Reseña: Daphne Byrne, de Laura Marks, Kelley Jones y Michelle Madsen

¿Una sola portada puede llevar a un lector a convertirse en comprador? Apuesto a que sí. Y más cuando eres amante del género de Terror, un niño de los 80, cual nostálgico que vivió/sufrió aquella escena mítica de El Misterio de Salem´s Lot en formato serie de TV. La serie y el personaje de Barlow. Barlow y todo un elenco de personajes que comprendían esta maravillosa novela del gran Stephen King. Sin duda, para ellos, para mí y seguramente para ti, esta hecha con gancho esta portada de Daphne Byrne. El nuevo cómic de la colección especializada en Terror de la editorial Joe Hill House Comics que gracias a ECC Ediciones estamos pudiendo disfrutar en nuestro país. ¿Qué no sabéis aún de esta colección? ¡Por el gran Dios Cthulhu! A ver venga, os cuento, estas miniseries que integran el sello Hill House Comics están coordinadas por Joe Hill, hijo de Stephen King; un autor que se ha dado a valer por si solo con grandes novelas del género (El traje del muerto, Cuernos, Nos4A2…) pero, sobre todo, con cómics punteros como su Lock & Key considerado su gran salto al mundo del noveno arte. Un sello que no empieza a publicarse ahora, ya ECC Ediciones ha puesto en librerías varias joyitas de la colección. Donde podemos encontrar por el momento Un Cesto Lleno de Cabezas (https://www.cronicasliterarias.es/?p=4116), que ya va por su tercera edición); En lo Profundo del Bosque (https://www.cronicasliterarias.es/?p=5922); La Familia de la Casa de Muñecas (segunda edición y en breve os la reseño); Daphne Byrne que tenemos hoy entre manos y acaba de publicarse; y la futura y ya anunciada para octubre Inmersión (https://www.ecccomics.com/comic/inmersion-hill-house-comics-11607.aspx), un nuevo cómic del propio Joe Hill. Una colección que se sabía indispensable desde el primer día para el verdadero amante del género de Terror.

¿Daphne Byrne? Es una historia inquietante y sangrienta creada por la guionista Laura Marks (The Good Fight) y el dibujante Kelley Jones (Batman, The Sandman). Ambos nos llevan a la Nueva York, de 1884, para saber que Frederick Byrne ha muerto y su viuda visita a un médium con la esperanza de contactar con su espíritu. Pero es la hija de la pareja, una niña de catorce años bastante tímida llamada Daphne, la que parece ser un imán para los fenómenos paranormales. Recurren a ella pesadillas con criaturas extrañas, sufre visiones desgarradoras cuando está despierta y es seguida por un niño fantasmal aparentemente invisible para todos los demás. Y al principio, Daphne está naturalmente perturbada por estos sucesos pero resulta que el mundo de los espíritus es tentador a la vez que pavoroso. Con su padre desaparecido y su madre obsesionada con el espiritismo, Daphne se convierte en una paria cada vez más distante de sus compañeros de clase. Es así como se centra en su único y verdadero amigo el misterioso niño fantasma. Y con su ayuda comienza a cultivar habilidades que la ayudan a contraatacar a ese mundo cruel que la rodea.

En Daphne Byrne, la guionista Laura Marks y la artista Kelley Jones nos llevan a un recorrido por la iconografía del gótico de finales del siglo XIX. El cómic representa un lugar en una Nueva York donde las sesiones espiritistas se centran en alcanzar el Más Allá, los cementerios derruidos brindan lugares de refugio, las bibliotecas polvorientas guardan secretos prohibidos, las sociedades ocultas practican ritos impíos y las emociones reprimidas por la sociedad del momento tienden a estallar bajo el disfraz de una vida moderna.

Con la lectura de Daphne Byrne he vuelto a pensar en algo curioso que percibí hace algún tiempo cuando me dio por leer bastante literatura gótica. Discerní sobre el cliché asociado con las heroínas de este tipo de narrativa las cuales se suelen desmayar mucho. Sí, sí, como si esto fuera algo que se enseña en clase de literatura creativa, Daphne pasa varias de las partes más importantes de la historia en estado de inconsciencia. Pero no confundáis esto con pasividad. Daphne llega a encontrar un papel como mediadora entre la mundanidad y el reino de las pesadillas. Curioso, ¿no?

Puedo decir sin miedo a equivocarme que este baile macabro se vuelve muy visual gracias a Kelley Jones, quizás el mejor dibujante para el género que hay en nómina en DC Cómics ahora mismo.

Daphne Byrne es otra maravilla de esta colección. Historia digna de la Weird Tales.

Reseña: Lucifer. Muerte y Engaño, de Holly Black, Lee Garbett, Kadrey, Hans, Rudy y Ben Templesmith

Lucifer es una serie de cómics que así por lo bajini, cuando te informas, encuentras que tiene cantidad de seguidores, al menos, en USA; que es por los foros y webs que más me muevo para ver opiniones de cómics. Ya sabéis, ese Lucifer que es un spin-off de la gloriosa Sandman, de Neil Gaiman, una serie de cómics que fue ilustrada por una amplia gama de artistas de variados estilos, y que consistió en setenta y cinco números en un principio, publicándose el primero de ellos en enero de 1989, y el último en marzo de 1996. Una serie también que tuvo cantidad de personajes súper profundos de los cuales, de todos y cada uno, darían para un spin-off. Pero uno potente, sin duda, fue Lucifer. Ese personaje potente dentro de un teatro glorioso y mitológico, que en su día se mostró en una de las historias como el Ángel Caído (su primera aparición como personaje principal sucede en el arco argumental Estación de Nieblas), otro de los muy dignos sobre los que se puede escribir, pues, pocos seres tienen más atractivo que el propio Príncipe de los Demonios, ¿no?

Los primeros cómics de Lucifer narraban la historia del ángel caído Lucifer Morningstar, el cual, aburrido de su existencia como Señor del Infierno, decide expulsar a todos los demonios y almas condenadas del Infierno, para después cerrar sus puertas y entregarle la llave a Sueño, el mandamás de los Eternos (el famoso protagonista de Sandman). El Infierno queda entonces en manos de dos ángeles, Duma (el Ángel del Silencio) y Remiel. Justo después Lucifer se retira a la Tierra. Como bien se dice en la sinopsis editorial, entre 2016 y 2017, la novelista Holly Black (la cual sigo en todo lo que hace) y el dibujante Lee Garbett, resucitaron al icónico antihéroe surgido de las páginas de Sandman, contando con la colaboración de Richard Kadrey, Stephanie Hans, Marco Rudy y el siempre interesante Ben Templesmith. Y es que, uno pensaría que el Diablo sirve como chivo expiatorio para las atrocidades que han salpicado recientemente a Europa y América. Pero «Dios», ¿y si a menudo nos referimos a la deidad monoteísta de las religiones abrahámicas, que se han citado como inspiración principal para los actos involucrando asesinatos despiadados y derramamiento de sangre, ya sea un ataque coordinado a una metrópolis o a una clínica de abortos? ¡¿Qué?! ¡¿Qué te has fumado reseñador?! ¡¿Acaso nos estás hablando de Dogma, de Kevin Smith?! Jajaj… quizás un poco si. Y quizás el propio Lucifer haya entrado en mí para deciros que las escrituras antiguas que describen seres todopoderosos y sus efectos sobre la violencia en la actualidad es un tema para un artículo diferente. Posiblemente, uno que no pertenezca a una publicación dedicada a los cómics.

Pero la situación es la que es. Y significa que vivimos en una era potencialmente preparada para que el Diablo disfrute de un resurgimiento en popularidad, porque todas las personas horribles son aparentemente grandes fanáticos de Dios, sin importar cuán equivocadas sean sus ideas. Quizás todo esto es lo que promueve de una forma genial los diecinueve números que conforman esta nueva etapa de Lucifer, denominada Muerte y Engaño, ahora recopilada en un genial y llevadero integral por ECC Ediciones y dentro de su sello DC Black Label. Y yo, que tras disfrutar de un Satanás en serie de televisión en horario estelar de la FOX (me gustó bastante); fue una serie que me encantó, una mezcla entre Bones y mi primo Castle. Pero retomando este intergal del que hoy os hablo, Holly Black y Lee Garbett hacen un trabajazo tremendo. Grandes argumentos con los que uno está de nuevo a tope con todo lo que se refiere a Lucifer. Y no es que haya algo revolucionario en esta nueva representación del Príncipe de las Mentiras. Básicamente, está muy bien hecho. Vértigo acertó reclutando a Holly Black y al artista Lee Garbett para forjar una secuela del personaje que a tantos nos enamoró en la década pasada. Pues la escritora/guionista nos da una ostia en toda la cara en una linea argumental donde mata inmediatamente al Todopoderoso, reduciendo así su papel en lo que se desarrolla a continuación. Dios está muerto, o eso parece. Antes de que Lucifer pueda siquiera despegar…, un nuevo punto de partida que deja abierto todo un universo de posibilidades. A eso sumadle que los diálogos de Black deslumbran por completo.

Y lo siento, no puedo expresar claramente lo que pienso sin contaros algo más. El caso es que el Metatrón (el Ángel que una vez habló por Dios) recluta a su compañero Gabriel, quien ha desarrollado un desagradable problema con el alcohol desde que fue despedido de su antiguo puesto celestial. Lo necesita para encontrar al asesino de Dios. Enviar a un borracho claramente traumatizado e inútil para que descubra y confronte a quienquiera que deshizo al Creador de su existencia terrenal, quizás suene un poco horrible. A menos que sepa muy bien qué le sucedió a Dios, y el éxito de su destartalado agente secreto interfiera en sus siniestros motivos ocultos. Pero ningún engaño del Metatrón puede increpar en principio a Lucifer…, o eso parece. Suponiendo que el sospechoso más obvio también debe ser el culpable, Gabriel procede a atacar a Lucifer, quien acaba de regresar a la Tierra y reabrir un club nocturno llamado Lux. Después de una breve pelea, Lucifer le dice a Gabriel que se equivoca, pero que lo ayudará a encontrar al correcto, debido a su ambigüedad moral.

Este es el inicio de una enorme aventura a la que le nacen otros ramales argumentales súper interesantes. Jamás una continuación de algo bueno pudiera ser mejor. O al menos, igualarse. Decían que eso solo sucedía con El Padrino y su secuela, qué es en realidad precuela, ¿no?

En aproximadamente veinte páginas ya estás súper enganchado a este nuevo universo.

Reseña: Suicidas, de Lee Bermejo, Alessandro Vitti y Gerardo Zaffino

Además de ser un artista con talento y con un estilo sorprendentemente crudo y detallado, Lee Bermejo también ha desarrollado cierta reputación como guionista capaz en los últimos años. Suicidas es uno de los titulos más potentes que han brotado de este chico que tan buen tandem forma con Brian Azzarello, por ejemplo. Pero este tochal de Suicidas que os reseño hoy (un dominguito de agosto en el que el noventa por ciento de la gente está en la playita con los pies en alto y algo fresquito entre manos, ah), ha sido la obra que ha permitido a Bermejo regresar al paisaje pos-apocalíptico devastado que más renombre le ha dado. Regresar a una de las mejores obras (sino la mejor) que le he visto como autor. Y es que Suicidas es el proyecto más personal del aclamado ilustrador pero ahora guionista Lee Bermejo, con el que transporta al lector a un futuro distópico para relatar una trama que combina ciencia ficción, género negro y denuncia social. Además, con una trama que tiene un inicio fulgurante con un primer número (de Suiciders: Kings of HelL.A.) que ofrece una puerta de entrada genial para el que no sabe nada de nada de esta serie. Una historia de jóvenes punks patinadores y guerras de pandillas que recuerda a uno de los films que marcaron mi juventud como es The Warriors, de Walter Hill, de 1979, y que aún a día de hoy disfruta, al menos, una vez al año.

Este integral que publicó ECC Ediciones a principios de verano recopila la miniserie homónima, con Bermejo como autor completo, aportando además la precuela escrita también por Bermejo aunque en esta segunda historia (que iría temporalmente antes) tiró de muy buenos ilustradores como son Alessandro Vitti y Gerardo Zaffino. Dos dibujantes que aportan unos de los trabajos más sólidos que se pueden encontrar dentro de la nueva linea Vertigo ahora mismo. La primera miniserie que encontramos es Los Reyes del Infierno, que nos lleva a conocer a una generación de jóvenes que ha crecido después del Gran Terremoto. L.A. era ante la ciudad de Los Ángeles, pero eso fue antes de la catástrofe. Después de eso, crecieron dos ciudades de entre los restos: una de grandes torres de lujo y otra tras los muros de espino para los pobres. Donde personas como Trix y su hermano Johnny no recuerdan como era la vida antes de que la ciudad de sus padres desapareciera bajo el suelo.

Pero estos hermanos han aprendido a aprovechar al máximo la vida dentro de la ciudad amurallada y, en particular, dentro de su barrio. Ahora Johnny es el líder de Los Reyes de HelL.A., una pandilla callejera encargada de proteger el territorio contra otros que vengan de listos. Aunque Johnny pudo haber llevado las cosas demasiado lejos cuando se cruzó con Leonard, un ex -suicida conocido como El Coyote y que ha prometido sangre. ¿Y qué o quiénes son los Suicidas? Unos gladiadores potenciados biomecánicamente que combaten a muerte si te antepones a lo que dien. Desde el encuentro, las cosas están a punto de ponerse mucho más violentas. Mientras tanto, Trix encuentra el amor y su romance cruzado traerá problemas que nadie esperaba tener…

Seis numeritos tiene esta primera miniserie que como dice un colega mío: ¡Está tó guapa! Con una trama que tiene de todo, eso sí. Personajes que nacieron el peor día que se podía nacer, que crecieron en la pobreza y en tiempos difíciles, perdieron a sus padres y ahora transitan las calles de un gueto que no es otra cosa que su antiguo vecindario. Mismo sector donde una poderosa empresa quiere meter el hocico para demoler y apoderarse de la zona. Para más inri, una pandilla callejera rival también quiere el territorio, y además, un amor prohibido, una potente pelea por la conquista… y la presentación de un viejo Suicida al que enfrentarse que equivale, en el peor de los téminos, a darse de ostias con un Terminator a manos peladas.

La segunda miniserie que se aporta de esta franquicia se llama simplemente Suicidas. Y fue la que pudimos leer primero. A modo de conjunto, tras leer Los Reyes de HelL.A., se completa en mi cabeza una trama, muy parecido a cuando vi Terminator 2 tras haber visto la uno. Sí, perdón, otra vez la comparación. Y es que no sé por qué estas dos franquicias tan diferentes, mi cerebro las asocia. Pero, en definitiva, Suicidas engancha muy bien con su precuela. Aquí conocemos más de El Coyote, ese Suicida tan potente con el que los hermanos pandilleros tropezaron y que ahora, retirado, mantiene una relación tóxica incluso con su propia familia.

Totalmente, fan. Suicidas merece peli o serie de TV.

Reseña: Harley Quinn y las Aves de Presa. A la Caza de Harley, de Amanda Conner y Jimmy Palmiotti

Después de alucinar muy mucho con Escuadrón Suicida 2, uno (ya sabéis) se flipa, y se queda con ganás de más Harley Quinn. Bueno, en realidad, de más de cada uno de esos personajes…, pero es que me encanta como está representada mi Harley Quinn en estas pelis. Y, sin duda, James Gunn, saca buen partido a ese pibón que es Margot Robbie. Y ahora, que si Escuadrón Suicida 2 ha decepcionado en taquilla, que si su presupuesto era demasiado grande y no ha salido rentable, que si es demasiado sangrienta para ver con críos… Quizás deberíamos pensar en que el siempre magnífico James Gunn hace films para nosotros, para los friki-cómics, para los que llevamos toda una vida leyendo, y no, para los que van al cine una tarde en familia, ven una peli, y mañana a otra cosa. Aunque las productores es cierto que miran mucho quedar bien con este tema…, pero en fin, a lo que vamos, que se te quedan una ganas de Harley Quinn y de cómics DC en el cuerpo que alucinas.

De cabeza fui entonces a por Harley Quinn y las Aves de Presa ahora que ECC Ediciones recién publica el tomo que recopila la miniserie de cuatro numeritos denominada A la Caza de Harley. Pues con la gran Amanda Conner y Jimmy Palmiotti, ¿qué podría salir mal? Amanda Conner y Jimmy Palmiotti, el dúo que actualizó a la Harley Quinn contemporánea, ponen el broche de oro a su legendaria etapa en este volumen con un regalito al final como es el relato Black + White + Red. Entonces, ¿qué podría salir mal? Pues nada. No insistáis. No seáis esos trolls de DC Cómics que siempre están atacando a todo lo que no sea Marvel. Es más, os aconsejo siempre disfrutar lo mejor de cada casa; las patatas y la ensalada del Burguer King, los Big-Mac del McDonald´s, la Coca-Cola sin Cafeína o la Pepsi Zero… Lo mejor de cada casa. Ser amplio de miras, que decía el asno de Shrek

¿Recuerdas cuando los cómics solían ser divertidos? ¿Cuando la fantasía de los superhéroes no estaba empantanada con antihéroes haciendo muecas e historias intrincadas que se alargaban y se alargaban esquivando tu memoria? ¿Recuerdas cuando un cómic de Batman contenía algo de alegría? Los creadores de A la Caza de Harley lo hacen. Parecen haber acordado elaborar todas y cada una de las escenas cómicas que dan nombre al formato. Nos encontramos con Harley teniendo una pelea de amantes con Hiedra Venenosa (Poison Ivy) solo para terminar descubriendo que “los malos” han incendiado su casa. Afortunadamente, la banda de bichos raros e inadaptados que viven allí, salen casi ilesos. Pero Harley, frustrada, busca venganza. Se trata de un plan descabellado y un viaje a la ciudad de Gotham pero bueno, vale, de acuerdo… (sonríe cínicamente). Por supuesto, este tema no solo atrae la atención de su antigua media naranja El Joker, también de todos y cada uno de esos villanos y superhéroes que algunas vez se toparon con ella.

Se desata la locura.

Un volumen que se sitúa dentro del sello DC Black Label, lo que significa que se pueden usar palabrotas en insinuaciones sexuales, sin tener que preocuparse luego por las quejas de los conservadores. Pero es una trama tonta que no intenta sorprender al lector, por supuesto. Un cómic palomitero, piscinero… y todo esos sinónimos que se usan a día de hoy para, simplemente, divertido. Un buen rato lector que aporta doquiera que te encuentres en este agosto efervescente. Y es que, ¿quién está tan loca como para robarle al Joker? Harley Quinn ha evitado Gotham City desde que rompió con ese tío de verde. No obstante, tras lo sucedido, se va a liar. Y aunque su ex le eche encima a los supervillanos locales poniendo precio a su hermosa y teñida cabecita, también están Canario Negro, la Cazadora, Renee Montoya y Cassandra Cain (¡Las Aves de Presa!) para ayudarle en la contienda…

Un cómic lleno de bromas, puro Palmiotti a tope y el arte de Amanda Conner ideal para la ocasión, que no desperdicia una broma visual en cuanto el guión le da pie. Un cómic muy dirigido a los que no quieren comerse mucho la cabeza con esta calor veraniega y (este si) muy disfrutable para todo tipo de edades. Al menos, así lo veo yo.

Reseña: En lo Profundo del Bosque, de Carmen Maria Machado, Dani y Tamra Bonvillain

Insisto en que estamos viviendo una buena época para los amantes del Terror. Y no solo en esas pelis que salen cada poco en Netflix que tan pensadas están para el fan nostálgico de los films de los 80s; en cómics, también se están publicando ciertas joyitas. ECC Ediciones, muy astuta en esto, está publicando en nuestro país los cómics del sello Hill House Cómics, historias que se publicaron dentro de los tan recomendados DC Black Label, una colección de títulos que obviamente están bajo el aprobado de Joe Hill, el ya consagrado escritor, hijo del gran Stephen King, como bien sabemos. Pero del que siempre diré que lo suyo, es el formato cómic. Y ahí lo demostró con su maravillosa Locke & Key junto al ilustrador e historietista chileno Gabriel Rodríguez.

En Hill House Cómics estamos encontrando joyitas del cómic de Terror como La Familia de la Casa de Muñecas (https://www.ecccomics.com/comic/la-familia-de-la-casa-de-munecas-hill-house-comics-9573.aspx) o Un Cesto lleno de Cabezas (https://www.cronicasliterarias.es/?p=4116), que tanto nos gustó aquí. Ahora llegan dos más. Una, a la que le tenemos muchos ganas pero que se publicará a finales de agosto como Daphne Byrne (https://www.ecccomics.com/comic/daphne-byrne-hill-house-comics-11240.aspx). Menudo portadón, ¿no? O En lo Profundo del Bosque, historia con la que hemos flipado, que ya pertenece a la colección y que hoy reseñamos.

La portada de En lo Profundo del Bosque (Low, Low Woods) ya tiene gancho y tiene mucho que decir. Aunque eso nadie lo espera hasta que lee la historia y luego se fija en los detalles. Es de ese tipo de imágenes que se te quedan en mente hasta el final de la historia y tu cerebro intentando discernir diciendo, aquí hay algo que no concuerda. Y es que está claro que… Hay algo en el bosque…

Cuenta la sinopsis que Shudder-to-Think, Pennsylvania, lleva años en llamas. Los bosques están llenos de seres mutados y aberraciones que no son de este mundo. Pero, ¿y los habitantes? Bueno, tampoco se sabe mucho, de momento. Comenzamos viendo a El y Octavia despertando en una sala de cine donde la peli acaba de terminar y no recuerdan nada de las últimas horas vividas. Dos adolescentes que necesitan saber el porqué de muchas cosas pero que intentan seguir viviendo en ese extraño pueblo al que llaman hogar.

En la práctica, el misterio del cine resulta ser un macguffin que solo nos arrastra a ir de la mano junto a El y Octavia, mientras ellas, a su vez, nos arrastran al famoso entorno. La pequeña ciudad de Shudder-to-Think en Pensilvania va a resultar ser un lugar mucho más extraño de lo que pensáis, como muy pronto nos deja claro la guionista Carmen Maria Machado pero, sobre todo, el dibujante Dani. Para empezar, ambas chicas ven a una criatura extraña, mitad ciervo-mitad humano que las observa. Una de las chicas comenta algo práctico: Tal vez, alguien jodió un hechizo, o tal vez salió de la grieta del parque… Hombres sin piel aparecen periódicamente cerca de un tramo de bosque, pero los lugareños han aprendido a tomarse esto con calma. No obstante, a través de un flashback se revela que las dos protagonistas se conocieron cuando El casualmente salvó a Octavia de la manos de uno de estos desollados. Pero uno de los momentos más memorables del cómic llega al final del primer capítulo, cuando Octavia mira a su novia durmiente Jessica y esta última tiene un enorme agujero negro en su abdomen. Más que una herida parece una hendidura. Una caverna profunda en la roca. El agujero no solo está en su cuerpo sino que baja y baja a través de todo lo demás hacia lo más profundo…

La naturaleza alucinante de esta escena, me marcó. Y se me acentuó una fuerte impaciencia por saber, ya que el hecho nunca se vuelve a comentar hasta el capítulo tres.

Escribir una historia en la que sucedan cosas extrañas no es en sí mismo particularmente difícil; el truco está en proporcionar suficiente sustancia raruna para mantener al lector interesado. Pero hay que saber hacerlo, y hacerlo con hechos «simples» que impacten. Este es el verdadero potencial de En lo Profundo del Bosque. Gran parte del desarrollo de los protagonistas se transmite a través de leyendas que El y Octavia comparten como anécdotas y eso otorga a la historia puro ambiente. ¿Y con que virtud narrativa o visual se hace muy pero que muy poderoso el género de Terror? Con una buena ambientación, my friends. La historia tiene lugar en los 90, época en la que como las protagonistas, yo también iba al instituto. Otro detalle que me enganchó. Además, el cómic detalla el origen de la extrañeza de la ciudad, una historia que involucra un sanatorio, un niño que sufrió abusos y una bruja. Conclusión: lo tenía todo para que me encantara.

Un cómic difícil de olvidar.

Reseña: Joker. Sonrisa Asesina, de Jeff LeMire, Andrea Sorrentino y Jordie Bellaire

Una muy recomendable colección que está publicando ECC Ediciones es el sello DC Black Label. Donde lo han vuelto a hacer y recién publica una de esas historias molonas con un equipo ganador del Premio Eisner detrás. Compuesto por el cada vez más recomendable guionista Jeff Lemire y la ilustradora Andrea Sorrentino, sí, lo adelanto ya, han creado algo especial en este Joker: Sonrisa Asesina.

Los cómics de DC Black Label nos están brindando historias independientes que se suman a la mitología de Batman y compañía. Pero también permite que cualquier lector los recoja en su ser sin necesidad de tener conocimiento de la intrincada historia o mejor dicho de la cronología DC. Batman: Damned fue el primer título de esta serie, lanzado en septiembre de 2019, una semi-secuela solo en términos laxos, de un tomo anterior de Joker que persigue a Batman y John Constantine mientras investigan una amenaza potencialmente sobrenatural en Gotham. En Joker: Sonrisa Asesina seguimos al doctor Ben Arnell en su intento de desenmarañar el cerebro del residente más enigmático de Arkham, el Príncipe Payaso y asesino Joker. Se da cuenta de que tiene mucho trabajo por hacer.

Pero sintiendo que de alguna manera puede llegar al núcleo del “hombre”, el Dr. Arnell pide más tiempo para poder entrevistar a Joker, pues se le comunica que en términos médicos de estudio, el tiempo se le acaba y tiene asignado ya nuevos casos. Por lo que el Dr. Arnell decide pasar más tiempo con su paciente a horas intempestivas, hasta que nos damos cuenta que el Joker tiene un plan para él y que la cordura del médico se deshace mientras la inteligencia insidiosa del Joker la consume.

El doctor Arnell comienza a llevarse el trabajo a casa de las peores formas.

Es un cómic muy bueno para los que gustan del psicoanálisis del ser humano. De esos que te dejan esa sensación de desequilibrio con su visionado como pasara en su día con el film de El Silencio de los Corderos. Para colmo, el arte es increíble, con estridentes colores o letras gritando para llamar la atención cuando se le pide. El propio Joker está dibujado astutamente, no es cualquier cosa, para que se nos represente como una pesadilla retorcida, en parte amigo, en parte ser maquiavélico, comportamientos dignos de un Óscar si esto fuera una película. Con este cómic, una vez más, el sello Black Label permite a los lectores explorar caminos más oscuros… Y vaya si Sonrisa Asesina lo es.

Siempre me ha gustado que el Joker no tenga una historia de origen concreta y esto se inclina hacia ese plano de paranoia que dentro de lo real, se vuelve irracional. Mostrando fluidez en un guion con «alegrías» por el simple hecho de entretenerse. De manera reveladora, y en un momento casi desechable, lo vemos mencionar a Batman con algo de ternura y consolida la relación entre esas dos medias naranjas que forman una (una sabrosa y otra podrida) que son esta pareja en definitiva. Hay discusiones sobre algunas de sus escapadas anteriores (gas venenoso, peces con sonrisas impregnadas de rictus) y son divertidas y aterradoras a partes iguales. Unas ilustraciones que se marca Andrea Sorrentino que hacen que este volumen en ciertos tramos, dé miedo.

Ahora, la comparació. Bueno, pues sí. Si disfrutaste mucho en su día de La Broma Asesina, de Alan Moore, o si es uno de tus cómics favoritos, te va a gustar. ¿Lo complementa? No. Son tramas diferentes. Pero no tanto si se trata de saber más sobre esa alma perdida, de ese ser demoníaco que nunca sabes por donde te va a salir como es el Joker. Pero si también has disfrutado de obras fundamentales como la brillante Asilo Arkham, de Grant Morrison y Dave McKean, la miniserie ahora recopilada en tomo también dentro del sello DC Black Label (https://www.ecccomics.com/comic/batman-asilo-arkham-biblioteca-dc-black-label-7672.aspx), será algo en lo que querrás quedarte atrapado. Cubre gran parte del gusto por leer Batman, sin que necesariamente tengas que estar al día con el personaje y sin que apenas aparezca. Además hay más títulos de este sello que son súper recomendables, creedme, ni de lejos soy el único que se está haciendo con la colección al completo.

Joker: Sonrisa Asesina demuestra que los cómics no siempre son solo para niños. En este caso, una lectura esencial para el fan DC, sin contar la del cualquier amante de los buenos guiones y las excelentes ilustraciones.

Reseña: Trillium, de Jeff Lemire y José Villarrubia

De sobresaliente me categorizaron en su día esta historia de Jeff Lemire, cuando yo andaba buscando una buena historia de Ciencia Ficción para degustar en formato cómic. Algo actual. Pues resulta que ahora en la Biblioteca DC Black Label, la nueva colección de ECC Ediciones donde se están agrupando bastantes joyitas del autor (https://www.cronicasliterarias.es/?p=4194); llega una nueva edición, de Trillium revisada y ampliada con material inédito descriptivo de todo lo que conllevó al proceso creativo de esta trama que no deja indiferente. Sin duda, una mirada original a ese gran proyecto personal que brotó de Lemire y que fue nominado al mismísimo Premio Eisner a la Mejor Serie Limitada allá por 2014.

Una historia contada en paralelo, con un protagonista del futuro lejano y otro de casi cien años. Así se maneja la trama de Trillium, historia que expone una tesitura: ¿Sigues al hombre o sigues a una mujer? ¿Buscas sin cesar en el pasado o te apresuras desesperadamente a salvar el futuro? En el centro de toda tesis hay una base que podría contener la clave para la iluminación, la salvación… incluso para el amor. Lemire propone una trama audaz donde logra (¿fácilmente?) que los lectores se involucren en esta miniserie de ocho números ahora recopilada a modo de novela gráfica en un maravilloso tomo en tapa dura.

No adornado al estilo de Sweet Tooth (uno de mis cómics post-apocalípticos favoritos), este canadiense viejoven nos engancha de inmediato a este nuevo mundo intrépido (o viejo, según sea el caso) que se cuenta en el cómic. Un primer capítulo intrigante y lleno de fascinantes escenas alternativas que piden una disección en una buena tarde con amigos tomando té. Trillium, catalogada como la «última historia de amor jamás contada», cuenta el relato de dos personas diferentes, de dos lugares distintos tanto en el tiempo como en el espacio. Se empieza mostrando dos secuencias: una ambientada en el año 3797, siguiendo a la científica Nika Temsmith, y la otra ambientada en 1921, siguiendo a William Pike, mientras busca el Templo Perdido de los Incas. Cómo se encuentran estos dos es el quid de la cuestión, así que no lo estropearé aquí. Pero es seguro decir que ese misterio tras el por qué/cómo/quién de esta trama es la salsa alioli que convierte un serranito en manjar.

Lemire hace más trabajo en catorce páginas que la mayoría de los guionistas en veintitrés. Ejemplo claro es el primer número que abre esta serie. Divide temas pero los reúne pronto. Cada historia y cada mundo en Trillium están bien desarrollados. Lemire nunca pierde el ritmo, lo que demuestra que conoce el oficio. La mitad del problema de Pike es más fácil de digerir, debido a sus orígenes más terrenales, pero no lo empeora. De hecho, es un movimiento inteligente tener la mitad de la historia basada en una realidad más cercana a la nuestra, ya que se vuelve más fácil a la hora de identificarnos con Pike, mientras lucha contra sus propios demonios en tiempos de guerra. Pero eso no quiere decir que la parte de la historia de Nika sea infumable, a ver, un virus misterioso que está acabando lentamente con la raza humana y alguien tiene que hacer algo, no es moco de pavo.

Ser el héroe ante la niebla.

Hay una verdadera sensación de fin-de-todas-las-cosas en esta historia. Es evocadora en bastantes momentos, conmovedora e interesante. Y muchos detalles se extienden más allá de la ficción que nos están contando. Desde hace mucho, soy un gran admirador del estilo artístico de Lemire, y combinado con su antiguo colaborador en Sweet Tooth como es nuestro paisano José Villarrubia, realmente lo clavan aquí. Los personajes son expresivos y las acuarelas ofrecen una lectura gustosa en cantidad de momentos. Si bien algún lector se puede quejar del estilo surrealista de Lemire, es que no lo conoce. No es un dibujante para todo el mundo…, hasta que ves de lo que es capaz. Sabe cómo adaptar una historia a su trabajo.

Trillium es, para sorpresa de nadie, una obra brillante.

Reseña: The Question. Las Muertes de Vic Sage, de Jeff Lemire, Denys Cowan, Bill Sienkiewicz y Chris Sotomayor

Uno de esos pocos personajes que tenía pendiente leer. De los que curiosamente no he leído nada nunca… que yo recuerde. Aprovechando que el célebre guionista Jeff Lemire (Joker: Sonrisa Asesina, entre otras miles) se pone con él, y, por supuesto, ahora que esta en librerías The Question: Las Muertes de Vic Sage el tomo que recopila los cuatro álbumes de la historia. Una buena serie que vio la luz en USA tan sólo el año anterior a la pan… al año de mierda que hemos vivido. No obstante, aun no siendo un personaje del que pueda alardear haber leído sus aventuras desde mi niñez, me consta que durante años, Vic Sage ha usado la máscara sin rostro de The Question para limpiar las calles de Hub City por pura fuerza de voluntad. Él es quien distingue el Bien del Mal, conoce el negro del blanco y quien impone coherencia donde no la hay. Pero vamos a ver quién es realmente para quien ande un poco perdido hasta ahora como lo estaba yo…

The Question fue un superhéroe que apareció en 1967 de la mano de Steve Ditko (sí, el creador de Spiderman junto a Stan Lee), pero el personaje comenzó a despuntar en 1980 que es cuando realmente se considera que se incorpora al Universo DC. Su identidad secreta como ya habéis podido adivinar fue originalmente Vic Sage. Sin embargo, después de los últimos acontecimientos de la miniserie Los New 52 (2006-2007), la protegida de Sage, Renée Montoya (creo que es la misma que creó Brubaker para Gotham Central) tomó su manto y se convirtió en su sucesora. No obstante, Vic Sage fue reintroducido como una entidad mística, luego agente del gobierno, antes de ser restaurado a su personalidad de detective tradicional después de los eventos Renacimiento. Vuelve a ser el que era y como podéis ver no ha parado.

The Question: Las Muertes de Vic Sage propone estas preguntas: ¿Qué sucede cuando este ser se ve involucrado en una conspiración que se extiende desde las alturas del poder de Hub City hasta las profundidades de los túneles subterráneos? ¿Qué sucede cuando las cosas dejan de ser en blanco y negro y comienzan a ponerse un poco grises? ¿Qué sucede cuando en una cámara secreta en las profundidades de la ciudad, Vic Sage encuentra su propio final… y un nuevo comienzo? Para completar añadiría la cuestión que aparece en la sinopsis editorial: ¿Qué pasa cuándo uno se encuentra de pie frente a su propia tumba? Como dijo un sabio: «Acertijos en la oscuridad». Cuando entrevistaron al gran Jeff Lemire sobre esta serie, él respondió que le atosigaba el saber cómo recuperar por completo el sentimiento de la serie clásica de Denny O’Neil. Y se ve que a eso se atañe la idea. No es casualidad que Denys Cowan, el dibujante habitual de esa serie clásica vuelva a estar aquí junto a Bill Sienkiewicz, quien colaboró con Cowan en muchas de las portadas. Por lo que he podido investigar, el guión también conserva el mismo escenario y reparto secundario.

¿Pero The Question: Las Muertes de Vic Sage estaba destinado a ser una continuación de la serie anterior o un reinicio? Parece ser un poco de ambos. Las Muertes de Vic Sage comienza con los eventos que sucederían a la serie. Nos topamos brevemente con Richard Dragon en silla de ruedas, quien le dio a Vic Sage entrenamiento de artes marciales en sus inicios. Wesley Fermin sigue siendo alcalde de Hub City y Vic aún no se ha mudado a la ciudad de Gotham ni ha muerto como se muestra en Los New 52 #38. Sin embargo, hay algunas diferencias que revelan que esta no es exactamente la misma continuidad. El más notable es que Myra Fermin es ahora la hermana del alcalde, en lugar de su esposa, y algunas diferencias más sutiles como la forma en que Aristóteles «Tot» Rodor habla de Vic. En la serie original, Tot insiste en usar su nombre real «Charlie» en lugar de su segundo nombre preferido «Vic». De todo esto me he enterado, sólo para deciros que estamos ante un primer volumen la mar de disfrutable tanto para amantes del personaje clásico como para nuevos allegados. Lo cierto es que la idea del personaje nunca me atrajo y por eso lo dejé pasar, pero ahora que sé de él cositas, me ha parecido que tiene un toque curioso del que quiero saber más. De su vida…, o mejor dicho de su no-vida.

Este es otro cómic DC Black Label, lo que significa que no está necesariamente en continuidad. Pero tampoco necesariamente fuera de continuidad. Una edición integral en tapa dura soberbia, eso si. Y es que Vic ha aparecido en otros cómics de DC recientemente, afirmando que había muerto, pero sin explicar cómo había regresado de entre los muertos. Aquí se nos explicar eso. Ya solo con el titulo podéis imaginar que Vic parece estar atrapado en un ciclo continuo de muerte y resurrección. Esto proporciona una clara explicación a las apariciones de Vic en los cómics de Superman, de Brian Michael Bendis, donde entra y sale como Pedro por su casa, cuando se supone que está muerto.

Lemire hace un trabajo extraordinario al recuperar el espíritu en uno de los grandes clásicos de los 80.

Reseña: Un Cesto lleno de Cabezas, de Joe Hill, Leomacas y Dave Stewart

No hace mucho, reseñando el último libro de Joe Hill publicado en nuestro país (https://www.cronicasliterarias.es/?p=3981) decía que este autor ofrece todo su potencial en formato cómic. Siempre le vi más fuerza ahí, donde creo que esplende, pese a que no lo hace nada mal en lo literario. Una prueba de ello es que sus mejores escritos son los relatos. No obstante, el hijo del dios del género de Terror vivo, es recomendable en cualquier trabajo que haga. Merece como mínimo un vistazo a lo que saca. Después de haber leído cómics y libros que parten de esa mente que lleva la genética del Tito King, puedo decir que como poco, situaciones inéditas y originales dentro del glorioso género vais a encontrar en su obra. Letras a los que otros no han sabido ponerle música…

Un Cesto lleno de Cabezas es una miniserie de siete números que se publica en nuestro país recopilada en tapa dura, en estos tomitos tan geniales que nos gusta tener. Inicia una colección de cómics de Terror de la editorial Hill House Comics que tanto mola al otro lado del charco y con cuyos derechos se ha hecho ECC Ediciones. Como buena historia de miedo tiene un comienzo lento, pero desde el principio ya tenéis una escena llena de detalles desde la presentación de June en el puente colgante, hasta que Liam la lleva a casa para conocer a su familia. Recomiendo que, una vez que termines Un Cesto lleno de Cabezas, volver atrás y reflexionar sobre las ingeniosas alusiones en el diálogo y la forma en que Hill remata la historia.

Leída de un tirón, en realidad, estamos ante una novela gráfica que tiene toda la pinta de haber sido creada para ser vista en la pantalla algún día. Parte de ello se debe a la rica sensación «vintage» en las ilustraciones tan chulas que salen de la mano de Leomacs. Cada página evoca una sensación de horror por excelencia a las pelis clásicas de los 70s, tonos apagados, la sangre vibrante y, por supuesto, el impermeable amarillo de pescador que tanto se puso de moda dentro del cine de Terror.

En Un Cesto lleno de Cabezas (Basketful of Heads) vemos como June Branch se junta con su novio Liam, en Brody Island, para un relajante último fin de semana de verano. Después de que un grupo de criminales fugados irrumpan en la casa que June y Liam tienen pendiente usar, Liam acaba secuestrado. June, ida totalmente de la olla, agarra una extraña hacha vikinga y se larga. Cuando uno de los atacantes la encuentra, ella balancea el hacha y le arranca la cabeza, que rueda y comienza a balbucear… Para que June descubra la verdad, necesitará escuchar los hechos directamente de boca de sus atacantes, tengan o no sus cuerpos desmembrados.

Un Cesto lleno de Cabezas fue una serie mensual que se publicó originalmente en 2019. Joe Hill desembarcó en DC a través del «sello para adultos” de Hill House Comics, que viene con la idea de reinventar o al menos, tocar el corazoncito nostálgico a los amantes del cine clásico de Terror de los 70 u 80, y por supuesto, para enganchar a lectores de cómic del siglo XXI. Dentro de la colección DC Black Label, el aclamado guionista supervisa todos los proyectos y encabeza el equipo creativo de tres de sus títulos. Obras que ECC Ediciones nos traerá a lo largo de este año. La semana que viene, por ejemplo, ya se publica La familia de la Casa de Muñecas; donde se narran las consecuencias que llevarán a una joven Alice a estar obsesionada con una casa de muñecas. Pero es que en junio se publicará En lo profundo del bosque, de Carmen María Machado (Su cuerpo y otras fiestas) y Dani (Universo Sandman – El sueño); una de las obras de las que mejores referencias tengo. Y en agosto, Daphne Byrne, de Laura Marks (The Expanse) y Kelley Jones (Sandman); que cuenta como llevar más allá el tema de la posesión demoníaca. Y en octubre, la siguiente de Joe Hill, Inmersión, junto a Dan McDaid (Doctor Who) y Stuart Immonen (Superman: Identidad Secreta). Una chulada que trata sobre barcos desaparecidos mezclado con temas de viajes en el tiempo. Ganas muchas de ponerme con esto.

Como veis, toda una cantidad de títulos de Terror en formato cómic que por fin podremos disfrutar los que tanto nos quejamos que apenas se publica nada. Y con un detalle que aclara ECC: todas las obras del sello Hill House Comics venían acompañadas en la edición original de unas historias cortas que forman parte del serial Sea Dogs, escritas también por Joe Hill y dibujadas por Dan McDaid, algo parecido en lo que se hizo en su día en el clásico Watchmen con Relatos del Buque Negro. Bien, pues se ha anunciado que todas estas historias cortas se publicarán en un único recopilatorio en breve.

Imperdible.

Reseña: Marshal Law (Obra Completa), de Pat Mills y Kevin O´Neill

Lo recuerdo como un cómic que en mi juventud veía en formato grapa en el kiosco de mi calle, pero cuyo dibujo y cuyo tamaño -algo más estrecho de lo normal eran los Epic-, de algún modo me repelía. Sin embargo, había algo. Tenía algo. Algo extraño en esa fruta prohibida que pese a su mal apariencia quieres saber a que sabe. ¿Y qué es Marshal Law? Pues me consta que una de las primeras y mejores críticas al género superheróico que se han hecho. Una sátira, así como una deconstrucción de los superhéroes de la Edad de Oro y la Edad de Plata. El personaje principal, ya es específicamente una parodia de la tira cómica del Juez Dredd que se publicaba en la 2000 AD. Un oficial de la ley ultra-violento en una ciudad futura distópica. Una serie que se caracteriza por su extrema violencia gráfica y desnudez sin reparos. Pat Mills no se cortaba un pelo y arañó aquí a la política de superhéroes convencionales, dando a su vez un repaso a la sociedad de gobierno que promovía USA en aquellos años 80.

Nunca me cansaré de alabar del bien que hacen al aficionado de toda la vida, editoriales que escuchan peticiones y rescatan títulos que muchos pensábamos que jamás volveríamos a tener en nuestras manos. Una de las eternas peticiones que se han hecho, es el regreso de Marshal Law. El comicazo que entre otros se marcaron los geniales Pat Mills (Judge Dredd, Sláine) y Kevin O´Neill (The League of Extraordinary Gentlemen, Cinema Purgatorio) entre 1987 y 1993. Epic Comics lanzó Marshal Law en octubre de 1987 como una serie limitada de seis números. Le siguió el one-shot Marshal Law: Takes Manhattan, en el que la mayoría de los personajes principales de Marvel son parodiados. En 1991, Mills y O’Neill llevaron al personaje a la incipiente Apocalypse Comics para otro one-shot. Luego, el personaje protagonizó el papel principal de Toxic!, un cómic semanal que comenzó en 1991. Resultó que no gustó nada y Apocalypse Comics quebró en 1992. Mills y O’Neill llevaron entonces a Marshal Law a Dark Horse Comics, donde la historia de Toxic! se completó ese mismo año. El mismo en el que el personaje regresaba también a Epic Comics para una serie de dos números que enfrenta a Marshal Law contra Pinhead, el líder de los Cenobitas que tiene pinchos o clavos amartillados en el cráneo, que sale en la famosa obra Hellraiser, de Clive Barker. Recuerdo tener este cómic en mi estantería del piso de Las Vegas y mirarlo cada poco… Durante los años siguientes, Marshal Law apareció en varios cruces entre franquicias y se enfrentó a personajes tan dispares como La Máscara. La miniserie original y todos esos primeros cómics se recogen en este integral.

Marshal Law es el «cazador de superhéroes» autorizado por el gobierno a “rescatar” a las personas de bien de esos maleantes con súper-poderes. Custodia la ciudad de San Futuro, la metrópolis de un futuro cercano construida a partir de las ruinas de San Francisco después del Grande, un enorme y destructivo terremoto que la hundió. El trabajo de Law es acabar con otros superhéroes que se han vuelto rebeldes, trabajo que desempeña con desdén y sin miramientos, empleando su máxima fuerza, cosa que le provoca un enorme placer. Ayudado por el usuario de sillita de ruedas Danny y su socio físicamente imponente (pero extremadamente educado) Kiloton; este mariscal de la Seguridad opera desde un recinto secreto bajo la ciudad. Administrando la justicia brutal suficiente contra los súper-poderosos para salvaguardar al ciudadano de a pie. La identidad secreta de Marshal Law es Joe Gilmore, un ex-supersoldado consumido por el odio a sí mismo por ser un superhéroe. En el mundo que nos muestran Mills y O´Neill, los superhéroes son gente común que cambió gracias a la ingeniería genética, donde gran parte de las fuerzas armadas de los Estados Unidos se han sometido al proceso. Sin embargo, aunque sus cuerpos pueden volverse súper-poderosos, sus mentes permanecen exactamente como eran y, en muchos casos, la incapacidad de sentir dolor hace que los sujetos lo compensen infligiendo dolor a los demás. La psicosis de diversos grados también es un efecto secundario común, y algunos sujetos desarrollan súper-poderes sin ser conscientes de cómo usarlos. Poderes terriblemente incontrolables.

La miniserie original de seis números gira en torno a los intentos del Marshal de desenmascarar a un asesino en serie y violador que se “alimenta” de mujeres como Celeste, la actual novia del querido superhéroe Public Spirit. El aborrecimiento de Marshal Law por el Public Spirit -que representa todo lo fraudulento e hipócrita de los superhéroes-, lo lleva a sospechar que este mismo es responsable de esos crímenes. Trama, sencillamente magnífica.

Mucho antes que Garth Ennis, Pat Mills ya mostró al fan (que se acercó) esta magnifica idea de darle a los superhéroes que se creen especialitos, lo que se merecen. O´Neill aquí, se ve que aún se estaba desarrollando, así que es normal que el dibujo a muchos de vosotros no os entre. Pero en resumidas cuentas, ahora gracias a ECC Ediciones y su genial colección DC Blak Label pone de nuevo disponible esta joyita, nadie debería perdersela. Una de las obras por las que me fustigaba no haberla leído aún.

Marshal Law es magnífica.