Reseña: Dead Life, de Jean-Charles Gaudin y Joan Urgell

Allá donde se intente una vuelta de tuerca o mejor dicho se busque la originalidad para con el género zombie, allí estaré yo. Yermo Ediciones se lo propone al fan publicando esta chulada de cómic europeo que es Dead Life, de Jean-Charles Gaudin y Joan Urgell, volumen contenedor de los tres álbumes que completan esta miniserie de terror. Donde todo comienza con Curtis y Kate yendo a recoger a su hijo Stephen, que ha pasado las vacaciones en casa de los abuelos…, y donde se atiende a la máxima de no jugar con los objetos prohibidos de los demás. Desencadenan pesadillas.

Como toda buena-historia-zombie, Dead Life se lee muy rápido. ¿Por qué razón? Porque este tipo de guiones suele/debe llevar un mismo patrón en cuanto a escenas de acción o escenas de contemplación. Y empieza lógicamente tal y como empieza toda buena-historia-zombie con acción non-stop una buena cantidad de primeras viñetas que te suben el nervio a tope. El escenario es muy cachondo, hay que decirlo. Empezamos con una pareja que va a recoger a su hijo a casa de los abuelos. Todo va bien hasta el descubrimiento, o más bien la desaparición, de un cáliz que el abuelo guardaba en secreto en su desván. El niño reconoce haber jugado con él. Hacer aventuritas a lo Indiana Jones. Y aquí está el drama. Llegan los zombies y nos adentramos en una persecución infernal hasta el final del volumen sin tiempo para respirar. Os lo aseguro, no da tiempo a respirar. El guionista Jean-Charles Gaudin hace esto tremendamente bien. Juega con nuestros nervios y nos inflige debacle tras debacle para cada uno de los diferentes personajes de la historia.

Así que en un momento en que las series o peliculas de zombies no están muy en auge (tarde o temprano tendrían que dar el bajón, ¿no), y cuando los comedores de carne fresca o de cerebros (Esto era en los 80s, perdón) no están muy en boga, ¿qué tal esta serie? Pues os diría que tened cuidado de todos modos, porque es relativamente realista y no hace prisioneros. Salen muchos personajes, incluyendo mujeres y niños, y no hace prisioneros… Aunque está claro que nada que vaya a asustar al fan de siempre: La Noche de los Muertos Vivientes, Zombie, El Amanecer de los Muertos, The Walking Dead… ¿Pero es más de lo mismo? No hace mucho decía en otra reseña que en este subgénero es muy pero que muy dificil innovar. Te tienes que contentar con sacar adelante una historia interesante y si luego surge algo… que surja.

Y aquí los autores sí que aportan algo diferente a la historia y es el tema de la reliquia. Objeto que derivará al lector hacia preguntas sobre este cáliz rescatado de un desván: ¿De donde viene? ¿Qué causa? ¿Cómo lo provoca? ¿Tiene vericidad histórica? Preguntas que os incitarán a leer y leer con cierta impaciencia.

El dibujo de Joan Urgell es muy bueno. Os diría que la portada engaña. Os va a sorprender.

Respecto al gore del que muchas personas se quejan y ponen como excusa normalmente para no disfrutar o incluso desprestigiar a una buena-historia-zombie, está presentado de forma muy dinámica en Dead Life. Se puede decir que no es excesivo aunque claro, para gustos los colores. Pero lo que sí que consigue esta obra muy bien es recrear rápidamente la atmósfera deseada, asfixiante e intransigente de las tramas de muertos vivientes. Y a tener en cuenta las miradas más bien escalofriantes o de desesperación perfectamente ilustradas que se pueden encontrar. Que eso aporta.

¿Recomendado sólo para fanáticos de los zombies? Eso como mínimo. ¿Recomendado en general? Un buen lector de todo tipo de cómics no debería perderse una aventura asi.