Reseña: Batman. Mecanismo de Seguridad, de Zdarsky y Jiménez
Batman puede ser el personaje más icónico y reconocible de DC, pero también es uno de los más complejos, y para muchos, ahí reside el problema. En los últimos años, varios guionistas e ilustradores con mucho talento se han enfrentado al Caballero Oscuro en diversas entregas de Batman, pero si bien todos poseían puntos fuertes, también fallaron en cuanto a matices. Hay demasiada emoción o falta de ella, una dependencia excesiva de nuevos personajes secundarios aleatorios, e incluso un poco de «recalibración», por así decirlo, dependiendo de quién esté detrás de cada número.
En algún momento del camino, el orejas picudas -y Bruce Wayne- se han convertido en un caos abstracto sin la garra y el corazón que hicieron icónico al personaje. Pero llegan ciertas renovaciones como las que se encontraron los aficionados en el Batman #125, de Chip Zdarsky, donde el autor de moda en USA entraba en la cabecera, y si este primer número servía de indicio para ver que Zdarsky nos entregaba a un Batman a la vez fantásticamente complejo y rico en matices, también teníamos garra, acción y tensión de una manera que superaba con creces las expectativas.
Panini Cómics nos trae los cinco numeritos con el arco Mecanismo de Seguridad que no son otra cosa que los número del #125 al #130 de este nuevo Amanecer de DC. Donde la historia comienza con Bruce despertándose con pesadillas. Una decisión fascinante y acertada. Porque esto no solo le permite a Zdarsky ofrecer una perspectiva significativa sobre cómo opera Bruce Wayne al revelar que Bruce solo sueña cuando se lo propone (e incluso entonces, es con un propósito), sino que también le permite orientar al lector sobre la situación temporal y las relaciones de Bruce, gracias a una llamada telefónica a Selina. Y una vez que el lector se conecta con Bruce, la trama cobra impulso: alguien está asesinando a la élite adinerada de Gotham.
He leído muchos cómics de Batman. Cada vez más, pese a que he dicho en más de una ocasión que nunca me gustó en mi infancia y me he ido enganchando a él con el paso de los años gracias a sus historias “adultas”. Y puedo decir que tras devorar este TPB, pocas veces he leído una versión de Batman con la fluidez de estos números. A lo largo de las páginas no solo nos mantiene centrados en Batman (y su dinámica con Bruce Wayne), sino que también impulsa una trama que el lector puede sentir muy adentro, especialmente cuando hay dos giros impactantes consecutivos en la trama que llegan a la esencia de Bruce Wayne y Batman como individuos. Y el resultado es posiblemente el enfoque más auténtico del personaje en años.
Añadid a todo esto el tremendo trabajo ilustrativo de Jorge Jiménez.