Reseña: La Telaraña de Spiderman. Mudanza, de VVAA

De los cómics que recuerdo con más cariño de Spiderman son los de esta etapa, argumento que envidiaba como la vida misma, e momento tras la larga etapa de Peter Parker como soltero llegando a su fin y llegando la hora de mudarse a vivir con su amor Mary Jane. A un apartamento chulo. En plena ciudad. Una que me enamora desde que la conocí. ¿Quién demonios no ha soñado con eso? De hecho, al ver que Panini Cómics publicaba un Marvel Héroes de La Telaraña de Spiderman llamado Mudanza, sabía que concretamente se referían a esaa etapa que en su día me había marcado tanto.

Como dolió la despedida de la encantadora señora Muggins. ¡Dios mío, no podía creer que tendría la oportunidad de volver a revisar estos cómics otra vez! Cuando uno piensa que la hermosa Edad de Plata ya pasó al recuerdo irrescatable, Panini Cómics te los vuelve a poner en bandeja. Bandeja de plata. Gloriosa la época del traje negro… cuando solo era eso. En el confesionario, Richard Fisk le cuenta a un sacerdote su ascenso como La Rosa. El legado de Ned Leeds y su paso a un nuevo Duende (Hobgoblin) para perseguir al trepamuros el resto de su vida. E insisto, Kingpin está de vuelta. Parker se compromete a volver a ser Spidey. La gata negra se ha ido y Pete decide pedirle a MJ que se case con él. Ned está muerto. Fue asesinado por unos tipos en Berlín, por lo que Kingpin aprovecha para decirle a Spidey que ese Duende que va tras él era el mencionado Ned Leeds. Pero no puede ser, ¿no? Hay otro Duende por ahí dando por saco. ¿O por qué Flash Thompson está en el hospital? Flash salvó a Spidey atrapando una bomba de calabaza y arrojándosela al mismísimo Hobgoblin. Pero Flash está en el hospital y Spidey buscando como loco el trasero de ese nuevo villano para patearlo.

La época de la vuelta al traje rojo y azul. Volumen que también aporta un gran arco argumental o saga como fue la denominada La secta del amor. Un tomo que, en general general, está muy bien pensado porque aporta algunas aventurillas para que entres en el tema, o mejor dicho, en los cómics de aquella época, para en última instancia meterte en una saga contra unos delincuentes que promueven las drogas y los convencionalismos de una secta destructiva que atacan el libre albedrío de las personas. Dos de los temas más cruciales en mis queridos años 80. Raro es la cabecera que no trató estos temas. Una época que quién la vivió, raro es si no conoce alguien que terminara sufriendo por estos dos casos…

Así de triste. Pero gracias a grandes autores que promovieron la lectura con sus libros y cómics como el que hoy os traigo, muchos supimos que había vida más allá. Querer vivir más años de felicidad que de desasoiego. Que este suele venir solo.

Tenemos así en Mudanza, cómics que se las arreglan para atar cabos sueltos y provocar que asientas mientras lees cuando devoras las historias. Finales agradables y otros que no lo son tanto. La vida misma. Pero cómics que están muy bien escritos, son divertidos, devastadores y cautivadores moralmente. Si te gusta el verdadero Spiderman, disfrutarás de este tomo.