Reseña: La Tumba de Drácula. ¡La Noche del Vampiro!, Gerry Conway, Marv Wolfman, Gardner F. Fox y Gene Colan

Se reivindica mucho y es normal. Estamos hablando del que puede ser el mejor cómic elaborado de Terror y encima cómic que realza y supera la figura tan trillada de Drácula en el mundo del cine. Alguien tuvo que tener en mente la idea de, si se hacía, había que hacerlo bien. Quizás el propio maestro-dios del dibujo Gene Colan, quizás el cúmulo de guionistas de calidad como Gerry Conway o Marv Wolfman (¡apellido inspirador!). A nuestro país han llegado diferentes versiones de esta serie que os reseño hoy. Pero ahora va Panini Cómics y se apunta un mega-tanto sacando la Biblioteca Drácula, es decir, la gloriosa serie de La Tumba de Drácula, en diez chulos volúmenes llevaderos (en este formato no existe excusa para no leerlo) y para colmo de males-preciosérrimos: por fin, a todo color. En mi caso, dos primeros tomos que han visto la luz (¡¿la luz?!), dos primeros tomos que ya he devorado y con los que me inicio en la colección. Quincenales, por quince pelotes, incluyendo ocho números de Tomb of Drácula cada uno. ¿Se puede dar más por menos? Dicen que es una de las más soberbias interpretaciones del mito creado por Bram Stoker. No se equivoquen: NO EXISTE UNA MEJOR.

En 1971, la Comics Code Authority (un organismo reunido para censurar cómics, una serie de ilusos que se aburrían bastante) ajustó sus regulaciones para dar más penalidad a lo que consideraban una sopa en súper ventas de tebeos de contenido sexual, y todo lo relacionado con el género de Terror (vampiros, hombres lobo y otros monstruos). La respuesta en la gloriosa Casa de las Ideas fue una ola de «héroes monstruosos» como Morbius, Werewolf By Night y El Motorista Fantasma. No obstante, todo el mundo sabía que cierto ser con categoría, que con su sola presencia eclipsaba a todo, un aristócrata de caché como era el propio Conde Drácula, de Bram Stoker…, debía salir a la luz (¡¿otra vez la luz?!). Un ser, un personaje que necesitaba pasar al noveno arte con criterio, de forma independiente a la novela y hacerlo con una buena historia, atractiva y original. La joya, la tenéis delante.

En La Tumba de Drácula, abrimos con un hombre llamado Frank Drake, junto con su amigo y su amada, abriéndose paso por los vastos campos de la Europa del Este. Drake ha venido a las tierras salvajes de Transilvania en busca de la herencia de su familia, un castillo que ha pasado de generación en generación, desde antes de que la familia Drake cambiara su nombre. Habiendo arruinado la fortuna de su familia, Frank y su amigo Clifton han venido con la esperanza final de vender el castillo y obtener algo de liquidez. Pero incluso Clifton no se creyó del todo el resto de la historia, la parte en la que Frank explicó su apellido original, pues, ¿cómo diablos iba a proceder del famoso Drácula?

Me gusta ver que realmente la historia de Bram Stoker no existe en el Universo Marvel, my friends. Frank Drake es la prueba viviente de ello. Y también atrae como empiezan a torcerse las cosas desde el principio: el tema es bastante incómodo entre Frank y Clifton, ya que la pareja actual de Frank, Jeanie, es en realidad la ex de Clifton. Una vez que llegan al castillo de Drácula, Frank encuentra objetos familiares realmente inquietantes. Además, es como si hubiera estado soñando con esos pasillos de piedra entre corrientes de aire frío, toda su vida. Mientras investiga, Cliff, el amigo idiota de Frank, cae por un suelo podrido a una catacumba oculta donde descubre la tumba de Drácula y… ¿qué es lo peor que podría pasar? Las nefastas intenciones de Cliff de estafar a Drake y casarse con Jeanie por su dinero palidecen en comparación con la sed de sangre que acaban de despertar en esa mazmorra.

Un inicio pletórico para una maravilla de serie, que en una primera lectura, aporta esas maravillosas sensaciones que una vez percibimos en nuestras primeras vivencias con el género de Terror. No es alabar por alabar. Desde el primer momento te das cuenta que La Tumba de Drácula es y fue un cómic inusual. En primera instancia, el personaje principal es en realidad el villano de la obra. Eso no era, ni es normal aún a día de hoy. También por que el arte de Gene Colan es tan excelente (nadie dibujaba de forma tan real las neblinas y el viento como este hombre), un arte que te introduce en la trama cuando incluso los diálogos de Gerry Conway son algo más masticables.

La Tumba de Drácula fue uno de los éxitos más inesperados de Marvel, y aunque Marv Wolfman no empezó en el elenco de autores, en el momento que coge los mandos de la serie se nota. Construye toda una serie de aventuras casi por ejemplar, que se disfrutan de lo lindo. Y más, en estos días grises y lluviosos. Por supuesto, también introdujo en el noveno arte al personaje Eric Darren Brooks, el famoso y verdadero Blade el Cazavampiros (en el #10 de esta colección), un personaje secundario con mucha fuerza. Un tipo con interesante historia detrás que en breve os contaré.

La Tumba de Drácula es un cómic súper IN-DIS-PEN-SA-BLE.