Reseña: Alien. Reanimación, de Phillip Kennedy Johnson y Salvador Larroca

En una historia de Alien, debe existir la sensación de que cualquier cosa puede suceder en cualquier momento. Y ese sentimiento, bien hecho, es espantoso. Debería haber miedo a lo desconocido, miedo a las sombras, miedo a las personas con las que compartimos nuestro espacio. Debería existir ese temor a lo que pueda venir pero también al que tenemos al lado muy al estilo de La Cosa, de John Carpenter. El temor a que cualquier cosa podría suceder. Debería existir la sensación de que todos podríamos ser asesinados en cualquier momento por una criatura o por un universo que no se preocupa por nosotros. Mira a través de nosotros y no ve nada. No le importa si vivimos o morimos, triunfamos o fracasamos, somos buenos o malos. Este universo existe a pesar de nosotros, no gracias a nosotros. Y los aliens son la principal evidencia de la naturaleza indiferente de esta existencia. ¿De qué otra manera puedes explicar el xenomorfo diseñado por H.R. Giger, una criatura creada solo para matar?

Tras disfrutar muy mucho de Alien: Linajes (https://www.cronicasliterarias.es/?p=10205) que comprendía los seis primeros números de la serie y un arco argumental completo, fue ver que Panini Cómics continuaba este serión que se están marcando Philip Kennedy Johnson y Salvador Larroca y no dudar en querer tenerlo y devorar el nuevo tomo que con el séptimo número abre una nueva trama. Una nueva historia de la que considero mejor saga de Terror en el Espacio de todos los tiempos. Alien: Reanimación retoma la acción dos años después del último arco con una colonia de terraformación lista para cortar los lazos con Weyland-Yutani (WY) como parte de un acuerdo legal de tierras. Todos los colonizadores son parte de una secta religiosa que cree haber obtenido su tierra prometida en una luna lejana. Pero el último transporte de WY que llega para firmar los documentos finales alberga a un invitado inesperado que puede destruir su nuevo Edén. Uno que todos conocemos como se las gasta…

Un inicio que pese a todo es extraño. La página del prólogo recapitula (algunos de) los eventos del arco anterior como un indicador de que este nuevo arco retoma una colonia de terraformación distante años después. No obstante, según la descripción y los eventos que se desarrollaron, no parece haber ninguna conexión con el arco anterior, aparte de la presencia de WY y xenomorfos. Entonces, si nos preguntamos qué demonios está pasando o pasó con los sobrevivientes de la estación espacial del último arco, tendremos que esperar a los siguientes números (leer un poco más) para encontrar datos y todo lo bueno que aporta este cómic. La historia se centra en un grupo religioso que abandonaron la Tierra bajo un contrato de terraformación WY con el acuerdo de sacar adelante una colonia y con el paso de los años lo firmado se va cumpliendo con condiciones. Las palabras tienen sentido, las piezas individuales tienen sentido, pero la premisa completa de este tema y como se saca adelante me encantó y lo mejor, es peliculero total. O digno de ver en una de esas miniseries de TV que se hacen ahora. Con grandes argumentos para los nostálgicos frikis de pro.

¿Por qué WY gastaría todo el tiempo, la energía y los gastos para patrocinar una colonia de terraformación lejos de la Tierra solo para renunciar a ella sin un ROI masivo? ¿Cómo se forma una orden religiosa firme (con escrituras y un profundo conocimiento de la fe) ciento ochenta años en el futuro sin que los feligreses parezcan cultistas o bichos raros? Las religiones toman su tiempo, perduran en el tiempo. Otro tema bien llevado que me encanta y que me retrotrae a la genial novela de CF que es Hyperion, de Dan Simmons.

El arte de Larroca es consistentemente bueno desde el último arco hasta este.

Recomendado está.