Reseña: El Diablo y Coral

Si aún no lo conocéis, os puedo decir que la obra de Homs suele ser fluida y agradable, y es capaz siempre de aportar un color muy acertado para con la historia que presenta. En El diablo y coral, los escenarios de Praga en la década de 1930 están súper bien recreados, y la alternancia entre primeros planos y planos generales, entre zonas oscuras (una bella representación del Infierno) y zonas más luminosas, le permite lucir su talento. Por lo que tenemos aquí un cómic súper chulo con una presentación visual muy atractiva.

Pero vamos con la historia.

Praga, 1938. Por alguna razón misteriosa, el Diablo se encuentra atrapado en la Tierra, ligado a una joven judía, la única que puede verlo y hablar con él. Él explica que, para liberarlos a ambos, ella debe aceptar llevarlo de vuelta al Infierno, pero esto significa que tendrá que cometer actos malvados y condenar su alma, algo a lo que se niega rotundamente la chica. Mas ella, un chica inteligente y bastante manipuladora, intentará descubrir qué oculta realmente el Diablo y si tiene algo que ver con su padre, un rabino que se acerca al final de su vida y a quien ha despreciado desde la infancia.

En este curioso álbum que nos trae Norma Editorial a librerías, si bien la ambientación y los personajes judíos en los albores de la Segunda Guerra Mundial podrían sugerir una fuerte presencia nazi y antisemita en la narrativa, la historia de Homs pronto abandona estos temas oscuros para adoptar un rumbo más faustiano, un diálogo entre el Diablo y la humanidad, con un alcance verdaderamente fantástico. Eso sin contar que hay alusiones directas a la película El Exorcista, al igual que algunas visiones recuerdan a pinturas del infierno de El Bosco. Lo que tenemos aquí es, en efecto, un relato fantástico, con un marco histórico y geográfico que simplemente proporciona contexto, pero no es esencial para la historia.

El arte de José Homs es, sin duda, lo más destacado de este cómic. Como es habitual en él, ofrece viñetas magníficas, tanto para los paisajes y la propia ciudad de Praga, como para los personajes, tan bien desarrollados como dinámicos. Todo, desde la narración hasta la puesta en escena moderna, es un éxito. Lo único que no me convenció fue el diseño artístico del Diablo, ya que le faltó carisma y presencia: se percibe más como un demonio oriental que como el rey inmortal del Infierno. Pero cuestión de gustos.

Trama bien construida, ágil y cautivadora. Una lectura chula que hubiera disfrutado aún más en este Halloween pasado, un título que permite apreciar el excelente trabajo artístico de este autor, a seguir, sin duda alguna.

J. J. Castillo nació una fría mañana de invierno en la que el murmullo del viento hizo temer al más valeroso. Enamorado de esa sensación, dedica su tiempo a escribir y leer historias que increpen el alma. En el ámbito de las letras ha ganado premios y ha colaborado con cantidad de editoriales especializadas en los tres grandes géneros.