Reseña: Criminal Integral 3, de Ed Brubaker y Sean Phillips

Hoy en día se están consiguiendo cosas con los cómics que nunca antes se hicieron. ¿La principal? Generar temáticas para todos los públicos. Y cuando digo todos, digo TODOS. Probablemente el sector comercial se esté dando cuenta que el principal cliente es esa dulce generación que son llamados niños de los 80s y que ahora rondan entre los treinta y muchos y los casi sesenta tacos. Los que ahora son fans acérrimos del noveno arte y conservan una muy buena memoria, los mismos que han vivido una evolución tremenda en lo digital, los mismos que están “sufriendo” todo tipo de cambios culturales a su alrededor casi cada año que pasa. Por eso, un título como Criminal está hecho para ellos. Una obra tremenda que recorre diversas épocas con sus buenotes y malotes, todos aquellos que alguna vez conociste en trabajos o estudiando porque como muy bien dice el maestro Dave Gibbons (Watchmen) en la introducción que aportaba el primer integral de esta seriaza que ha venido trayendo Panini Cómics en nuestro país, la mayoría de este tipo de personas se han ido pasando poco a poco al género negro, porque el género negro es la vida misma. Sí, puede llegar a poner los pelos de punta lo que afirmaba Gibbons en este medio prólogo pero si tenéis oportunidad de leerlo, vais a tener la sensación de que os está echando las cartas, y no una vidente cualquiera.

Ed Brubaker y Sean Phillips es el sinónimo de tandem creativo perfecto. Guion y dibujo glorioso unido para esta obra que ya muchos tildan de la mejor publicación de cómic estadounidense de la última década. Brubaker es alguien que conoce a fondo el género policíaco, se nota. Alguien con un buen bagaje que sabe manejar la intriga y la acción en sus historias. Phillips le acompaña de maravilla con un dibujo que aunque no es alarmante en detalles, le vino al pelo a las historias de Brubaker, porque sin duda lo que aquí prima es (me repito) la historia. En Criminal Integral 3 se recogen las historias cortas Mis Héroes Siempre Han Sido Yonquis y Bad Weekend y el primer y el cuarto número de la más reciente etapa de Criminal y dos historias sobre la familia Lawless. Todo esto: Savage Sword of Criminal, Deadly Hands of Criminal, My Heroes Have Always Been Junkies, Criminal: The Night callers, Criminal: Bad Weekend y Criminal: Orfans. Además de ser otro fantástico volumen lleno de extras: ilustraciones, artículos seleccionados, entrevistas, portadas y mucho más; incluyendo los magazines de Criminal, que son un deleite para los fans de una de las mejores sagas de género negro que he leído en mi puñetera vida.

Un extraordinario volumen con la obra maestra de Ed Brubaker y Sean Phillips, ganadora de los premios Eisner y Harvey. Con argumentos modelados conforme a elementos ya conocidos, guiones potentes y eso que cuentan con tipicidades del género como socios traidores, femmes fatales, mafiosos sin escrúpulos, policías corruptos o intentos de atracos perfectos. El secreto de Brubaker es su poder para crear personajes tan verídicos, que incluso puedes imaginártelos por la calle, en tu misma ciudad y por qué no, alguno de ellos te puede sonar a que son vecinos tuyos. Con ellos, lleva la serie, cada una de las historias, a una especie de meditación sobre los clichés del género del crimen. Las tramas son realistas, creíbles y se centran, sobre todo, en la caída y auges de sus personajes…. Y viceversa. Gente que creció en la misma ciudad, que comparten el mismo bar, gente cuyos padres o hermanos siempre son conocidos unos de otros y que raro es el que no tiene un secreto chungo que esconder. Me encanta esto, la verdad.

Criminal es una serie formada por seis novelas gráficas independientes y autoconclusivas, cuyas historias se enlazan entre sí. Pero este tercer integral aporta todas las miniseres que salieron a posteriori añadiendo más ramitas a la fogata que casi llega a la altura de un jugador de baloncesto. Una forma magistral de atrapar al lector desde la primera hasta la última viñeta. Cómic que debe estar en el estante de oro de las mejores bibliotecas de todos los tiempos.

J. J. Castillo nació una fría mañana de invierno en la que el murmullo del viento hizo temer al más valeroso. Enamorado de esa sensación, dedica su tiempo a escribir y leer historias que increpen el alma. En el ámbito de las letras ha ganado premios y ha colaborado con cantidad de editoriales especializadas en los tres grandes géneros.