Reseña: Elektra. Blanco, Negro y Sangre, de VVAA

En las antologías se suelen encontrar ideas muy molonas. De esas que provocan que los guionistas se pregunten cómo demonios no se le ocurrieron antes a ellos. Elektra: Blanco, Negro y Sangre es un ejemplo más. Y ya os anticipio que sobre lo chulo, lo más destacado de este nuevo volumen Marvel Treasury Edition que recién editó Panini Cómics, una historia que rompe con todo es un relato maravilloso llamado No el Diablo, la segunda de ocho que trae este tomo (escrita y dibujada por Leonardo Romero) donde después de una breve apertura, se convierte en una intrépida historia de acción al estilo John Wick, y donde Elektra va a eliminar tantos secuaces de Kingpin como pueda empuñando únicamente su katana. No hay un motivo claro para su vendetta en esta historia pero realmente no importa; ver a Elektra acabar con los matones con la eficiencia y brutalidad al estilo de Jason Voorhees es increíble. Recuerda bastante en intensidad a las primeras historias de Frank Miller cuando presentó a su Daredevil allá por los 80. Elektra apenas habla, balas silbando por aquí y por allá, mamporros y siluetas cayendo.

Sentía que a lo largo de los años, Elektra se había diluido. Al igual que Wolverine, sus apariciones han sido más Paseando a Miss Daisy que Operación Dragón. Los viejóvenes cinéfilos me entenderán. Y me refiero en cuanto a apariciones modernas. Pero Elektra: Blanco, Negro y Sangre es una antología de relatos que me ha devuelto la esperanza. Sabemos que está criando malvas desde hace años pero que duda cabe que hacer una colección de historias atemporales es lo que tocaba. Y demostrar que Elektra es una fuerza de la naturaleza como se hace en este volumen…, eso como mínimo. No voy a hablar de todas las historias pero estaría en deuda con vosotros si no mencionara, al menos, las que más me han flipado. Y por lo que veo, mientras mis dedos teclean, me está saliendo hablar de ellas por orden de gusto. Amanecer Rojo abre el MTE. ¿Una historia con Elektra emboscada y mezclada con vampiros? Si está bien hecha, por todos los dioses viejos y nuevos, ¿a quién no puede gustarle eso? Otra molona es El Camino Carmesí. Una trama al estilo 300 que tiene lugar en la antigua Grecia con Elektra protegiendo a una niña de una horda de estatuas que cobran vida. Sin darme cuenta acabo de hablar de las tres primeras historias del tomo. Pero viene alguna más donde se presenta a Elektra Nachios y su singular conjunto de habilidades como Sal corriendo con Patch (Lobezno disfrazado) pidiendole a Elektra que verifique la desaparición de una chica. La niña, Joon, está embarazada y un asesino de clase mundial ha venido a alejarla de su novio antes de que tenga la oportunidad de interrumpir el embarazo. Cuanto menos curioso guión de Peter David.

O Verité donde detectives de policía investigan un asesinato en un parking y cuando examinan las cámaras de seguridad, la víctima aparentemente es asesinada por una cuchilla invisible. Bien aquí Al Ewing. Antes de irme decir a los amantes del mundo nipón mezclado con lo marvelita que también se acuerda de ellos Greg Smallwood con el relato Yokai. Donde Elektra llega a un pequeño pueblo japonés por invitación para hacer frente a una amenaza sin nombre. Cuando se pone el sol, estalla el caos cuando un ser malévolo rapta a un niño y huye hacia la noche sin que nadie pueda hacer nada.

Y algunos más.

Como dice el nombre de la colección un buen “tesorito marvel” indispensable para amantes de la acción, Elektra y por qué no, el Terror en todas sus formas. Por supuesto, todo un volumen en blanco, negro y rojo (sangre).

Marvel Treasury Edition igual a páginas más grandes.

Reseña: Lobezno. Blanco, Negro y Sangre, de VVAA

Lobezno andaba solo en mi corazón…, y había que darle pase. Lo he contado algunas veces, no tengo ese fervor por Wolverine que tienen muchos y que hace un tiempo lo llevó a ser el personaje más vendido dentro de Marvel, superando incluso al perenne y eterno Spiderman. Pero las modas pasan. Algunas rápidamente, otras de forma lenta. Pero siempre me quedará recurrir a Panini Cómics y a sus publicaciones para encontrar las mejores historias de un mismo personaje. Lo que, en definitiva, busco en este caso. Pues Lobezno es uno de esos héroes de los que solo me gusta leer historias únicas. Las mejores, si puede ser. Cómics cerrados -lo quiero todo en un solo volumen-, y ala, lo tengo claro, es así como he disfrutado de tramas muy chulas de Venom, de Ojo de Halcón o el Capitán América, por ejemplo. Y tantos otros de los que suelo leer y reseñar sus aventuras. Así los disfruto. Por eso puse el ojo en Blanco, Negro y Sangre, volumen del que no sabía nada y que recién publica Panini Cómics este mes dentro de su colección Marvel Graphic Novels.

Logan da rienda suelta a su ira, locura y poder en esta antología de relatos que fue Wolverine: Black, White & Blood en USA. Donde se reúnen grandes creadores de cómics, estrellas del noveno arte, para tejer tramas cortas independientes protagonizadas por el mutante favorito de la mayoría de los lectores Marvel. Sangre y furia, se huele. Y a juzgar por el número de apertura, una antología que se convierte sobradamente en un escaparate artístico para el personaje y un claro recordatorio de por qué se ha mantenido tan popular durante décadas.

Primero encontramos un trío de relatos de Gerry Duggan, Adam Kubert y Frank Martin que evocan la gran serie que fue la Arma-X, de Barry Windsor-Smith, donde se exploraba el condicionamiento traumático de Logan. Sirviendo como pieza central, un guión de Matthew Rosenberg, Joshua Cassara y Guru-eFX donde se cuenta el sangriento y prolongado conflicto de Logan contra HYDRA pero con un giro tremendo cuando la malévola organización lo rastrea. Cerrando el trío de tramas de apertura, una historia escrita e ilustrada por Declan Shalvey que nos muestra a Logan decidido a regresar a Canadá, a casa, solo para encontrarse con sus peores demonios. Regreso a un mundo de fuego y sangre.

Lobezno: Blanco, Negro y Sangre reaviva un poco ese romance interno que puede tener uno cuando necesita recordar/leer buenas aventuras de los X-Men cada no mucho tiempo. Si no fue evidente con lo poco que conté sobre su contenido, os puedo decir que este volumen tiene historias algunas más épicas que otras, pero acción por los cuatro costados. Enfrentamientos para el recuerdo. Hay mucha sangre derramada y así hace presencia la SANGRE. Las historias se ilustran en blanco y negro al más puro estilo Frank Miller pero el rojo le da a cada página (de enorme calidad, por cierto) brillantez, sobre todo, a las apariciones monstruosas que yacen ilustradas. Algunas dignas de enmarcar.

Todos los guionistas de la antología profundizan en momentos y elementos clásicos del pasado del superhéroe, presentándolos desde una nueva perspectiva mientras conservan el atractivo atemporal de Logan dando patadas voladoras y garrazos por doquier. Un total de doce cuentos cortos donde ver como es, en realidad, Lobezno. Las cuatro últimas historias (El Blues del Planeta Rojo, El Arte de Perder, Recoges lo que Siembras, Palos y Piedras) son magníficas las mires por donde las mires. Son consistentemente buenas, pero el arte de los dos últimos números no es tan bueno como el del primero. Una historia que comienza con Mariko abandonando a Lobezno en el altar.

Ahí lo dejo.

Ideas muchas sólidas para con el personaje. El que sea un experto en Wolverine probablemente las vea con otros ojos; no buenas o malas, pero quizás sepa el porqué de muchas cosas que yo pasé por alto. Ciertos detalles que se comentan y que me dieron la sensación de hacer referencia a otras aventuras. Historias que ya busco para leer, obviamente. Pero insisto en que Lobezno siempre fue un personaje que miré de soslayo. Al que acudo siempre con la esperanza de pasarlo bien leyendo un cómic Marvel de acción y ya está. Lo bueno es que en sus cómics se suelen encontrar grandes autores. Un talento impresionante podréis ver en Blanco, Negro y Sangre.