Reseña: Alien Descendant, de Shalvey, Broccardo y Danny Earls

Tras décadas de cómics de Alien producidos por Dark Horse, la franquicia de Marvel Comics tuvo un comienzo un tanto accidentado. El mandato de Phillip Kennedy Johnson en el título incluyó tres arcos argumentales de seis números (Bloodlines, Revival e Icarus respectivamente) y el one-shot Alien Annual (2022) que, si bien fueron responsables de introducir algunos conceptos originales en la trillada propiedad intelectual (a saber, su Diosa/mujer en la oscuridad), tuvieron una recepción tibia por parte de los lectores y fans de toda la vida de Alien.

Por el contrario, Alien: Deshielo del pasado año, del escritor/artista Declan Shalvey (Moon Knight, Deadpool) y el ilustrador Andrea Broccardo (X-Men: Curse of the Man-Thing, Wonder Woman: Agent of Peace), representó una corrección de rumbo muy necesaria. Y ahora con este volumen de Alien: Descendant, que Panini Cómics trajo casi para Navidad, Shalvey y Broccardo regresan para ofrecer su esperada continuación directa de Thaw (Deshielo).

Y eso es lo que supone este tomito que recién disfruté y que incluye concretamente el Alien Annual #1 más los cuatro numeritos de la miniserie correspondiente. Donde nos presentan nuevamente a Zasha Zahn, ahora una mujer adulta que trabaja para la nefasta corporación Weyland-Yutani. Y actualmente viajando bajo el seudónimo de Cole.

Ella es nuestra valiente protagonista de cabello rosado y tiene la tarea de regresar al puesto de avanzada de Cocito (anteriormente The Keg) en la luna helada LV-695, donde la compañía corrupta está ansiosa por que ella lidere una expedición de salvamento para recuperar su buque militar hundido de clase Conestoga, el USCSS Boreas.

Pero debajo del turbio casco del barco se esconde el lucrativo pero letal xenomorfo.

Y Zahn no regresó a este páramo helado simplemente para cumplir con sus requisitos corporativos. Tiene otras prioridades en mente, sobre todo, localizar los restos desguazados de Dayton, un humano sintético que representa la única familia que le queda…

Alien: Descendant comparte un par de rasgos con Prometheus, de Ridley Scott. Una expedición de recuperación a un planeta alienígena estéril, financiada de forma privada por uno de los homónimos de la familia del fundador de la compañía (esta vez Jun Yutani en lugar de Peter Weyland, ambos moviendo los hilos desde los cómodos confines de sus yates espaciales desmontables).

El escenario de la historia, un puesto de avanzada cubierto de nieve y rodeado de hielo, también recuerda a la siempre maravilla La Cosa, de John Carpenter (y me atrevo a decir que incluso hay una pizca de En las montañas de la locura, del maestro H.P. Lovecraft). Es decir, una magnífica aventura que rinde homenaje a maestros pero dentro del mundo de Alien.

Como para perdérsela.

J. J. Castillo nació una fría mañana de invierno en la que el murmullo del viento hizo temer al más valeroso. Enamorado de esa sensación, dedica su tiempo a escribir y leer historias que increpen el alma. En el ámbito de las letras ha ganado premios y ha colaborado con cantidad de editoriales especializadas en los tres grandes géneros.