Reseña: URBAN (Integral), de Luc Brunschwig y Roberto Ricci

Otro genial tomo integral de buen cómic europeo que se ha publicado hace nada y que no debiera pasar desapercibido, sobre todo, por el buen amante de la Ciencia Ficción es Urban. Un integralazo que se marca Yermo Ediciones con cantidad de puntos positivos, y que tuvo mucha expectativa con la salida de cada nuevo álbum al otro lado de los Pirineos.

Cantidad de preguntas en las tramas que no dejan de ser ramales que brotan (y vas descubriendo) de un trasfondo o argumento principal. Algunas de esas historias, os dejarán con el culo torcido por ser contadas mediante flashbacks que ayudan a completar las tramas que conforman el puzzle que se abre en la mente del lector cuando empiezas a leer Urban.

Urban es potente porque contiene dos puntos muy logrados. Por un lado, tenemos un universo escalofriante e hipnótico, la empatía mostrada por muchos protagonistas. Por otro el trasfondo de los personajes secundarios que son una maravilla acompañando las tramas. Del guion me gustó mucho el trasfondo psicológico que tienen ciertos detalles, insisto, por parte de los personajes. Da la sensación (por como se comportan) que provienen o están adaptados de ciertas entidades reales con un pasado real (las malas maneras del hombre nunca se enmascaran). Eso sin contar a lo que les lleva su libre albedrío: giros regulares inteligentes, la insistencia en el tiempo extra, normalmente, infrautilizado… La historia en sí, cuenta que Zacchary Buzz proviene de una familia de granjeros pero lo deja todo para irse a vivir a Mi Placer, una gran ciudad dedicada al ocio, el juego, los placeres de la vida… Siguiendo como modelo al mayor justiciero de todos los tiempos, sueña con unirse a la mejor policía del mundo: la Urban Interceptor. Pero Mi Placer no es un sitio cualquiera. En realidad, es una especie de urbe-empresa hipercontrolada, dirigida por un jefe omnipresente, el cual, con grandes refuerzos de cámaras y pantallas gigantes, controla toda la ciudad y sigue en directo las más mínimas acciones y gestos de sus habitantes. Y es que Mi Placer está bajo el control de A.L.I.C.E., un sistema automatizado formado por robots limpiadores del mal que cazan a ladrones con métodos bastante “sutiles”. El sistema de control ideado permite a la policía presentarse in situ a poco que un delito real se cometa. Y es que en Mi Placer tiene cabida todo-todito-todo (encontramos los cuerpos mutilados de varias niñas, por ejemplo). Una de las terribles tramas por las que tendrá que pasar el protagonista, uno de los horrores que le hará pensar si trabajar par la Urban Interceptor era tan ideal como imaginaba.

Y el caso de las niñas solo es una de las tramas por las que tendrá que pasar. Sumad a eso ciertas intrigas como que el investigador principal más conocido sea asesinado y sustituido por uno demasiado sospechoso para ocupar su lugar, un teatro de acusaciones y delitos enmascarados o una cacería que se escenifica en vivo como programa de juegos donde los espectadores pueden apostar a la muerte de uno de los dos protagonistas. Zach, que soñaba con la justicia, descubre que todo es violencia y cinismo y que el mundo mágico de Mi Placer es demasiado cruel para formar parte de él.

Una historia de CF que sí, que el que haya leído mucha Ciencia Ficción le va a encontrar muchas similitudes a otras (1984, Campo de Concentración, ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas o Blade Runner, la serie de TV Westworld…). Estoy de acuerdo en que también traslada una ácida crítica al mundo del ocio contemporáneo. Pero es una historia general que atrapa. Cinco álbumes reunidos que hacen que te compense el tiempo y dinero por la obra que tienes entre manos. El mundo a descubrir aquí te “afecta”.

Aparte, amé muy por encima de todo, el dibujo del señor Roberto Ricci, al que pienso seguir en todo lo que ilustre porque sus diseños son geniales. En ocasiones, tuve la sensación de estar leyendo algo que podría ser la versión seria de Goomer incluyendo en el pedido también unos dibujos evolucionados y estilizados como los que consigue Ricci. Diseño minucioso, variado y detallado.

En resumen, muchas cosas buenas.