Reseña: Motorista Fantasma Cósmico. Doble Identidad, de Phillips, Vilanova y Cabal

Si una idea promueve Motorista Fantasma Cósmico es la de que las deudas deben pagarse. Tenemos un cómic que desde el principio te coge por sorpresa con ese misterioso dibujo del astronauta con una calavera en llamas que llevas viendo hace tiempo por cantidad de sitios y no sabes qué realmente es. ¿Es el Motorista Fantasma de siempre o algún pretendiente?

El título del primer arco, el que da inicio a la serie (Doble Identidad) es un juego de palabras que descubrirás al leer el argumento. Pero vaya que nadie diga que este nuevo tipo de calavera en llamas no es contundente al presenciarlo por primera vez. Stephanie Phillips hace bien en presentar al personaje primero y luego cerrar la historia principal con él, consolidando tu interés para que vuelvas a por más. Esta misteriosa figura también es decididamente más malvada que la que todos conocemos. Que ya es decir bastante. Sin embargo, en Motorista Fantasma Cósmico, de pronto nos enteramos que el prota está trabajando en un bar y tratando de pasar desapercibido. ¿Tiene doble personalidad o hay algo más? Es una pregunta que te harás cada vez que este nuevo personaje ocupe la página.

Una vibra europea impregna la primera parte de la historia, que se completa con un cazarrecompensas y algunos habitantes inocentes que no merecen la ira que se avecina por Frank Castle. ¿Cómo? Has oído bien. El Castigador (mi primo) con el que uno/a puede imaginar que se producirá un duelo al mediodía en algún momento del futuro de este arco. Ya que si no lo sabéis, en un rincón remoto del espacio profundo, el antiguo Frank Castle ha llevado una vida tranquila: sus días como Motorista Fantasma Cósmico han quedado atrás. Pero ese despiadado cazarrecompensas al que me refería antes está dejando un rastro de cadáveres a su paso por todo el universo y habrá que hacer algo, ¿no? Frank Castle debe regresar para enfrentarse al peor enemigo que uno mismo puede tener.

Al igual que en El bueno, el feo y el malo, la historia principal tiene un ritmo más lento al principio y va «in crescendo». El arte de Cabal es súper limpio y agradable a la vista. Los fondos tienden a estar en blanco y los diseños tienden a ser más sencillos. Un simple movimiento puede ocupar cuatro viñetas. El enfoque visual de pantalla ancha le da a la narrativa una sensación cinematográfica pero también hace que su ritmo se sienta poderosamente lento y embaucador. Mentiría si dijera que no esperaba un poco más de la historia principal, al principio. Cosa que obtuve al final del tomo. La miel en los labios, ganas de más. Mucho más.

Este nuevo Motorista Fantasma Cósmico se enfrenta a una amenaza desconocida que parece tener más poder que la mayoría de aniquilados a estas alturas. La guionista usa ese poder para recordarnos los horrores que Frank presenció en la guerra y la pérdida de sus hijos. También es una muy buena manera de demostrar que ha dejado de odiarse a sí mismo y que está listo para seguir adelante. Eso es refrescante, ya que el personaje ha tenido mucho bagaje en el pasado.

Estoy listo para más Cosmic Ghost Rider, por favor. Doble Identidad contiene los primeros cinco números de esta miniserie a la que me he enganchado.