Reseña: Rick y Morty vs. Cthulhu, de Zub, Little, Ito y Filardi

En la misma línea de lo que os decía ayer, seguí leyendo terror o susodichos en época navideña mientras Papá Noel deambulaba por mi casa distribuyendo regalos. Fue entonces que de una sentada me leí este Rick y Morty vs. Cthulhu. Un cómic que sabía que me iba a aportar algunas risas junto a ese toque lovecraftiano que siempre se necesita consumir cada poco para que “todo vaya bien”. Y es que lo que siempre me ha sorprendido de la serie de dibujos animados de gran éxito Rick & Morty es lo completamente incomprendido que es Rick Sánchez por muchos de sus fans. Claro, es un idiota insensible y de mal carácter que le da a su familia una gran cantidad de dolor y ansiedad, pero hay corazón detrás de la subversión. Es el científico loco que conoce su lugar en el universo… todos los universos… y entiende cómo eso afecta a la gente que ama. Desde el punto de vista de un personaje ficticio, la autoconciencia de Rick y su voluntad de decir lo incorrecto en el momento adecuado lo convierte en un espejo perfecto desde el cual examinar los cimientos sobre los que se construyen muchos de nuestros estereotipos.

Y por otro lado, no puede haber duda de que H.P Lovecraft fue un genio creativo cuyo ADN se puede encontrar en gran parte de nuestra ficción y terror modernos. Y más ahora que sus derechos están liberados y ya podemos encontrar cositas de los Mitos en libros, cómics, música, pelis e incluso en juegos de mesa, sin que ello afecte económicamente a su creador. Pero muchos tenéis que saber (si no lo sabíais ya) que Lovecraft era un idiota racista, y esa actitud se esconde detrás de muchas de sus obras principales como una sombra que se arrastra lista para infestar el alma al más inepto. Era un señor producto de su tiempo (o de uno mucho anterior), y teniendo en cuenta eso, sí que disfrutaréis aquí de Rick Sánchez en el guion de Jim Zub a la hora de sumergiros en esa doble naturaleza.

¡Rick Sánchez, Morty y su familia se enfrentan al horror cósmico y emprenden un aterrador viaje contra la dimensión lovecraftiana! Ese sería el resumen, en general. Pero mola verlos en su recorrido por Arkham y los reinos del Más Allá, donde se toparán con monstruosidades literarias, lucharán contra hordas de gente-pez, encontrarán y perderán el amor, lucharán contra el color cósmico consciente y le darán caña al propio Lovecraft por el camino.

Jim Zub, al abordar su trabajo como fan, en primer lugar, aporta una comprensión fantástica de lo que aman sus lectores, lo que odian y los pilares que quieren ver sacudidos hasta sus cimientos. Rick y su agudo ingenio están de vuelta y se deja fluir su arrogante desdén. ¿Un ejemplo? Al principio, Rick y Morty acaban de regresar de una aventura espectacularmente fallida cuando Rick comienza a sospechar que algo anda mal. ¿Los síntomas obvios? Beth comiendo fettuccine de camarones mientras Jerry lee… un LIBRO, lo llevan a una respuesta sin parangón: Una “infección de terror pulp” es inminente. Con esa revelación, Zub lleva a la familia Sánchez (y a Jerry) a un viaje a través de algunos de los famosos cuentos de terror sobrenatural de Lovecraft, mientras Rick desmenuza cada uno de ellos en pequeñitos componentes. Y abundan los comentarios sarcásticos y mordaces, por supuesto. Porque Rick & Morty siempre será un sándwich de humor negro con ciencia ficción. Y yo siempre brindo por eso.

Feliz Navidad.

J. J. Castillo nació una fría mañana de invierno en la que el murmullo del viento hizo temer al más valeroso. Enamorado de esa sensación, dedica su tiempo a escribir y leer historias que increpen el alma. En el ámbito de las letras ha ganado premios y ha colaborado con cantidad de editoriales especializadas en los tres grandes géneros.