Reseña: Fathomfolk, de Eliza Chan
Fathomfolk es una historia mágica y recuerda a un cuento de hadas. Pero vamos a decir que en versión moderna porque las descripciones de cafés y bares, con influencias asiáticas, le dan una atmósfera acogedora de familiaridad, comunidad y raíces, a la vez que se ve ensombrecida por el desprecio, el orgullo y el miedo. Tenemos aquí una nueva novela fantástica que Minotauro trae a nuestro país, una trama que aborda problemas y comportamientos relacionados con la xenofobia y analiza cómo una sociedad puede unirse o desmoronarse cuando se ve obligada a integrarse, trabajar unida y enfrentar prejuicios arraigados.
Tiankawi es una próspera ciudad sobre el agua donde los pueblos de las profundidades y la humanidad conviven, supuestamente representando la opulencia, la unidad, la paz y la prosperidad. Sin embargo, Tiankawi puede estar sobre las olas, pero no es el paraíso perfecto que pretenden. Mira, una chica (mitad sirena) es la primera del pueblo de las profundidades en el ejército y la primera en alcanzar la capitanía. Kai es el embajador de los pueblos de las profundidades e intenta trabajar por un futuro mejor para todos. Nami que es la testaruda hermana menor de Kai, y la mismas que es exiliada a la ciudad sobre el agua por su madre tras un intento fallido de robar una perla de dragón. Así que decidida a dar un cambio drástico, se une a un grupo extremista rebelde antihumano. Cordelia es la ambiciosa y egoísta esposa de uno de los consejeros más poderosos…, pero manipula tras bambalinas, llegando a acuerdos para mejorar su posición.
¡Vaya! Os puedo decir que no estaba preparado para Fathomfolk. Esperaba una fantasía inspirada en el este asiático, relativamente típica, con un toque divertido y oceánico; pero lo que encontré fue la representación más desgarradora y escalofriantemente precisa de las tensiones actuales en torno a la inmigración, la raza, la clase y el poder, y cómo todo esto se entrelaza.
Eliza Chan maneja este material de forma perfecta y brutal. La alegoría que eligió fue muy elegante y le permitió ilustrar muchos de sus puntos con especial destreza, de una manera que sospecho transmite el mensaje a lectores «blancos» de una forma que no resultaría tan convincente si se usaran analogías fantásticas más típicas para la raza en el mundo real. También me encantó la complejidad y los matices que Eliza Chan le dio a todos sus personajes y facciones: cada uno tiene sus propias prioridades y agendas de una manera que suena muy realista. Y todos estos ilustrados en diferentes tonos de gris, como son las personas en realidad. Nadie es tan malo y nadie es totalmente bueno. Hay un mensaje clarísimo:
No hay respuestas fáciles al racismo y la intolerancia.
Un debut brillante de una autora, obviamente, increíblemente inteligente y perspicaz, cuya carrera tengo muchísimas ganas de seguir. Espero con ansias la secuela y, mientras tanto, recomiendo este título a todos.