Reseña: Viuda Negra. Juego Sin Restricciones, de Jen y Sylvia Soska y Flaviano

En breve, cuando todo vuelva a la normalidad, llegará a los cines el nuevo film Marvel de la Viuda Negra. Sabemos que siempre fue un personaje secundario, quizás hecho para los que nos gustaba el género negro en formato cómic, pero no queríamos alejarnos demasiado del pijameo. Y cierto y verdad es, que es un personaje de cómic que protagonizó en su día muy buenos arcos. Y que duda cabe que en cine (con una Scarlett Johansson deslumbrante) se terminó por relanzar a esta villana, heroína para el público de a pie. Convirtiéndose easí n uno de los personajes favoritos de los fans del Universo Cinematográfico Marvel, una Natasha Romanoff que siempre-siempre gusta ver en acción. Pero, ¿quién es ella? ¿Por qué es tan querida? ¿Qué papel juega exactamente? Según la versión cinematográfica de Los Vengadores, es miembro fundadora del grupo superheróico, pero esta doble agente secreto rusa que opera en la películas bajo las órdenes de S.H.I.E.L.D. oculta un pasado tenebroso y los interesados deberían saber bien quién es…

Actualmente, en Panini Cómics se pueden encontrar tomitos interesantes con arcos o miniseries del personaje, como la Viuda Negra, de Mark Waid, que  ya reseñamos por aquí o este Juego Sin Restricciones que traigo hoy. Pero cierto es, que en este país no hay muchos títulos con los que ponerse al día; aunque que duda cabe que cuando el estreno de la película “se consiga”, vendrán bastante titulos más. Entre los que espero unas buenas reediciones de la aventura clásica Viuda Negra: Red de Intrigas (una antología con material clásico y selecto de la espía) o los dos volúmenes del 100% Marvel Viuda Negra (una colección editada y publicada en torno a la época de Marvel Now!) que aquí se dividieron en tres volúmenes: Los Delicados Hilos de la Telaraña, Enmarañada Telaraña y Los Últimos Dias de la Viuda Negra. O los tomos La Más Buscada de S.H.I.E.L.D, No Más Secretos o aquella joyita Viuda Negra: El Nombre de la Rosa, que recopilaba el material publicado originalmente en Enter The Heroic Age y Black Widow V6, y que por lo visto ha servido de inspiración para lo que veremos en el nuevo film. Este último está claro que Panini Cómics lo traerá.

A lo que iba, que he devorado Juego Sin Restricciones de una sentada. Una buena aventura que ahonda en las profundidades del Mal con una Viuda Negra muy bien llevada, escrita por las hermanas Soska. Natasha Romanoff fue entrenada para matar. Durante años ha intentado superar esa programación, ponerse del lado de los “ángeles” para ser una heroína. ¿Y a dónde la llevó esto por culpa de uno de los pocos amigos verdaderos que se permitió tener? Es un tema delicado. Pero ha vuelto de entre los muertos, furiosa como el propio infierno, y encuentra que esos ángeles se hacen cada vez más ininteligibles. Jen y Sylvia Soska (las llamadas en USA, Gemelas Retorcidas del Horror) se unen con el ilustrador en ascenso Flaviano para tejer una trama, una red de vicios, violencia y venganza que pondrá frente a Natasha a uno de los tipos más sangrientos a los que jamás se haya enfrentado. Tal vez, para ponerla nuevamente bajo tierra. O no. No obstante, Juego Sin Restricciones abre con la víspera de Año Nuevo en la ciudad de Nueva York. Establece bien la relación entre Capitán América y Viuda Negra e inicia con una buena secuencia de acción. Las hermanas Soska hacen un buen trabajo devolviéndola a su base como espía, dirigiendo el programa y el Capi mostrando su respeto para que sepa que aún está en la cima. Pero a medida que se desarrolla la historia, con algunos giros muy interesantes y un eventual cambio de ubicación, todo se tornará en desgracia.

El arte de Flaviano con colores de Veronica Gandini tiene un ligero toque manga (muy leve) que no me atraía en un principio. Sin embargo, muy pocas páginas después me fue gustando el ambiente, el aire que toma la serie muy parecido a una peli animada, me adapté. Pero insisto, Sylvia y Jen Soska, las hermanas guionistas, son las que demuestran aquí tener una muy buena habilidad para atrapar al lector con lo que escriben y cómo lo escriben. Tomito ligero y llevadero para echar un buen rato con un cómic. Con lo que nos conformamos muchos.