Reseña: Wonder Woman. Vuelve Junto a Mí, de Amanda Conner, Jimmy Palmiotti, Chad Hardin y Tom Derenick

Mientras Tom King y Brian Michael Bendis “perdían el tiempo” en sus cómics involucrando a sus héroes en misiones épicas y cósmicas, el equipo creativo de Harley Quinn como son Amanda Conner, Jimmy Palmiotti, Chad Hardin y Tom Derenick tomaron inteligentemente una ruta diferente con su historia de Wonder Woman: Vuelve Junto a Mí. Un arco argumental muy chulo de seis números, un tomito que ahora recopila ECC Ediciones en tapa dura, ideal para nuestra colección de las aventuras de la amazona más famosa de todos los tiempos. Una historia muy humana, pero no con el típico trasfondo de ataque de supervillano o desastre cósmico; algo más cercano y que nos atañe casi a cada momento como es un incendio forestal. Así empieza. Una tragedia muy humana que solo el que lo ha vivido de cerca, sabe del horror que ese monstruo conlleva.

Cuando comienza Wonder Woman: Vuelve Junto a Mí, Diana y Steve son adorablemente inseparables ya que viven juntos (con la invitada temporal Etta Candy). Ppero a Steve le surge un vuelo en un avión experimental al día siguiente. En fin, no hace falta ser un genio para saber que habrá complicaciones, pero antes que Diana pueda insistir en eso, tiene que lidiar con un horroroso incendio que ha atrapado no solo a docenas de personas sino a cientos de animales en un terreno acotado que se encoge rápidamente y está rodeado de llamas. Las ilustraciones en esta parte de personas y animales que luchan por sobrevivir son impresionantes.

Quizás algunos, guiados únicamente por las películas, no lo sepan. Pero Diana es capaz de hablar con los animales, uno de esos poderes que se utilizan con frecuencia para situaciones cómicas pero que en una historia como Vuelve Junto a Mí toma fuerza. Y le da a la situación un efecto brillante, ya que esencialmente trabaja como traductora entre los dos grupos que se necesitan mutuamente para sobrevivir. Palmiotti y Conner hacen un trabajo increíble capturando todas las diferentes facetas de Wonder Woman: guerrera, pacificadora, salvadora y le sobra tiempo para tomarse un piscolabis con los bomberos sin pestañear. Esta Diana es divertida, algo que falta en otras de sus muchas aventuras, sin embargo, cuando las cosas toman un giro serio (el avión de Steve se pierde sobre el Atlántico y nadie tiene idea de dónde está), su faceta más dura aparece. Y es cierto que hemos visto desaparecer a Steve más de una vez, incluso en la carrera actual de G. Willow Wilson, pero este equipo creativo hace un buen trabajo con dicho juego emocional. Y bueno, todo el que esté puesto sabe que, desaparecer sobre el Triángulo de las Bermudas, no es ninguna broma.

Tormentas misteriosas, mundos perdidos, animales de bosque, monstruos impresionantes… Wonder Woman: Vuelve Junto a Mí contiene una trama tan variada que es casi discordante. No obstante, también es amena y divertida. ¿Cangrejos parlantes? ¿Hombre-Jaguar gigante? ¡Por qué no! Un tomito que adopta la estética de la Edad de Plata de una manera que otros intentan pero que a pocos resulta. Con excelentes ilustraciones y grandes giros en la trama que la hace indispensable de tener para amantes de todo-todito-todo de la princesa Diana.

El último número de la miniserie Wonder Woman: Vuelve Junto a Mí, lo resume todo bastante bien. Nos embarcamos en una divertida aventura con Diana, Steve Trevor y compañía. Nos llevan a una isla misteriosa con criaturas prehistóricas y finalmente a galaxias alienígenas distantes. Una trama con mucha acción y muy pero que muy ágil. Tanto que se lee en un ratejo de sillón. Además, el arte de Tom Derenick es divertido y está lleno de energía. Su representación de acción y movimiento está llena de poses dramáticas y excelentes ángulos. Su trabajo tiene una claridad, no demasiada desordenada que diría que es una mezcla de complejidad y sencillez.

Buen tomo.

Reseña: Batman. Yo Soy Bane, de Tom King y David Finch

Batman: Yo Soy Bane está ilustrado por David Finch. El trabajo de Finch es fascinante. Su obra de arte es fascinante, especialmente las escenas de lucha entre Batman y Bane. Y la historia nunca abarata la batalla. La lucha es larga pero nunca se prolonga, las ilustraciones de Finch son tan poderosas que los lectores pueden sentir cada golpe y cada mueca de sangre. En resumen, tras una historia con un clímax fantástico, ya merece la pena muy mucho comprarse este tomo.

Bane es un villano muy singular en la galería de malos-malutos del Caballero Oscuro. No solo le destrozó la espalda a Batman en La Caída del Caballero Oscuro a principios de los 90, también es uno de los raros villanos que lograron prominencia fuera de la Edad de Oro de los cómics donde el Joker, el Pingüino, el Acertijo, Catwoman y El Espantapájaros eran toda una serie de villanos que surgieron sobre 1940 y desde entonces han seguido atormentando al orejas picudas hasta el día de hoy. Pero es raro que aparezca un enemigo y se coloque en la categoría de dicha lista clásica (Ra’s al Ghul llegó en los 70s) y se quede, como Bane se quedó, para volver a grandes arcos donde se brinda por la venganza en sus más altas cotas.

Escrito nada más y nada menos que por el tan de moda Tom King, Batman: Yo Soy Bane (números de Batman #16-#20) es para muchos de nosotros el clímax al King’s Rebirth of the Batman. Eventos anteriores como Yo Soy Gotham y Yo Soy Suicida forman junto a Yo Soy Bane una trilogía con un clímax que muy pocas historias consiguen en conjunto. La espera ha valido la pena.

Batman: Yo Soy Bane comienza con el Cruzado de la Capa capturando al que capturó a su vez al Psico-Pirata y lo colocó en los cálidos confines del Arkham Asylum. No obstante, Batman necesita al Psico-Pirata. Es el único que puede salvar a Gotham Girl, aunque necesitará cinco días para hacerlo. Bane quiere recuperar su premio. Y no se detendrá ante nada para recuperar a su colega. Su primer ataque demoledor es contra los confidentes más cercanos a Batman; Nightwing, Capucha Roja y Catwoman, por nombrar algunos. Un terrible ataque que sacará a Batman de las sombras… Aunque también a un Caballero Oscuro que ya viene con su propio plan. Lo malo es, que ese plan propone enfrentarse cara a cara con Bane, una vez más. Y en su territorio. Dentro de la fría pesadilla conocida como Arkham Asylum…

Una excelente miniserie. Claro, que se complementa con los dos arcos de la historia anterior, pero Batman: Yo Soy Bane se entrega en cada página, dentro de cada viñeta y se puede disfrutar de forma independiente sin ningún problema. Tom King hace un gran trabajo elevando la tensión entre los dos combatientes antes de que ninguno de ellos haya lanzado un golpe. Y cuando los golpes comienzan a volar, es pura armonía ilustrada para cualquier fan del género de superhéroes. Además, en uno de los números se trata un tema muy interesante. En él, los pasados individuales de Batman y Bane se desarrollan a la vez pero a distintos lados de cada viñeta. Aquí, los lectores obtienen una visión comprensiva de ambos personajes cuando eran niños, después de haber perdido a sus madres, sin embargo, la vida de uno es nadando en la riqueza y la comodidad, mientras que el del otro rasga todos los aspectos de la pobreza. Quizás, Tom King sea capaz de conseguir que tengas cierto feeling por Bane durante este tramo.

Pero ambos les une el impulso del odio. A ambos, los alimenta. Solo sus entornos los distinguen y conducen a elecciones inevitables. Uno busca detener el crimen. El otro busca gobernar sobre aquellos que los cometen. Son dos caras de una moneda similar. Pero solo una cara de la moneda puede quedar sobre la mesa.

Muy disfrutable Batman: Yo Soy Bane, uno de los últimos tomos publicados dentro de Batman Saga. La colección de tomos de franja frontal amarilla de ECC Ediciones; que centran una idea, un todo, una colección de buen ver con la que El Caballero Oscuro celebraba el pasado 2019 sus ochenta años de existencia. Tomos hechos para coleccionar y recopilar sus mejores arcos argumentales.

Reseña: Deathstroke. Arkham – Primera Temporada, de Christoper Priest, Fernando Pasarín y Carlo Pagulayan

Lo interesante del lanzamiento de este nuevo arco de Deathstroke es que estamos retomando las tramas en curso de las series del personajes más potentes DC. Con esta nueva oleada de TPBs recopilatorios, que a mi modo ver recogen los arcos argumentales más interesantes del momento; quedé con ganas de más después de haber reseñado en su día el Deathstroke vs. Batman, que tanto moló.  Y que además hizo que reparara en su guionista. Por lo que pude saber entonces, Chistopher Priest se había tomado un descanso prolongado desde aquella historia, que fue una retrospectiva ambientada en la supuesta muerte de Tim Drake. Sí. La última vez que dejamos Deathstroke, era un hombre destrozado, dañado en el alma por un antiguo amigo, traicionado por su esposa, y finalmente prisionero en el famoso Arkham Asylum… No obstante, ahora Priest regresa al personaje y nos lo sirve en medio de una brutal pelea en la cárcel con famosos villanos de Batman, incluidos el Dr. Destino, Victor Zsasz, Mr. Frío, etc. Escenas impactantes que terminan con un acto gráfico de violencia, hasta que Slade se despierta, despojado de sus armas, en una celda de Arkham con solo Wintergreen como compañía.

Así comienza el viaje de Slade hacia el bienestar mental. O al menos eso es lo que Arkham está anunciando. Y es que amigos míos Christopher Priest es conocido por derribar los estereotipos de la DCU. Si a este guionista en potencia se le otorga poder absoluto sobre el Centro de Salud Mental de Gotham, sabemos que la va a liar parda. Mientras tanto, Slade intenta ubicar su situación actual y si hay una salida, queda claro que está lejos de ser el único recluso que ha quedado atrapado tras este confuso desastre. Todos los villanos que encontró en el segmento inicial también estaban allí, despojados de sus poderes. Arkham estaba experimentando un nuevo sistema de terapia: terapia grupal realizada completamente a través de realidad virtual, lo que permite que los internos se reúnan sin poner en peligro a nadie… O esa era la idea.

Genial este punto de partida. Hemos visto Arkham antes, hemos visto a estos villanos del Orejas Picudas antes y hemos visto a Slade escapar antes… Pero, ¿qué nos impide disfrutarlo de otro modo? El guionista Christopher Priest (Liga de la Justicia) y los dibujantes Fernando Pasarín (Batgirl) y Carlo Pagulayan (Convergencia) nos traen una nueva aventura de Slade Wilson que no será la única de este volumen, ya que también se aportan tres numeritos relacionados (#27-#29) en la cabecera de los Teen Titans.

Deathstroke: Arkham – Primera Temporada nos devuelve un personaje a sus retorcidas raíces «noir». Regresa a Arkham sin recordar lo que sucedió, y gente diciéndole que el interno con el que dice convivir no existe. La situación es solo un poco mejor para sus aliados y la familia de Deathstroke en el exterior. Aunque Priest deja claro que tiene muchas más ideas en mente para la carrera de este villano que con poco, cada vez parece más interesante. Además, no ha perdido nada el ritmo tras el arco con Batman. Sí es cierto que se necesita mucha atención para analizar lo que está sucediendo, en ocasiones, pero no porque la historia sea confusa, más bien, tiene muchas capas. La cabeza de Slade es un lugar aterrador e incluso él lo sabe. La progresión de Slade como villano-sociópata, a alguien que cuestiona su propia cordura, se ha desarrollado ya a cargo de algunos guionistas que se han topado con el personaje. Pero es Priest (ayudado en este caso por Adam Glass) quien sitúa a Slade finalmente en el peor lugar en el que una mente tan desquiciada puede estar.

Un lugar para criminales dementes, justo después de que su amigo más cercano deje de hablarle… Un espejo que emitirá el peor reflejo. Slade abriendo la puerta a todo el Mal que lleva dentro.

Muy buen cómic.

Reseña: Aquaman. Primera Temporada. Aguas Silenciosas, de Kelly Sue DeConnick, Rocha, Henriques, Sunny Gho y Viktor Bogdanovic

El Aquaman de Kelly Sue DeConnick, es decir, el arco llamado Aguas Silenciosas, a estas alturas, es una toma inusual del personaje. Un cómic editado por ECC Ediciones como Primera Temporada, pero también un inicio, un comienzo, un TPB genial para nuevos lectores o para aquellos que tienen una cuenta pendiente con Aquaman, del que solo conocen pequeños detalles sobre su identidad y tienen escasas referencias a la continuidad pasada. Y aunque en ciertos momentos lectores me di cuenta que DeConnick desconectaba de los elementos primordiales que hacían de Aquaman para mí un verdadero disfrute, tenía curiosidad por ver cómo terminaría por integrar los rasgos principales del Aquaman más tradicional. En esos que no hace mucho, tanto insistió DC para volver al personaje un superhéroe súper serio.

En Aguas Silenciosas encontramos a un personaje principal, alejado de la Justice League/Aquaman: Drowned Earth. Aquí es un depositado amnésico en las costas de El Pueblo de Aguas Silenciosas. Lo que finalmente se revela como una isla (a lo Perdidos) en la que varias deidades acuáticas parecen haber sido exiliadas. Aunque aquí a DeConnick le va bien usando una variedad de dioses indígenas en lugar de los de la mitología griega/ romana que generalmente pueblan los cómics de superhéroes. Dándonos así una trama bastante atractiva y también sin muchas complicaciones: se le pide a Arthur que negocie la paz entre unos dioses y otros. Y nuestro Aquaman lo hace, aunque eso lleva a una batalla entre seres de poderes divinos y ultra-maravillosos. Me moló ver como los acantilados animan a este perdido Aquaman a redescubrir sus poderes acuáticos, una sorpresa para él, aunque no para sus fans de siempre… Pero iré a lo que verdaderamente me ha gustado de ese TPB que recopila los números del #43-#49 de la serie regular. Se cuenta una leyenda extendida de estos dioses, que se presenta en el tercer número. Es inesperadamente apasionante y contiene ese poder de convencimiento que tenían las antiguas leyendas mitológicas. No os la voy a descubrir. Tendréis que leerla. Cuando todo aquí se extiende al alcance del Rey de los Océanos, todo más allá de la típica Atlantis, Arthur, completamente inconsciente de su vida como héroe y rey, antes por lo general, estaba empantanado de política y responsabilidades. Todo el santo día tratando de descubrir cuál era su papel entre dos mundos en disputa. Pero aquí DeConnick nos lleva a una aventura más clásica, diferente y disfrutable. Todo ello para explorar qué tipo de persona es, sin el peso de Atlantis sobre sus hombros. ¿Y adivina qué? Aquaman es un tipo genial cuando no está preocupado por un reino a sus espaldas.

Mientras sus recuerdos no regresen, eso se mantendrá.

Un nuevo equipo creativo toma las riendas de este Aquaman que engancha. Y no es por sus referencias a la última película. Tiene mucha culpa su atractivo visual, los lápices de Robson Rocha, las tintas de Daniel Henriques y los colores de Sunny Gho son maravillosos a los ojos. Una aire manga preciosista dan entre todos y el dibujo es puro deleite. Con una guionista en estado de gracia que trabaja diligentemente en la elaboración del misterio que se origina en El Pueblo de Aguas Silenciosas. Una historia que a medida que avanza, se revelan distintos detalles que no se perciben a simple vista, en especial, cuando se trata de la aldea y sus habitantes. Con los que, sin duda, quieres profundizar y de los que quieres obtener todas las respuestas posibles a lo que en tu cabeza se está removiendo.

Soy uno que hace mucho que está cansado de tanta política en la Corte de Atlantis. O al menos de las historias de Aquaman que ven a Arthur principalmente bajo el agua. Prefiero aventuras aleatorias así, más mundanas, con su intriga y su resolución. Dentro y fuera. Tramas anteriores en la carrera de Dan Abnett, con Arthur jugando con el FBI o abriendo una estación diplomática sobre el agua están bien, de vez en cuando, pero uno cada vez más, quiere complicarse menos su vida lectora y dedicar su lado del cerebro activo a sólo disfrutar con la trama-simple. Lo palomitero, que se dice. Con ese fin, la historia de DeConnick es digna de guión de película o miniserie de TV. Un guión fresco y emocionante para todos los públicos. Y muy gustoso para el fan de Aquaman de toda la vida.

No se necesita más, señoría.

Reseña: Joker. Primera Sangre, de Michael Green y Denys Cowan

¿Qué tipo de persona se convierte en un Joker, un sádico, asesino compulsivo, un evocador poeta o artista que pinta con sangre? El guionista Michael Green (guionista/productor de la magnífica serie de televisión, Héroes) ha sabido cautivarme como pocos con esta miniserie que contó originalmente de seis números en la curiosa colección Batman Confidential. Una posible versión de quién era esta alma en pena antes de convertirse en el Payaso Príncipe del Crimen. Una que puedo decir además, que es la más molona y original, y que se ha convertido en mi segunda favorita tras el top-one desbancable como es La Broma Asesina. Todo ideado en torno a Batman, y como el orejas picudas se cruzó por primera vez con un desdichado-tipo que estaba destinado a convertirse en su enemigo más mortal. ECC Ediciones nos trae un buen tomo que recoge lo comentado. Esta revisión del origen del Joker en un volumen que también incluye la historia Tiene derecho a guardar silencio, de  Andrew Kreisberg (Arrow) y el dibujante Scott McDaniel (Nightwing). Pero lo llamado Primera Sangre, comprende los números #7-#12 de la serie Batman Confidential, colección que consiguió albergar cincuenta y cuatro números con arcos argumentales muy chulos algunos como aquel llamado Bad Cop, del que tan buenos recuerdos tengo.

En Joker: Primera Sangre, estamos ante un cómic donde este ser demoníaco acaba de nacer. Y no muy tarde cruzará su alma desprendida de razón, con la ofuscación de Batman. A partir de ahora, veremos hasta dónde llegará el Caballero Oscuro para derribar esa nueva locura criminal que desprende ese insensato ser que la naturaleza y una vida de desdichas con los habitantes de Gotham City, ha creado. La última risa. La primera. El primer encuentro del Joker con su odiada némesis Batman y un escenario para una guerra lunática. Dos íconos de la tragedia y la comedia, el bien y el mal, destinados a enfrentarse hasta el fin de los tiempos. En una lucha sin límites, con irrupciones inesperadas de mentes muy bien preparadas como la de Lex Luthor y su Jumbo-Bots.

Es curioso como podemos encontrar aquí como el orejas picudas es capaz de liberar a todo un país, cuando se supone que él solo se limita a su ciudad de sombras como es Gotham. No obstante, también es una historia donde poder ver hasta dónde es capaz de llegar el Príncipe Payaso del Crimen para derribar la razón a la misma vez que impone el terrorífico inframundo en Gotham City. Joker: Primera Sangre es donde Michael Green (Supergirl) y Denys Cowan (Question) arrojan luz sobre quién fue el Joker antes de convertirse en El Mal personficado. Y cómo él y Batman se cruzaron incluso antes del día en que fue creado. La revisión de un origen, con confrontaciones algunas memorables, que probablemente recordarás bastante tiempo.

Primera Sangre es de esos arcos que uno tiende a recomendar fácilmente. Con una DC en aquellos años (2008-2011) empeñada en que su personaje icónico por excelencia del siglo XXI tuviera un arte que fuera como mínimo bueno. Y no me refiero solo al dibujo, sino también a tramas que tuvieran algo de profundidad como base. Que tuvieran jugo, independientemente de la cantidad de números en los que se tuviera que desarrollar. Y déjenme decirles que quizás el dibujo de la serie Batman Confidential no le haya gustado a muchos, porque es obvio que fue de mejor a peor con el paso de los números. Pero en estos primeros números entre los que se desarrolló Primera Sangre, mola cantidad. Tanto que he decidido buscar más obras de Denis Cowan. Conclusión: Un puntaje alto para la acción acelerada de este arco. Donde incluso la mejor acción cubre completamente el hecho de que un comienzo prometedor se lleve a límites extremos para provocar que muy poco podamos olvidar que el Mal reside en las personas siempre.

Sólo se tienen que dar las circunstancias para despertarlo.

Reseña: Batman. La Batalla por la Capucha, Tony S. Daniel, Fabián Nicieza, Guillem March, Joe Harris y Tom Mandrake

Uno de los grandes arcos argumentales de DC en los últimos tiempos, fue La Batalla por la Capucha. Un historia publicada en 2009 que consta de una miniserie homónima de tres números escrita por Tony S. Daniel, así como una serie de tramas vinculadas. En definitiva, todo lo que ECC Ediciones nos va a recoger en dos geniales tomitos de Batman Saga, los del frontal amarillo, los mismos que no paro de recomendar para iniciados o grandes coleccionistas de los mejores arcos en lo que se refiere al orejas picudas y quieran tenerlo todo-todito-todo bien recopilado. La historia central de La Batalla por la Capucha detalla el caos en Gotham City después del Batman R.I.P. y los arcos paralelos como Crisis Final. A groso modo, todo se debe a la percepción de ausencia y abandono de Batman del podio destacado donde siempre debió estar. Pero su desaparición en realidad es causada por la aparente muerte del personaje a manos de Darkseid en Crisis Final, lo que provoca disensión en las filas de sus aliados y enemigos que luchan por el derecho a convertirse en el nuevo Batman. En general, La Batalla por la Capucha es como un sauce gigante con cantidad de ramales que cada uno parece llegar al tronco primordial. ¿Pero lo hace? Tendréis que descubrirlo-leerlo-vivirlo por vosotros mismos. Y en tan solo dos tomos.

Hay mucho que cubrir con este tema, y estoy seguro de que cualquiera que lea esto lo espera; Batman se fue, las calles de Gotham City están en un constante estado de agitación debido al hecho de que el Cruzado de la Capa ya no existe y el caos mola. Pero os gustará saber que Nightwing (Dick Grayson) ha organizado a todos los vigilantes y protectores de Gotham City en un grupo llamado la Red (Dick, Robin (Tim Drake), Batgirl (Cassandra Cain), Oráculo, Batwoman, Jim Gordon, Damian Wayne, Catwoman, los Outsiders, las Aves de Presa e incluso los británicos Caballero y Escudera), y todos para reprender en principio a impotentes amenazas como Hugo Strange, el Dr. Fósforo, Mr. Frío, Máscara Negra o un nuevo aspirante a Batman que no duda en ejecutar a sus enemigos. Y es que Dick está totalmente en contra de la idea de que “cualquiera” se vista con el traje o imite a Batman. Y sin embargo, Tim y Alfred sienten que Gotham “necesita” a un Caballero Oscuro más que nunca. Hay que sacar a la ciudad del abismo.

Una batalla en ciernes. Y de las grandes. Yo la hubiera llamado GUERRA. Así, en mayúsculas. Por la cantidad de almas (en pena o no) que participan, y la cantidad de sucesos que se dan y que en su conjunto escriben una trama que te absorbe por completo. Pero recordad que este volumen recopila los dos primeros números y varios especiales relacionados, entre cuyos autores figuran Fabián Nicieza (Extremaunción), Guillem March (Musas de Gotham), Joe Harris (Terrores Nocturnos) y Tom Mandrake (Grotesk), por mencionar solo algunos… Es decir, tengo que devorar el siguiente tomo ya. La historia es tan grande que no concluirá hasta el siguiente tomo de Batman Saga y eso quema. La de encuentros, escaramuzas y giros argumentales vividos. Wow!

A grandes rasgos concretar que La Batalla por la Capucha fue MUCHO mejor de lo que esperaba. Valió la pena adquirirlo pese al miedo de ser una trama demasiado moderna, de las que suelo huir despavorido. Tony S. Daniel sabe lo que hace y se percibe en como maneja magistralmente las relaciones entre los diversos miembros de la familia Bat. Y es que, ¿cómo reemplazas a Batman? Tenemos aquí un tipo de arco completamente diferente a la carrera histórica de Morrison. Morrison siempre andaba más intrigado por los fundamentos psicológicos de un hombre que elige vestirse como un murciélago gigante. Usar su enorme riqueza y atributos para luchar contra locos disfrazados. Tony S. Daniel, por otro lado, está interesado en contar una historia de acción caótica y fascinante. Se llama La Batalla por la Capucha.

Reseña: Superman. Año Uno, de Frank Miller y John Romita Jr.

Con todo el escándalo con respecto a las continuas dificultades de Batman: Damned, DC avanza firmemente con su sello Black Label. Quizás para sofocar los humos, se hizo otro recuento; los primeros años de Superman. Y ahora algunos diréis, ¿cuál es el punto? No hace mucho tuvimos el fantástico Superman: American Alien que cubre un terreno similar (en intención). Se llegó a valorar como un fallo de inicio de El Hombre de Acero, de John Byrne, pero el caso es que a todo el mundo gustó. Y lo digo ya: Superman Año Uno va por el mismo sendero. No defrauda a nadie.

Nada más y nada menos que Frank Miller, es el guionista que lleva a Clark Kent a través de sus primeros años. Pero es un Clark diferente. Casi desde el principio, hay una silenciosa arrogancia en él, ya que se da cuenta de lo diferente que es de sus adoptados Ma y Pa, sus amigos de la escuela y los matones necesarios de turno. Este Clark no es tan simpático como el Clark al que estamos acostumbrados. Y eso mola. Que sí, que sí, que basta que cambies algo y tanto conservadores como gente de a pie se quejará. No obstante, por mucho que mole, se quejarán. Pero lejos de esas almas innrenovables, Miller siempre demuestra ser como mínimo diferente a sus semejantes. Y bueno, siempre me han gustado las historias de Superman que cuestionan cuánto poder puede usar realmente la persona más poderosa del planeta.

Al igual que Miller, el ilustrador John Romita Jr. ha tenido varios detractores por su estilo a veces pesado, pero por mi parte seré breve: cuando lo borda, lo borda. Y en Superman: Año Uno un buen costurero es. Entonces, ¿cómo los duetos en las canciones? ¿Qué fue antes? Bueno, da igual. De todos es sabido, que uno siente atracción por lo que de dos grandes artistas pueda surgir. Y si es una historia corta y con un personaje de renombre…, todo suma.

Magnífica esta edición y en este nuevo formato del Superman Año Uno, de los consagrados Frank Miller y John Romita Jr, los cuales cuentan a su modo, desde la huida in extremis del agonizante Krypton hasta el aterrizaje en las bucólicas tierras de Smallville. El viaje emprendido por Kal-El durante su atípica infancia le obliga a descubrir y perfeccionar el dominio de sorprendentes poderes y a tratar de averiguar el papel que debe desempeñar en un nuevo mundo… Hasta aquí todo bastante conocido, ¿no? Pero el viaje de autodescubrimiento de Clark Kent continúa, y vamos junto al poderoso joven a la costa del Pacífico y más allá. A un lugar tan sensacional e inspirador como es… ¡Atlantis! Donde conoce gente nueva, encuentra el amor y se topa con grandes aberraciones que sacan de él la fuerza inusitada para descubrir al hombre que quiere ser. El Libro Tres cierra con su estancia en la Marina, Clark Kent llega a Metrópolis, donde encontrará un nuevo hogar y desarrollará todo su potencial. Son muchos los desafíos que le aguardan en la gran ciudad: el inicio de su carrera profesional en el Daily Planet, el primer encuentro de Superman con Lois Lane, el nacimiento de su rivalidad con Lex Luthor… y la irrupción de un imprevisible villano…

Muy al estilo de los álbumes de la BD llega este tríptico, la versión a ojos vista de dos legendarios autores; Frank Miller (Batman: El Regreso del Caballero Oscuro) y John Romita Jr. (All-Star Batman: Yo, mi peor enemigo) cierran uno de los proyectos más ambiciosos y esperados de la línea DC Black Label, tras colaborar en la novela gráfica El Regreso del Caballero Oscuro: La Última Cruzada. Donde debieron hablar sobre tal proyecto y el futuro ha querido que se reencuentren para las páginas de este Superman: Año Uno que nos cuenta una historia en conjunto de tres, cuanto menos curiosa. Una nueva mirada, más espectacular y actual, al personaje con el que casi ningún autor quiere trabajar, por lo difícil de llevar a un superhéroe que todo lo puede.

Reseña: Hal Jordan y los Green Lantern Corps. La Ley de Sinestro, de Robert Venditti, Rafa Sandoval y VVVA

Retornando a lo verde, de vez en cuando, un poco de verde, eso recomienda el médico. Y tiene más razón que un santo. No lo dejes, de vez en cuando, un poquito de Green Lantern, del mejor de ellos, del que sacó adelante un autorazo como Geoff Johns, un personaje que se notaba que amaba y que se preocupó por que no quedara en el olvido en su paso por DC. Y para colmo, en última instancia, otros autores actuales lo han llevado y no lo han hecho nada mal. Por que Green Lantern cuanto más lo lees, no solo se vuelve interesante el personaje, sino todo lo que le rodea. Siempre me encantó de Green Lantern (del ochentero, no aquel de sus principios que eran casi de chiste las cosas que hacía con el anillo), fueron sus innumerables aventuras intergalácticas. Y eso se ha mantenido. Un ejemplo de lo interesante que rodea a la cultura Lantern es Thaal Sinestro; originalmente un antropólogo del planeta Korugar, con afinidad natural por el orden, como lo demuestran sus meticulosas reconstrucciones de ruinas antiguas. En uno de estos yacimientos arcaicos se topó con un Linterna Verde herido llamado Prohl Gosgotha, le otorgó su anillo y mostró el poder del objeto. Cuando Gosgotha solicitó su anillo después de la batalla para que pudiera mantenerlo vivo, Sinestro le permitió morir y tomó su lugar. Los Guardianes, sin darse cuenta de sus acciones, permitieron que Sinestro se convirtiera en el Linterna Verde del Sector-1417 y ahí se creó un personaje la mar de interesante con miles de aristas, creado por John Broome y Gil Kane como enemigo para Hal Jordan y todo el Green Lantern Corps en 1963. Un personaje que mola mucho cuando es el tema central de un cómic.

Tal como se cuenta en la sinopsis editorial de ECC Ediciones, al comenzar Renacimiento, el guionista Robert Venditti (Hawkman) siguió al frente de las crónicas del Gladiador Esmeralda. Y cuando parecía que iban a terminar de manera agónica, las reavivó gracias a giros inesperados que perpetuaron el legado dejado por Geoff Johns. Pues yo no lo habría dicho mejor. Este primer recopilatorio de Hal Jordan y los Green Lanterns Corps contiene dos buenos arcos argumentales; el que inicia y da nombre al tomo, La Ley de Sinestro, y otro muy interesante, sobre todo, para gente amante de los buenos cómics de Ciencia Ficción llamado Luz Embotellada. Bien, pues me alegra decir que La Ley de Sinestro, de Robert Venditti, me ha dejado alucinado. Un comienzo tremendamente positivo para esta Era que pone en marcha la serie con un volumen de apertura increíble. La colección comienza de una forma que funciona tanto para lectores nuevos como antiguos. Luego, continúa representando escenas fantásticas de acción y escenas apasionantes de suspense, creando una narración dinámica en todo momento, y mientras todo esto sucede, personajes como Hal Jordan, Sinestro, John Stewart, Guy Gardner y Soranik tienen momentos para mostrar lo que los hace geniales. Todo un volumen que se siente como una celebración de los conceptos que impulsan a Green Lantern…, que se vuelve agradable por diversas razones.

La primero es que la Ley de Sinestro transita muy bien sus personajes de Los Nuevos 52 a la era Renacimiento. En lugar de dejar todo y comenzar con una nueva pizarra, este cómic recoge hilos de trama ya intrigantes y los presenta bien para nuevos lectores. La acumulación de poder de Sinestro, la pérdida de las Linternas Verdes y la lucha de Hal Jordan contra sus propias habilidades; son puntos interesantes de la trama que continúan aquí. Sin embargo, ninguno de ellos se incluye en la historia de una manera que los haga inaccesibles para lectores iniciados. Lo segundo es, que la Ley de Sinestro cuenta con mucha acción pero simple y llana. Un cómic simplemente (reitero) emocionante que cautiva sin mucha profundidad. De principio a fin. E inmediatamente presenta a los lectores una gran premisa: Sinestro tiene casi el control del universo y está listo para llenarlo de miedo, mientras que los Green Lanterns están en uno de sus puntos más bajos. En el transcurso de este volumen, los Green Lanterns pueden superar probabilidades casi abrumadoras debido a la fuerza de voluntad y al conocimiento de que lo que están haciendo, es correcto. Esto lleva a un momento épico hacia el final.

Luz Embotellada cuenta como los Green Lantern Corps vuelven a funcionar pero, ¿cómo protegerán el universo con el Sinestro Corps como socios? Una idea curiosa.

Una vez más, un buen tomo de ECC, con páginas de diseño gráfico de un Rafa Sandoval (Flash) deslumbrante, ayudado de las tintas de Jordi Tarragona, y combinado con dibujante experimentado como es Ethan Van Sciver. La etapa Renacimiento supuso terminar con las propuestas planteadas en los últimos años de Los Nuevos 52 y recuperar el “status-quo” de todos los personajes de la editorial. Incluso respetando los equipos creativos que estaban teniendo hasta la fecha. Gracias a los cielos que Robert Venditti, tras la marcha de Geoff Johns, mantuvo enormemente bien a los centinelas de la Luz Esmeralda. Cosa que se demuestra aquí.

Reseña: Scratch, de Sam Kieth y Alex Sinclair

Ya sólo por el dibujazo de Sam Kieth uno quiere leer cualquier cómic donde participe. Los amantes de las buenas ilustraciones, a veces, somos tan facilones que damos pena. Pero quizás no tanta si eres de los que gozan de buenos ojos para el arte. El mejor. Lo que las manos de alguien con un don es capaz de hacer, de convertir en dibujo de la nada. El último cómic que he devorado únicamente por esta cuestión ha sido este maravilloso tomito en tapa dura que acaba de publicar ECC Ediciones y que recoge la miniserie de cinco números llamada Scratch. Donde el prestigioso guionista y dibujante Sam Kieth, responsable de Batman: Fantasmas y Batman: Secretos, entre otras muchas, nos trae el relato desgarrador pero emotivo de un muchacho incomprendido. Y antes de alabar sus trazos, nuevamente, voy a por más.

Zack es un adolescente que descubre que es un hombre-lobo y se va de casa hasta que puede controlar su naturaleza bestial. Camina durante días a través de muchos kilómetros hasta que se derrumba por agotamiento cerca de una cabaña aislada. Allí es acogido por la señortita Sage, y allí se queda varias semanas. Más tarde, Zack descubre que ella y los niños bajo su custodia son blanco de los prejuicios de la gente del pueblo que busca culpar a alguien del caso de una niña desaparecida. Más tarde, esa noche, Zack se convierte en Scratch -el temible hombre-lobo- y se encuentra con un monstruo que lleva a la niña desaparecida a cuestas. Scratch lucha contra la criatura pero no puede rescatarla pues llega el amanecer. Entonces, Scratch vuelve a ser Zack y la criatura escapa con la niña. Al atardecer, Zack rastrea la zona donde estuvieron y llega hasta una guarida, una cueva, donde encuentra una multitud de niños deformados…

Las cosas se tergiversan y una multitud sedienta de sangre quiere a Scratch muerto. Hasta que llega el Caballero Oscuro. Pero, ¿podrá Batman protegerlo y aparte, descubrir el secreto de los Ouroboros en medio de este frenesí?

Os decía que soy un gran admirador de Sam Kieth. Su Maxx me hizo consciente de los métodos de narración de historias de lo que un maestro es capaz a través de sus lápices. Fue mi droga de entrada a su obra. Mas, oí hablar por primera vez de Scratch allá por 2003 o 2004 y estuve ansioso por leerlo. Creo recordar que me compré en la librería de un aeropuerto la primera grapa y me encantó. Pero por cosas del destino, o de lo liado que andaba entonces, que no la continué. Se me debió ir la pinza que incluso la olvidé. Y eso que me pareció una serie maravillosa donde, ¡Sam Kieth dibujaba hombres-lobo y a Batman! Pero ahí quedó la cosa. Y más de quince años después, ahora estoy aquí, algo afincado ya, hablando de la serie en cuestión. Reseñando un tomo, un volumen donde por fin conseguí obtener la historia completa y leer los cinco números que la comprenden del tirón.

Eso sí, pese a la monstruos que contempla, Scratch no es una historia que se mueva a una velocidad vertiginosa. Simplemente, avanza, saltando de un lugar a otro y cuenta escenas que aportan, sobre todo, una tremenda ambientación. De un lugar del que se podrían sacar bastantes y buenas tramas de Terror a mí parecer. Por que Scratch tiene bastante de cómic de horror de los 50s, también muy a lo Richard Corben en relatos de la Améica profunda. Pero Kieth es excelente para establecer el terreno. Lo hizo con The Maxx, Ojo, Four Women, la serie Zero Girl o Batman: Secretos. Crea un potente ambiente, aunque aquí queden cuestiones en el aire que a muchos nos gustaría saber (¿Quién es realmente Zack? ¿Y su familia? ¿No lo echan de menos? ¿Lo tenían por loco?) ; hay ahí una pretrama a resolver, que hubiera molado que se desarrollase. Quizás el contrato abarcaba únicamente cinco ejemplares…

Scratch tiene muy buenos momentos. Algunas escenas son conmovedoras y otras incluso divertidas, pese al género que trata. Y para ser justos, algunas ilustraciones de la señorita Sage (me encanta cómo Kieth dibuja mujeres) o del hombre-lobo Zack, son absolutamente impresionantes. Lo recomiendo para fanáticos de Kieth y, por supuesto, para incondicionales de las historias de Terror en formato cómic.

Reseña: Batman/Lobo (Integral), de Alan Grant, Simon Bisley y Sam Kieth

Con el beneplácito de ECC Ediciones, los aficionados al cómic más macarra hemos podido ir recuperando cositas muy difíciles de encontrar. Magníficos integrales de Superman, Wonder Woman, Batman…, pero también otras chuladas para el aficionado más cetrino como las aventuras de Lobo. Pero no, ahora en serio, ¿pero qué demonios estáis haciendo todavía sin saber de él? Lobo es el macarra al que siempre me refiero en mis recomendaciones de cómics con dibujazo, guiones humorísticos, desdichados, desenfrenados, sin necesidad de recurrir al cómic independiente. Suponiendo que de Batman sabéis un rato, de Lobo os diré que da miedito estar en su contra. Un personaje con el que te ríes, disfrutas viéndolo dar palos y todo lo que puedas imaginar. Un antihéroe del que siempre se ha dicho que para nada goza del simbolismo de Superman o la profundidad de Batman.

Lobo es un personaje de ficción que aparece en los cómics publicados por DC Comics, creados por Roger Slifer y Keith Giffen en su día (junio de 1983). Pero del que Alan Grant supo sacar el máximo jugo. Un alien que trabaja como mercenario interestelar y cazador de recompensas, haciendo honor a su estereotipo macarra. Ese tipo odioso, acometido de músculos hasta las orejas, que podías encontrarte montado en moto en una vía interurbana de los 80s… Pero, ¿y si tres maestros consagrados como Alan Grant, Simon Bisley y Sam Kieth hubieran hecho una miniserie donde el Caballero Oscuro se cruzara con el macarra de cara pintada? Pues quedaría una maravilla. Una miniserie guapetona que ahora ECC Ediciones recopila en formato integral. O mejor dicho, la recopilación de dos historias en las que intervienen estos dos grandes iconos DC. Con unos argumentos condensados pero muy bien pensados para desarrollar buenas tramas en muy poco tiempo. Una virtud sólo al alcance de unos pocos.

Y quizás debería comenzar diciendo que unos mis más adorados ilustradores es Sam Kieth. Desde muy pequeño adoro y persigo su trabajo. De hecho, diría que me inspiró para esos pocos momentos que dediqué a dibujar. Pero también me considero muy fan de todo lo leído de Lobo, y de una década acá, Batman. Sí, soy de los más recientes lectores por que nunca me cayó bien. Pero con la madurez todo llega. Y es que también me gusta bastante todo lo hecho por Simon Bisley…

Batman/Lobo Integral contiene el númerito del mismo nombre donde ambos chocan por primera vez. Un especial de Otros Mundos (Elseworlds), donde el Joker contrata a Lobo para asesinar a Batman, y si puede, de paso, que deje Gotham City hecha una ruina. También se aporta los dos números de una miniserie llamada Deadly Serious donde ambos forman tándem para enfrentarse a un ente alienígena capaz de poseer a cualquier fémina y convertirla en artífice de la devastación absoluta. Quién dice fémina, dice chica callejera molona, provocadora, que fuma, bebe y mata personas por doquier. Algunos tarantinescos las llaman «strippers».

Como decía, amo a Sam Kieth y a estos dos personajes involucrados. He estado esperando un tomito asi, con estas historias, desde hace tiempo. Librarme de estas tramas en grapa. Y es que uno obviamente ya se volvió con los años un poco sibarita y quiere tenerlo todo-todito-todo en la mejor edición. El Alan Grant-Simon Bisley de su mejor época, y a un Sam Kieth pletórico, firmando aventuras conjuntas de dos de los personajes más dispares de DC Comics. Entre las novedades del mundo del cómic, siempre hay tomitos-joya de los que merece la pena hablar por su relación calidad/precio. Este es uno.

Y por cierto, aquí vais a encontrar el que es para mí el mejor Batman dibujado.

Buena salud para todos.