Reseña: Ogros, de Adrian Tchaikovsky
El sello Freder de Dolmen Editorial está trayendo una serie de novelas fantásticas muy a tener en cuenta por los amantes de la Fantasía y la Ciencia Ficción. Y uno de los principales anzuelos para vosotros debería ser Ogros, de Adrian Tchaikovsky. Un cruel relato de ciencia ficción mezclado con fantasía donde encontré a un Tchaikovsky como un muy buen escritor, y donde ni siquiera la (normalmente) terrible narración en segunda persona que pone nervioso, me frenó de querer saber más y más con cada página.
Porque Ogros es un discurso político disfrazado de ficción especulativa con tintes de CF, y comienza con la intrigante premisa de un trabajador humano adolescente que escapa de su aldea para evitar el castigo, y continúa con una rebelión que se transforma lentamente en revolución. Y es que Adrian Tchaikovsky abarca mucho en esta novela corta que invita a la reflexión, con una brillante maestría. Por eso he indagado y resulta que este es uno de los tres libros de una serie llamada Mundos Terribles que pueden leerse de forma independiente. Una trama donde una persona que huye del castigo, crea una sensación de urgencia casi excesiva, incluso mientras la trama, escueta, continúa revelando el terrible mundo que ve y te va afectando poco a poco.
La escritura de Tchaikovsky transmite con eficacia la sed de conocimiento y la inquietud del protagonista. El crecimiento de Torquell como personaje se produce de forma constante, proporcional a su aprendizaje, a lo que ve del mundo y, aún más importante, a su poder. Pero en mi opinión, la brillantez del libro reside principalmente en las ideas y temas que explora: el poder y los recursos arrebatados a los débiles, la esclavitud, la fuerza atávica, las revoluciones y la importancia del conocimiento en las manos adecuadas…, estos son los temas que brillan en Ogros, sobre todo, en el contexto de una construcción de mundo minimalista. Porque cuando eres propiedad, no importa si tu dueño te trata bien o mal. La propiedad lo es todo. No nos andamos con rodeos sobre quién es el mejor amo. NO DEBEN EXISTIR AMOS.
Así que imaginad un futuro con seres parecidos a ogros, más grandes y fuertes que los humanos. Imaginad un mundo donde esos «ogros» son amos carnívoros, mientras que los humanos son seres esclavos vegetarianos que no saben nada de ciencia porque la consideran magia. ¿Cómo llegamos ahí?
Tendréis que leer esta joyita.