Reseña: Los 4 Fantásticos, de Mark Waid y Wieringo
Tres largos y fructíferos años es lo que duró esta genial etapa en la que el maestro Mark Waid y Mike Wieringo lo dieron todo para crear una más que genial Primera Familia con aventuras inolvidables, ecuaciones vivientes y bichos gigantes por doquier como bien se ha dicho. Sin duda, una de las mejores etapas de Los 4 Fantásticos jamás concebidas, una de las indispensables a tener por todo marvelita que se precie. ¿Por qué? Porque llegaba una nueva forma de verlo todo con un Johnny Storm, presidente de empresa… Y creo que con esto ya, está dicho todo. ¿O no? Jajajaj… Y aunque estoy seguro que los que me han entendido ya asumen que aquí se va a brindar por los bromas a cascoporro, creedme, no solo eso conlleva a que sea un indispensable. También hay que darle importancia a que desde el principio se aseguran lecturas la mar de entretenidas.
Ahora bien, el comportamiento decididamente hostil de Ben en los primeros números es un poco difícil de descartar como la diversión inofensiva que se presenta, pero si Ben se comporta así con regularidad, explicaría bien por qué, incluso después de todos estos años salvando el mundo junto a Los 4F, la gente, en general, todavía lo mira con recelo cuando pasa por la calle. Y Sue tomando una medida drástica para obligar a Johnny a actuar como un adulto responsable. Y el alocado Storm con un primer propósito como reconstruir las finanzas agotadas del equipo. Y es que soy fan de Los 4F desde hace mucho tiempo, diría que son los primeros personajes Marvel que leí, y no me podía perder una etapa como la de Mark Waid y Mike Wieringo en la saga pues ya es considerada una de las mejores de la época moderna junto a la John Byrne (https://www.cronicasliterarias.es/?p=18578). ¿Por qué no me había lanzado antes? Han pasado mil cosas por mi vida y crecimiento lector, y quizás es de esas veces que mi cerebro LO SABE y ha preferido esperar a que llegue el momento exacto para poder leerlo en una genial edición de Marvel Omnibus como la que acaba de publicar Panini Cómics.
Pero también tiene sus “cositas”. Las ilustraciones de Mike Wieringo, con sus pies grandes, a veces son demasiado caricaturescas. Y todos sabemos que Mark Waid, en la extensión, suele ser impreciso. De hecho, había echado un ojo a un par de grapas de este tomo hace tiempo para ver que tal y no me impresionó tanto la interpretación de Waid de Johnny Storm como había oído. No tanto como ahora que he visto todo (o casi todo) lo que hace con él.
Waid, Wieringo y el resto del equipo llevan a Los Cuatro Fantásticos a una gran variedad de aventuras. Además de los errores del Leviaverso y Modulus, una inteligencia computacional se enamora de Reed Richards, los Cuatro Fantásticos se enfrentan a clásicos como el Doctor Muerte, los Cuatro Terribles y, por supuesto, Galactus. Desde el principio, impresiona (esa es la palabra) la interpretación de Mark Waid de la Primera Familia. Rápidamente explica el quién, qué, cuándo y por qué del grupo para los nuevos lectores y se sumerge en la acción. Y el arte de Wieringo también me fue gustando con el paso de las páginas, aunque siga odiando los enormes pies que hace, y eso que yo gasto un 47”.
Vais a encontrar momentos memorables en estas novecientas páginas, como el intercambio de poderes entre los Cuatro Fantásticos y Johnny y como se convierte en el heraldo de Galactus. Esto marca. Pensé que el encuentro entre Los 4F y Dios sería una tontería hasta que Dios terminó siendo Jack Kirby. Siempre lo he dicho. Este tomo tiene unos treinta y seis números, y creo que W&W lo dejaron todo muy bien. Dejaron lo suficiente como para no repetirse pero… ¡Qué demonios! Hubo un montón de villanos clásicos que no tocaron, como El Pensador Loco, Fantasma Rojo y sus Super Simios, y el Hombre Topo. Aun así, corroboro lo que se dice. Es, sin duda, la mejor serie de Los Cuatro Fantásticos desde la de John Byrne.