Reseña: El Misterio Religioso, de Grant Morrison y Jon J. Muth

Hallan muerto al actor que interpretaba a Dios en la obra religiosa del pueblo. Una de esas representaciones que se hacen en pueblecitos fervorosos de la religión cristiana. Pero ahora tras el asesinato, esta aldea en decadencia se llena de miedo y todos comienzan a sospechar de quiénes les rodean. ¿Estamos ante un impresionante thriller psicológico que brota de la mano del maestro Grant Morrison? Está claro.

Un mini-cómic que se devora en nada y que como aperitivo para viaje en tren o metro, cafelito en terraza o similiar, deja muy buen sabor de boca. Por que además está muy bien hecho que todos los personajes de esta obra buscan de algún modo juicio o redención. Pero ninguno más que el detective, un hombre desconcertado y confundido, más interesado en ver la escena desde arriba que diseccionar el crimen hasta dejarlo irreconocible.

Y siempre intentando resolver el misterio antes de que su pasado lo alcance. Busca descubrir el secreto de ambos. La redención del pueblo y la suya propia.

Estamos ante una de esas historias que son tan chulas que se nos quedan cortas. El ritmo es rápido y tienes la sensación cuando la acabas, que más que leer un cómic, ese amigo o amiga que se ha sentado contigo a tomarse un cafelito en la terraza, te acaba de contar una historia que ha calado en tu alma. Una historia que sucedió de verdad. Una trama oscura y profunda muy al estilo de las que puede contar un domingo por la noche Iker Jímenez en su programa Cuarto Milenio. Pero aquí con mucho más potencial psicológico gracias a las ilustraciones de Jon J. Muth que te meten en la trama cual sueño onírico y febril.

No obstante, si en El Misterio Religioso esperas una lectura fácil, con una resolución simple, olvídalo. Morrison escribe una historia abierta de capas sobre capas respecto al significado. Evocador y cinematográfica. Insisto, bastante onírica.

El Misterio Religioso es de esas historias que te la cuentan y empiezas a darle vueltas al coco. Bien escrita y bellamente ilustrada, no se puede dar más por menos.

¿De verdad creéis que el Diablo es siempre el culpable de nuestros males?