Reseña: Neonomicon, de Alan Moore y Jacen Burrows

Llega una nueva edición del gran Neonomincon del maestro Alan Moore. Una edición además que contiene las dos miniseries que siguen esta serie de investigaciones al más puro estilo Lovecraft. Pero con el toque Moore que lo hace un poquito-todo especial. Este nuevo tomo que publica Panini Cómics recopila los cuatro numeritos que tuvo la serie Neonomicon pero también incluye los dos de The Courtyard, que con ellos se inicia el volumen y también son partes de la misma historia de Providence, a la que hacen precuela. Estamos ante la versión de Moore del Mito de Cthulhu y después de lo leido me pone ansioso saber que Providence es esa joyita que le sigue, de la que me han hablado maravillas y que aún no he conseguido devorar.

Cuando te metes en la trama tienes muy claro que Neonomicon y The Courtyard, su historia introductoria, son bastante directas en su narrativa y bastante fáciles de seguir. Pero tengo que admitir que esplende y que perciobes que hay un tramón detrás y que pone nervioso y quieres saber más y más. Y lo mejor/peor es que con cada página parece que todo está a punto de explotar. Y no explota. Y te mantiene en tensión cada paso del agente federal Aldo Sax cuando se infiltra en las profundidades de los barrios bajos para encontrar una droga misteriosa llamada Aklo, cuando queda atrapado en una red de locura lovecraftiana con un tal Johnny Carcosa en el punto de mira… Entonces Aldo Sax se encuentra con horrores cósmicos y voltea su mierda de tal forma que incluso su caso puede llegar a ser creíble. Y esto me encantó. Moore haciendo un esfuerzo grandísimo por contar una historia de forma que parezca real o que, de algún modo, podría haber ocurrido realmente. Además, mola mucho como Moore siembra los guiones de cantidad de referencias lovecraftianas, como La Sombra sobre Innsmouth, El horror de Red Hook, Zothique (que en realidad es del maestro Clark Ashton Smith) y ese investigador famoso que es Randolph Carter y que aquí resulta ser la voz cantante de un grupito de rock llamado Los Gatos de Ulthar (también referencia un relato de Lovecraft).

Y después en Neonomicon nos vamos de visita al sanatorio, con los agentes Lamper y Brears continuando donde Aldo Sax lo dejó.

Y ya la serie se vuelve definitivamente no apta para aprensivos.

Alan Moore es el primero en decirte que cada vez que leas sus historias, especialmente, si ha pasado una buena cantidad de tiempo, vuelvas a ellas porque encontrarás cositas nuevas que anteriormente pasaste por alto. Obtendrás historias de una manera diferente, bajo una nueva luz, en un mejor entendimiento. Se tira ese pegote de los gordos (otro más) pero lo peor de todo es que el cabrón tiene razón. Y un amigo mío, hablando hace poco del tema, añadió que, sin importar el orden en que hayas leído estas historias enlazadas, si lees una de ellas, no puedes (por todos los dioses no lo hagas), debes leer las tres para apreciarlas como una al completo.

Como un todo. Y es que probablemente así fueron escritas.

El FBI y lo paranormal mezclado siempre mola. Y Moore no duda en señalar que Neonomicon y The Courtyard se inspiraron en El silencio de los corderos para algunas escenas. Y supongo que mencionar Expediente X sería demasiado obvio. Pero insisto, lo que está claro es que el FBI y lo paranormal son una gran combinación narrativa que funciona tan bien como el pan y la mantequilla o el tomate y el jamón. Y lo único que puedo asegurar es que, estos tres agentes especiales no serán los mismos después de todo lo vivido aquí.