Son ya unos cuantos cómics a mis espaldas leídos del prolífico guionista Jean-David Morvan. Así que en un porcentaje muy alto sabía que poco me podía defraudar este señor del que se puede decir que se le da bien escribir sobre casi cualquier género. Así que mis aplausos vayan por delante para Dolmen Editorial por haber decidido fichar este título del autor nacido en Marne (Francia). Y aunque ¡Todo irá bien! (Ah, ça ira !) fue uno de sus primeros títulos ya como autor consagrado, no es el más alabado. Pero a mi me ha parecido como poco, entretenido. A Morvan lo que le va es coger un momento concreto de la historia y hacer un cómic sobre ello. Y como es el caso, hace muy bien esto que os digo: retrotraernos con un guion a los conatos revolucionarios del 12 de julio de 1789 en el Palacio Real francés y llevarnos a saber qué ocurrió o pudo haber ocurrido, mejor dicho… porque algo de utopía hay.
Aquí en primer lugar nos vamos al invierno de 1775, donde Lisandro y su hermana pequeña intentan sobrevivir en París, ayudados por un misterioso amigo que les proporciona hogazas de pan. Mientras que en la ciudad la miseria inevitablemente se codea con la violencia. De pronto, un acontecimiento dramático obligará al joven a abandonar a su hermana para huir del país durante catorce largos años. Se unirá entonces a la lucha en un nuevo continente americano, para echar una mano a los insurgentes que luchan por su independencia contra las tropas de la corona de Inglaterra. Mas, años después regresa a Francia en abril de 1789 y descubre la opresión de los impuestos sobre el pueblo, lo que refuerza su deseo de luchar contra todas las injusticias impuestas por los poderosos del mundo. Será, “libertad o muerte”, y a través de las catacumbas, ingresa a las murallas de la ciudad para afiliarse con los armados ex-mercenarios de Lafayette, listos para liberar algunos amigos encarcelados.
Inicio potente, historia que te mantiene enganchado, no entiendo muy bien la crítica a esta obra al otro lado de los Pirineos. La Historia en movimiento. ¡He visto pelis del tema bastante más truño que el guion de Morvan. Y si que es cierto que el dibujo de Julen Ribas no es una maravilla en muchos momentos y eso lastra a cualquier obra que se tilda de buen cómic europeo; la vacuidad de los decorados, un trazo cercano al boceto y una narración que a veces no acompaña al dibujo… Creo que por aquí han tirado los que critican ¡Todo irá bien! Además, tengo la sensación de que quizás, en su estreno, los lectores llegaban a esta obra pensando que era un magnífico cómic con el que disfrutar de un buen traslado a la tan alabada Revolución Francesa, y no es exactamente eso.
Pero destaco el coloreado. Ayuda bastante a resaltar los ambientes. Y no pienso ir más allá porque en ¡Todo irá bien! importa, sobre todo, la historia. Así que si quieres sumergirte por “un momento” en ese gran y tumultuoso momento de la historia de Francia, te recomiendo Révolution, de Locard y Grouazel pero también ¡Todo irá bien!, de Morvan y Ribas. Una lectura histórica gabacha que pareces desear si estás leyendo esta reseña.
Incluye entrevista a Julen Ribas.