porque este señor era un maestro), dos relatos donde el eje central de las tramas son las momias, esas que ponían los pelos de punta a Indiana Jones.

Las colecciones de cuentos sobrenaturales de Robert W. Chambers, publicadas a principios de siglo, influyeron en autores como H.P. Lovecraft, que introdujo la escritura estadounidense de terror y ciencia ficción en el siglo XX. De Chambers, ya sabéis, súper recomendable leer si no lo habéis hecho ya su antología joyita El Rey de Amarillo, que tantos otros libros, cómics, pelis y series de TV ha inspirado. Pero fue un creativo que le dio a todo. Y eso que le iban bastante las historias de asesinatos muchas con algún girito de superstición.

La Bella Durmiente de Säis (un caso del rastreador de personas desaparecidas) fue escrito para el Post. Una historia que posteriormente se transformó en novela y fue trasladada al formato serie de radio-drama. Historia muy bien llevada que devoras en nada y que promueve la idea de la fuerza e intensidad de las personas por encontrar a su amor perdido. De saber. De matar la incognita de porqué se fueron o si alguien o algo se las llevó. Una historia donde el Sr. Keen encuentra gente desaparecida. La mayoría de ellas, repito, amores que estuvieron y ya no están. Un detective que nos demostrará cuán infierno se vuelve todo cuando nos vemos en esa situación.

El otro título que se aporta en este mini-volumen es Zenobia: Un Sueño del Antiguo Egipto. Una obra teatral de H. Carrington en la que dos exploradores conocerán, tras haber revivido a una momia mediante un antiguo ritual, la trágica y oscura traición que llevó a esta a la tumba hace cientos de años.

Si os soy sincero, adquirí este librito solo por la historia de Robert W. Chambers y por no perderme la magnífica colección de pequeñas joyitas narrativas que la Colección Almaya propone. Incluyen en su interior unos anuncios muy chulos al estilo «pulp». Robert W. Chambers fue el clásico hombre modelo a seguir: literato curioso, culo inquieto que brindaba por el compromiso y la originalidad… Escritor que tenemos muy claro que promocionó la deferencia del maestro H.P. Lovecraft años después. Pero un escritor que trabajó los muy diversos géneros. Sin emabrgo, siempre muy centrado en eso hechos que no comprendemos los seres humanos pero que nos rodean constantemente a poco que miremos.

Carne para la Eternidad es una mini-colección maravillosa, una más de las que espero poder disfrutando en la colección. ¡Qué el ritmmo no pare! Ya gocé de chuladas como El Espectro del Abad, de Louisa May Alcott, El Color que Cayó del Cielo, de H.P. Lovecraft, la magnífica La Ventana de la Biblioteca, de Margaret Oliphant (https://www.cronicasliterarias.es/?p=1380) y Leyendas del Antiguo Testamento y Últimos Cuentos de Fantasmas de un Anticuario (https://www.cronicasliterarias.es/?p=6491), de mi eterna inspiración M.R. James. Pero hay más.

Echadle un ojo: http://pulpture.com/category/catalogo/coleccion/almaya/

Y que no se me olviden las soberbias traducciones y apuntes a los títulos de Óscar Mariscal.

Hermano mío, en cuanto a gustos.