Reseña: El Vigía, de Jae Lee y Paul Jenkins

Sabía que este cómic me iba a gustar porque me gustan las historias de fracasados. Y no en el mal sentido sino de gente que por una cosa o por otra, algo se alineó o la suerte se olvidó de él o ella, para que no fuera lo que siempre deseó ser de por vida. Y El Vigía es eso pero en un sentido algo diferente porque sí fue lo que quiso ser en una época de su vida, pero no se mantuvo. Que esa es otra en este debate filosófico.

El mantenerse.

El Vigía es una de las grandes recuperaciones recientes que Panini Cómics ha publicado en la genial colección Marvel Must-Have. Un tomo que recopila la miniserie de cuatro numeritos que fue The Sentry donde conoceremos a Bob Reynolds, un hombre casado de mediana edad que vive una vida de silenciosa desesperación con su esposa Lindy. ¿El caso? El que os decía. Bob siempre ha sentido que le falta algo en su vida y un día, al despertar por la mañana, se da cuenta de que todo ha cambiado. Se siente que HA VUELTO. Y ahora todo lo que Bob conoce está en peligro. Porque oye un extraño sonido que lo lleva al sótano, una extraña risa, y allí encuentra una botella que ha mantenido oculta durante años, quizás décadas y mientras bebe el suero que contiene, Bob siente que sus poderes regresan.

Y comienza a recordar aventuras olvidadas, historias de una época en la que era un igual a los héroes más poderosos de la Tierra… y esos recuerdos perdidos incluyen el terrible recuerdo del peor supervillano de la historia como fue ¡El Vacío! Y ahora, a tiempo para reconstruir su vida, casualidad o no, la entidad maligna conocida como El Vacío está regresando a la Tierra y Reynolds se pone su uniforme de centinela una vez más y tiende a desentrañar la conspiración que hubo para borrar su memoria de las mentes humanas, mientras se acerca ese ser que odia con toda su alma.

La premisa de los «recuerdos perdidos» está integrada no solo en la historia que se cuenta, sino también en la historia que Jenkins y Wizard construyeron sobre el pasado de The Sentry como héroe de la Edad de Plata de Marvel. Stan Lee se olvidó del poderoso héroe (aunque «Artie Rosen» nunca existió, su nombre se basó en los primeros rotulistas de Marvel, Sam Rosen y Artie Simek), al igual que el Universo Marvel se olvidó de él, por lo que eventualmente se revelarían como importantes razones narrativas. En cuanto a Bob Reynolds, el regreso de sus superpoderes también le devolvió los recuerdos… ¿a menos que no sean recuerdos en absoluto, no?

Una epopeya monumental que se lee de una sentada.

J. J. Castillo nació una fría mañana de invierno en la que el murmullo del viento hizo temer al más valeroso. Enamorado de esa sensación, dedica su tiempo a escribir y leer historias que increpen el alma. En el ámbito de las letras ha ganado premios y ha colaborado con cantidad de editoriales especializadas en los tres grandes géneros.