Reseña: Blackwater IV. La Guerra, de Michael McDowell

Muchos ya lo sabréis, pero como otros quizás no, y habéis llegado a esta reseña por casualidad o por la fama que están teniendo ahora Michael McDowelll y sus novelas en nuestro país; deberíais saber que en 1983, su saga Blackwater se publicó en seis entregas, apareciendo un volumen cada mes, desde enero a junio, como si se tratara de una serie de televisión. Fue un absoluto pionero en esto. El éxito fue inmediato, e inspiró a Stephen King para escribir Rita Hayworth y la redención de Shawshank (La Milla Verde) en este formato, más de una década después.

Tras leer y reseñar los anteriores, hoy os traigo la cuarta entrega de esta genial saga con la que las buenas palabras se me acaban de tanto alabarla. Titulada La Guerra, en ella una nueva era amanece para el clan Caskey: los años de implacabilidad de Elinor finalmente darán sus frutos; los enemigos de ayer están a punto de convertirse en los amigos de mañana; y los cambios surgen de donde nadie los espera. El conflicto en Europa ha traído sangre nueva a Perdido. Ahora los hombres van y vienen como marionetas en la propiedad de los Caskey porque cronológicamente nos situamos entre 1940 y el final de la Segunda Guerra Mundial. Fueron los años en los que el panorama económico y social cambió de manera drástica en USA, y estos personajes casi que no se dan cuenta que sus vidas penden de un hilo.

En esta parte, McDowell se vuelve a centrar en los personajes y en las dinámicas familiares y de poder tras el giro que dio la novela en la tercera entrega La Casa. El ritmo es más pausado que en las anteriores, y el giro final más previsible. Miriam y Frances, las dos hijas de Elinor toman un papel mucho más relevante. Me ha alegrado volver a saber de Grace y conocer algo más de Lucille. Y Óscar y James (muy envejecido), siguen teniendo un papel secundario supeditado al de las mujeres del clan. Y vamos a conocer algo más sobre la naturaleza de Elinor y Frances, cosa que mola.

La Guerra se centra principalmente en los miembros más jóvenes de Caskey y, en general, es menos fascinante que los otros libros, siendo sincero. Pero no está exento de intriga. Hay una escena “deliciosamente” espantosa, aprendemos un poco más sobre la misteriosa Elinor, y sucede el paso del tiempo necesario a medida que la epopeya se intensifica lentamente hacia lo que espero sea un clímax apoteósico e inolvidable. Todo lo que sé es, que  sigo obsesionado con esta saga, con estas lecturas en las que con cada libro me urge a pasar a la página siguiente. Libritos llevaderos, con portadas chulas que se ha marcado en nuestro país la editorial Blackie Books, una saga de terror, folk-horror, novela costumbrista del medio-oeste, una historia que en cuatro volúmenes que llevo funciona terriblemente bien.

Y ya queda menos para el desenlace.

Ya no hay vuelta atrás.

O quizás si.

Para releer toda la saga de nuevo.

Reseña: Blackwater III. La Casa, de Michael McDowell

La casa corresponde a la tercera parte de la saga Blackwater, uno de las sagas literarias más intensas que se pueden leer ahora mismo como novedad en librerías. Y… ¡Nos adentramos cada vez más en la madriguera del conejo! Los hilos argumentales anteriores se están alineando, las tensiones nunca han sido tan altas y hay escalofríos y sucesos extraños en todas partes. La intrigante preparación de La riada (https://www.cronicasliterarias.es/?p=15734) y El dique (https://www.cronicasliterarias.es/?p=15776), los dos libros anteriores, demuestran que vale la pena seguir en este thriller el cual difícilmente podrás parar de leer una vez que empiezas. Pues llegas a La casa en un momento en el que McDowell aprovecha al máximo el enconado del drama familiar y el inquietante entorno para atraparte y situarte como un espectador más dentro de la trama.

Seguimos en el pueblo de Perdido, Alabama, corre el año 1928-1929 en plena depresión económica pero esto será algo secundario comparado con los hechos que se van a relatar, y es que los problemas familiares de los Caskey cobrarán más relevancia que la propia crisis monetaria. Las distintas familias crecen a la par que los resentimientos…

He sentido esta tercera entrega algo más oscura y turbia, donde sigue prevaleciendo ese horror gótico que rodea a la verdadera cuestión de los hechos. La intriga de quién es quién realmente y qué se proponen. Esa lucha de poder entre las mujeres de cada clan que a cada capítulo va ganando en intensidad, dejándote con la boca abierta con unos cuantos giros imprevistos y momentos de mucha acción. Aunque reconozco que me sigue desesperando que las escenas de terror sean tan escasas y que se deje lo mejor para el final, tampoco me extraña que McDowell lo ideara así porque hablamos de una serie narrada en nada más y nada menos que seis entregas. Y no pueden ser escenas terroríficas todas las escenas, una tras otra, o cansaría. Pero teniendo en cuenta que aún me/nos quedan tres entregas más…, esto es pura adicción, un no parar, hay que disfrutarlo a tope. McDowell supo darle el final perfecto a cada novela para que quisieras ir a por el siguiente.

Me parece una lectura perfecta para los que no tenemos mucho tiempo para dedicarle a esta gran pasión que nos une como es leer. Pero para la cual hay que buscar/encontrar momentos donde casi no los hay. Leer y escribir son una pasión conjunta que nunca dejaré hasta que me vaya para los pinos, como dicen por aquí. Porque disfrutar de obras como la saga Blackwater hace que ames esto aún más. Son historias fluidas, cargadas de secretos y dramas familiares junto con elementos sobrenaturales que McDowell supo dosificar a la perfección, pasando de relatar momentos cotidianos del lugar, llegando a describir escenas escabrosas que son capaces de hacerte estremecer y dejarte con una sensación de desasosiego e intranquilidad tremendas. Y saber cuando te dará la siguiente bofetada.

La categoricé en su día de folk-horror y algunos me dijeron que no era completamente eso. Ahora la voy a describir como novela costumbrista de terror, a ver qué me dice la people… jajaj A lo que vamos es que si quieres conocer a esta poderosa familia en una historia llena de secretos, manipulaciones, mentiras, venganzas y todas las incógnitas que rodean a Elinor, McDowell es tu escritor y Blackwater es seguramente una lectura que no olvidarás jamás. Blackwater es mucho más que un drama gótico sureño, tenemos todos los ingredientes de una buena novela de terror: asesinatos, desapariciones, un gran caserón de la época en el que extraños sucesos ocurren al caer la noche, y por supuesto el río Perdido, cuyos efluvios siguen enturbiando al pueblo y a nosotros mismos. Además, no conozco lector aún, que no haya caído rendido ante las bonitas ediciones que Blackie Books ha editado en nuestro país. En librerías, en tus manos, son una gozada; llevaderos, económicos, de lectura fácil y la historia es tremendamente buena. Creo que poco más se puede pedir a un libro.

Y una de las mejores ambientaciones que he visto en años.

Reseña: Cuando el Viento Sopla, de Raymond Briggs

Un cómic que nunca pensaba que iba a leer, que nunca pensaba que iba a llegar a mis manos y que no esperaba ver entre las novedades de este país, es Cuando el viento sopla, de Raymond Briggs. En primer lugar porque no sabía que existía una historia en cómic de esta película que vi tan pequeño y con la que quedé impactado. Yo, y mucha gente como yo. ¡¡No sabía que procedía de un cómic!! Y tras obtener esta edición que Blackie Books acaba de recuperar para todos nosotros, disfruté, entre comillas, de esta historia de Raymond Briggs que demostró que sabía contar con ternura la vida de una pareja inglesa sencilla y sin incidentes, preocupándose más por su pequeña vida doméstica que por el mundo exterior.

Una pareja de personas mayores que se presenta en el cómic en una atmósfera mucho más ambigua. Para empezar, aunque se quieran tanto, estos dos son claramente más ingenuos, incluso dulcemente estúpidos; la mujer es una ama de casa que apenas ve más allá de las paredes de su hogar y la limpieza de sus cortinas. El hombre sólo conoce el mundo exterior leyendo los periódicos, escuchando la radio y charlando en el bar, cuyas informaciones sólo retiene de forma errónea. Y cuando se entera de que pronto puede estallar la Tercera Guerra Mundial…, seguirá las instrucciones de las autoridades para construir su refugio improvisado en el salón de su propia casa, bajo la mirada cautelosa de su esposa que toma esto como un capricho inmaduro de su marido y le sigue preocupando que vaya a ensuciar las cortinas.

La primera parte de la historia juega con este contraste entre la aparente gravedad de la situación y la forma completamente despreocupada e ingenua de prepararse para el tema de la pareja. Confiando ciegamente en los «poderes existentes» y pensando con cierta nostalgia en el sencillo y casi agradable momento de su vida bajo los bombardeos alemanes de la Segunda Guerra Mundial, nos brindan diálogos extravagantes y bastante divertidos dada la situación hasta tal punto.

Y luego llega la segunda parte, tras un hecho clave, y la cosa cambia…, como se espera. Esta parte es menos divertida y ciertos diálogos pueden llegar a dar miedo. Sobre todo, el humor que disipa y va dando paso a algo mucho más oscuro y al final el lector llegará a ese desastrosa sensación agridulce, la puta realidad donde no sabes si reír o llorar.

Tremendo cómic. Conmueve la ternura de esta pareja en una edad a la que todos llegaremos aunque esperemos que no, en la situación de ellos. Pero quién sabe. Un álbum que terminé y no quise hacer la reseña hasta pasados unos días porque no podía parar de pensar en el horror real que había leído. Quería explicarlo concretamente bien y a estas alturas de la reseña aún no sé si lo he hecho.

Reseña: Blackwater II. El Dique, de Michael McDowell

El dique continúa el gran misterio que ofrece la saga Blackwater que por fin ha recalado en nuestro país gracias a Blackie Books que está trayendo estas maravillosas y llevaderas ediciones las cuales ya he visto disfrutar a la people en toda clase de lugares. Y a mí me sigue cautivando y obsesionando. Esta familia…, o familias, saber de ellas, es un gran viaje que inquieta aún más cuando llega al pueblo (o lo que queda de él) esa misteriosa mujer encontrada que, sin duda, es el catalizador perfecto para un desastre épico. O eso parece. Porque todos son misterios sobre ella…

Este segundo volumen, El dique, lo devoré. Todavía hay muy poco horror en la trama pero atrapa y sabes que “lo peor” está por venir. La historia gradualmente se vuelve más interesante con cada página. Cada vez más, me intriga Elinor, uno de los personajes clave que a veces disfruta permaneciendo en las sombras. Quién sabe. lo que nos depararán los próximos capítulos de la historia…, los próximos volúmenes, pero como se dice en esta segunda novela:

«Es mejor no bucear en la confluencia de los dos ríos pues,

las aguas nunca han devuelto los cuerpos de aquellos que han atrapado».

Se me vino a la mente categorizar Blackwater como telenovela gótica sureña. El mejor terror que proponían algunas series de TV de los 80 se puede sentir aquí. Y es eso concretamente. Aquí se decide construir un dique. Un familiar lejano llega para consternación de todos los miembros de la familia. Esa tampoco fue la única incorporación a la familia Caskey. El misterio central continúa en esta entrada y se vuelve aún más profundo a medida que este libro llega a su fin con algunas notas muy gráficas. Se llega a decir:

«Cuando muera, haya o no un dique, esta ciudad y todos sus habitantes

serán borrados de la faz de la tierra…»

Y eso recuerda al mejor Stephen King en su novela Apocalipsis o en su guion para televisión La tormenta del siglo. Se nota que bebió bastante de aquí. Porque Blackwater fue publicada originalmente en la década de 1980 como seis novelas por entregas y se publicó más tarde como una colección completa. Me dijo una amiga que pensaba pillarlas y disfrutar a una por mes. Sinceramente, no sé como podrá aguantar. Porque yo, una tras otra. Una tras otra. No puedo parar. Y eso que la atención de El dique no se centra en los aspectos sobrenaturales, sino en la dinámica en juego entre los habitantes de Perdido y los primeros auxilios, principalmente la propia familia Caskey. Elinor ha empezado a imponerse y es, sin duda, una experta en conseguir lo que quiere de Óscar, aunque no lo consigue todo a su manera debido a la extraña aparecida. El hecho de que Elinor no parezca tener ningún historial o documentación que respalde su identidad no parece importarle a Óscar. Pero a mí sí. Y a muchos de ellos. ¿Quién demonios es esta chica?

Mola mogollón. No me sorprenderá si esta serie termina convirtiéndose en una de mis lecturas favoritas de todos los tiempos.

Reseña: Blackwater I. La Riada, de Michael McDowell

Fui uno de esos que llegó a Michael McDowell por las recomendaciones que hizo Stephen King. El de Maine describió a McDowell como el mejor escritor de originales de literatura popular de USA. De hecho, a su mujer Tabitha King, se le pidió que completara la novela inacabada de McDowell, Candles Burning, que se publicó en 2006 con buenas críticas. Pero en cuanto a su carrera, McDowell nunca intentó ser algo fuera de lo común. Atestiguó que era solamente un escritor comercial e incluso estaba orgulloso de ello. Escribir era un trabajo para él. Lo dice en su libro Faces of Fear: «Escribo cosas para ponerlas en librerías el próximo mes. Creo que es un error intentar escribir para ciertas edades.» Un tío tan sincero como diferente. Y uno que anda por aquí y que ama el género de terror por encima de todas las cosas, tiene en su más alto podio su novela Los Elementales (que rezo porque Blackie Books la rescate). Y es que nunca tuve oportunidad de leer su saga Blackwater pese a que me atraía mogollón toda la trama que había detrás y la forma en que se decidió publicarla (inspiración para La Milla Verde, de Stephen King). Sin embargo, como soy de esos que piensan que las cosas ocurren por una razón, el destino hizo que tuviera la oportunidad de empezar a leerla AHORA en las bonitas ediciones llevaderas y económicas (ideales para clubes de lectura), las mismas que ha colocado en librerías Blackie Books en nuestro país con portadas maravillosas que están haciendo estragos en internet.

Hoy os traigo para reseña el primer volumen, La Riada, pero que sepáis que pienso hacer lo mismo con los seis tomitos que comprenden la saga. Porque pocas atmósferas se pueden crear tan adictivas como la que vais a encontrar aquí. Desde la primera página. Y no sé porqué se le está llamando de todo, ahora tan de moda en su nueva publicación en toda Europa, menos lo que es. Friends, esto es puro folk-horror. Un retrato realista con toques sobrenaturales, sí, pero un pueblo con problemas que ha sufrido una catástrofe donde cuyos habitantes empiezan a desvelar poco a poco (como bien sabe hacer Mc Dowell) su lado más oscuro. Una crónica de una familia sureña atraída por lo sobrenatural. Porque en este primer volumen las oscuras aguas del río Blackwater han inundado Perdido, un pequeño pueblo al sur de Alabama donde los Caskey, un gran clan de ricos terratenientes, intentan hacer frente a los daños causados por la riada. Y comenzando con el rescate de una mujer misteriosa encontrada en un hotel parcialmente inundado y terminando con otra inundación en la misma ciudad, aquí hay una simetría que no se encuentra a menudo en el terror. Y quizás sea porque Blackwater no es realmente una novela de fantasía oscura. Lo describiría más como una telenovela o saga familiar del gótico sureño, con elementos sobrenaturales y terroríficos. ¡Lo que viene a ser folk-horror! ¿Recordáis la primera temporada de True Detective? Pues de ese palo aunque bastantes años antes.

Una de las cosas que adoro de McDowell, y hay muchas de ellas aquí, es cómo trata los horribles eventos sobrenaturales como si no fueran gran cosa. De alguna manera, esto hace que el evento sea aún más horrible, si eso tiene algún sentido. Además de que McDowell escribe sobre dinámicas familiares como nadie, este libro lo demuestra al igual que lo hizo en Los Elementales. Escribe muy bien sobre gente que está en la cima, cae, y viceversa. Y suele repetir con familias de hombres ricos pero con mujeres dominantes detrás. Y con nativos-criados alrededor que tienen una potente personalidad. Pudo ser lo que él mismo vivió en la misma Alabama.

En un porcentaje muy alto, Blackwater no se parecerá a nada que hayas leído o que leerás en mucho tiempo. Aunque está categorizado como gótico sureño y archivado en la sección de terror en USA (cuando no está agotado), desafía el género en casi todos los sentidos. Una epopeya impulsada por personajes que abarcan varias generaciones, haceros una idea de estar leyendo a Harper Lee o William Faulkner cuando de pronto la historia nos recuerda al mejor Stephen King. ¡Estamos enganchadísimos!

McDowell fue un creador de los buenos, además de escribir varios libros proporcionó al cine guiones como el de Beetlejuice y Pesadilla antes de Navidad para Tim Burton.

Arrea.

Reseña: Los Secretos de Heap House, de Edward Carey

Parece que siempre digo lo mismo pero creo que una de mis mejores virtudes es la de saber elegir. Normalmente, me informo, investigo, voy sobre seguro, aunque obviamente el porcentaje de fallo siempre existe. Lo digo bastante a los que me quieren oír. La seguridad al cien por cien no existe. No obstante, la virtud de saber elegir. Entonces… ¿cómo puedo siquiera empezar a hablar de este libro excepcional y sorprendente sin decir que es lo más original y diferente que he leído en mucho tiempo? Podría mostrarles las notas que tomé mientras leía: comienzan con viñetas, claras y ordenadas, personajes fantásticos, perspectivas fascinantes… y autor enamorado de las comas, en cierto modo. Me parece agradable tomar notas, si puedo. Aunque después la mayoría no las traslade a las reseñas, al menos, no con las mismas palabras. Pero con este título, a medida que seguía leyendo, las notas cambiaron. Se llenaron de signos de exclamación, interrogación, acrónimos que ni yo mismo entiendo ahora. El tema era: “no sé realmente qué anotar». Mis notas se quedaron en el camino porque la trama adquiere una velocidad aterradora que tienes que elegir entre disfrutar y no perder detalle o escribir.

Año 1875. Clodius Iremonger es miembro de una familia extraña con un linaje muy extraño, que ocupa un distrito de Londres llamado Forlichingham (o Filching) donde administran cúmulos. Los cúmulos son montones de basura y restos que se han ido acumulando durante décadas, hasta el punto de que han desarrollado su propio clima y una geografía bastante voluble. La familia Iremonger ha evolucionado junto a estos grupos en una relación simbiótica que, a lo largo del libro, va de pintoresca y caprichosa a desgarradora y sombría: cada Iremonger recibe al nacer un objeto que llega a representarlos, y del cual es ES PELIGROSO SEPARARSE. En contraste, está Lucy Pennant, una huérfana de dieciséis años que no tiene muchas ganas de «casarse con un cúmulo», como ocurre con la suerte de los niños desafortunados que alcanzan la mayoría de edad. El abuelo de Clod, Umbitt Iremonger, el patriarca de la familia, acaba de sacarla de la oscuridad y la sumerge en una oscuridad más profunda como sirvienta en Heap House, la mansión de los Iremonger. Una vez allí, los sirvientes dan sus nombres y se conocen entre sí mientras cumplen con sus deberes… Pero la llegada de Lucy Pennant, la nueva sirvienta de la mansión, lo cambiará todo. Porque en el horizonte de Heap House se adivina una gran tempestad. Y los secretos de la familia Iremonger están a punto de saltar por los aires.

Un libro oscuro con ideas muy originales. Un libro que invita o lleva a pensar en las películas de Tim Burton. Tiene esa ambientación de contrastes de casas de colores mezclados con una trama gótica que cambias de acera y de pronto todo lo que tenía color ahora es blanco y negro. Gótico moderno. Los secretos de Heap House alterna entre las narraciones de Clod y Lucy, interrumpidas ocasionalmente por documentos del interior de Heap House: un inventario de la cocina, una declaración post-mortem secreta… Esto me pareció maravilloso. Pero la mayor parte tiene que ver con la creciente conciencia de Clod y Lucy sobre el misterio que se esconde bajo la casa y el trasfondo oscuro que parece tener todo. ¿Por qué los objetos de nacimiento tienen nombres que sólo Clod puede oír? ¿Por qué esos nombres son diferentes a los de los Iremongers? ¿Y quién ha robado el pomo de latón de la puerta de tía Rosamud? No solo Tim Burton, al leer este genial libro publicado en nuestro país por la siempre magnífica editorial Blackie Books; recordé las obras de Edward Gorey, Lemony Snicket y Roald Dahl. Incluso ese toque aún más fantástico que tenía el film Dentro del Laberinto.

Es un mundo sucio con un brillo sepia, un mundo victoriano de desorden malicioso donde nos invitan a caminar por una línea acrobática entre el encanto y las sorprendentemente viscerales ramas dañinas del capitalismo tardío, que me hicieron querer levantarme y gritar mi verdadera vocación. Para la que creo haber nacido pero de la que no puedo vivir en este país. Tenemos un libro inteligente, reflexivo y compasivo, inquebrantable en sus descripciones de crueldad casual y explotación sistemática. Y lo que es mejor, magníficamente escrito. Mi única pega es que estamos ante la primera parte de una trilogía y no soy muy fan de los libros que no se han sabido cerrar en un solo volumen. Además, es algo que pasé por alto mientras me lanzaba precipitadamente hacia un final que parecía prometer cierre y perfección sólo para hacer algo completamente distinto. Sin embargo, una vez me recuperé, decidí que hay que seguir leyendo cuando toque. Esto pinta a tesoro absoluto.

Reseña: Las Sirenas de Titán, de Kurt Vonnegut

Uno de los poderes o dones de Kurt Vonnegut es que sus novelas siguen siendo súper entretenidas, súper interesantes, a pesar de los años. Blackie Books debe saberlo, y cada no mucho, nos publican una joyita de este genial autor, esa misma editorial que tiene, sin duda, las portadas más atractivas que uno puede encontrar en una librería de este país a día de hoy. Aparte de contener ese olor a libro nuevo al que uno le gusta esnifar…

Las sirenas de Titán (1959) fue una de las novelas elegidas como mejor lectura vintage en el último certamen literario de literatura fantástica en el que participé. Yo no la leí entonces, pero sí que la devoré en mis primeros años de instituto en los que tanta CF clásica tragué. Es una novela, una historia, que viene a mi mente cada poco, eso también es cierto, y merecía una revisitación (Blackie Books quizás también sabe leer mi mente). Os digo de que va: Cuando Winston Niles Rumfoord vuela en su nave espacial hacia un infundíbulo cronosinclástico, se convierte en energía pura y solo se materializa cuando sus formas de onda interceptan la Tierra o algún otro planeta. Como resultado, solo regresa a su casa en Newport, Rhode Island, una vez cada cincuenta y nueve días, y solo durante una hora. Pero al menos, como consuelo, ahora sabe todo lo que ha sucedido y lo que sucederá…

El libro de Vonnegut no solo menciona la pregunta de cuál es el sentido de la vida, también responde a dicha cuestión. Por lo general, no prefiero narrar el argumento o sinopsis de una novela tal como se publicita, prefiero reescribirla o difundirla a lo largo de la reseña según me apetezca. Este libro no trata en absoluto de Winston Niles Rumfoord, o al menos no exclusivamente. Va mucho más allá. Y si me hubiesen dejado hacer entonces una redacción o un Comentario de Texto sobre este libro -cosa que propuse a la profesora de Literatura de la extinta B.U.P. allá por 1994-, quizás hubiese podido contar que nuestra verdadera estrella del espectáculo es el encantador pero deplorable Malachi Constant, heredero de una gran fortuna y llamado a ser testigo de una de las materializaciones de Winston. Porque Malachi recibe algunas predicciones sorprendentes sobre su propio futuro altamente improbable, tras lo cual rápidamente intenta desesperadamente dejar atrás su propio destino, con resultados divertidos y depravados. ¿Y qué ocurre? Por supuesto, no hay destino del que uno pueda escapar. Es mentira todo eso que dicen que tu te buscas tu propio destino. Es simple. Está escrito (y en negrita) que TÚ ibas a terminar donde has terminado. En Las sirenas de Titán, el destino es lo que es, y Malachi se ve arrastrado por las predicciones inquietantemente precisas de Rumfoord.

En el camino, Vonnegut se toma el tiempo para explorar temas que se repetirían a lo largo de su obra, como la inutilidad de la guerra y los peligros potenciales de la religión organizada, así como algunas de sus hipocresías innatas. El conocimiento de Rumfoord nos invita a plantearnos preguntas aún mayores, preguntas sobre el significado de la vida; no sólo la pregunta en sí, sino por qué es tan importante para nosotros saber la respuesta en primer lugar. Las cosas se vuelven sorprendentemente épicas para lo que en realidad es un libro bastante compacto y fácil de leer, que realiza un recorrido por la mitad del Sistema Solar y abarca décadas mientras aborda los importantes temas antes mencionados. Es una prueba de la habilidad de Vonnegut el hecho de que sea capaz de acumular tanto y provocar tales cuestionamientos filosóficos sin que las cosas se prolonguen o dejen de entretener. Incluso en las situaciones más sombrías, logrará provocar una sonrisa en el lector, ya sea una sonrisa de «ya veo lo que hiciste allí» o una sonrisa que acompaña a una carcajada total.

Aún tan entretenida como cuando se publicó hace más de cinco décadas, Las sirenas de Titán es puro placer lector. Nunca es duro ni sermonea, ofrece momentos de melancolía en igual medida, y es otro ejemplo más de lo maravilloso que fue este escritor.

Reseña: La Reveladora, de Daryl Gregory

Lo que me escama y antes me dolía bastante más del mundo literario en este país, es que no se publicitaran apenas las obras de Terror como tales. Que se huya de tal palabra que define el género para -en teoría- vender títulos como algo que no son. No etiquetar, no clasificar… puede ser una estrategia de marketing buena, o no. Somos una tremenda legión en la sombra los que necesitamos leer obritas chulas de Terror y lo peor/mejor aún es que somos como los insectos: nos reproducimos con facilidad. Aunque también es cierto que hay muchos lectores en la sombra que parecen no estar orgullosos de ello. Esto es una de las razones por la Desde New York – Crónicas Literarias pese a los años. Nuestra labor es reivindicar obras como La Reveladora, novela que nadie debería pasar por alto.

Del aclamado autor de Spoonbenders y Pandemonium y gracias a Blackie Books, llega a nuestro país la historia de una misteriosa familia religiosa cuya mal es una hija que le da la espalda a su dios. Nos vamos a 1933, Stella, de nueve años, queda al cuidado de su abuela, Motty, en los bosques de Tennessee. Estas colinas remotas de “montañas humeantes” son el hogar de peligrosos secretos donde al poco de su llegada, Stella, se adentra en una caverna oscura y se topa con una entidad desconocida… Pero años más tarde, después de un trágico incidente que la obligó a huir, Stella, ahora es una chica de armas de tomar. Una contrabandista profesional que destila whisky junto al único hombre negro del pueblo. Eso le ha enseñado a mantenerse oculta. Su familia lleva años sin saber de ella. Pero la muerte de su abuela la obliga a volver al hogar que tanto horror le provocó de niña. Regresa para el funeral de Motty y para ver quién es esa misteriosa niña de diez años llamada Sunny que Motty adoptó. Una pequeña que se le parece mucho, por supuesto. Pero que esconde algo y es más poderosa de lo que Stella puede imaginar. Poseedora de un vínculo directo que Stella creía haber enterrado.

La Reveladora es un cuento gótico sureño que absorbe con un misterio sin desvelar que te lleva con ansia a querer saber el final. Es una obra que mezcla el género noir y el fantástico de un modo extraño. Ambientada en las décadas de 1930 y 1940, la maravilla y la belleza de Cades Cove y sus primeros pobladores cobran vida. Este ambiente es aislado, la fe se mezcla con el miedo mientras navegamos entre secretos familiares y fanatismo religioso, quedando claro que Stella es nuestra reveladora y su trabajo es comunicarse con ese espectro que una vez se le apareció en Los Apalaches. Hoy en día, sigue sin saber explicarlo, no sabe lo que es, ni realmente quiere saberlo. Y teme que su familia, en su celo ciego por complacer a su dios, se ponga en peligro por ello.

Sinceramente, La Reveladora no fue tan aterradora para mí como pensé que sería. Pero tiene ese puntito de tensión toda la trama que mola, sobre todo, cada encuentro con dicha entidad sobrenatural. Obviamente, dudo que cualquiera de ustedes quisiera encontrarse con tal criatura extraña ni si quiera a la luz del día, por lo que miedo da. Por otro lado, es lo de siempre. Este escribe quizás ya ha leído y visto demasiado Terror como para que le sorprendan algunas cosas. Pero La Reveladora cuenta con una tremenda ambientación. Un entorno claustrofóbico bien creado pese a que los lugares descritos son terriblemente «anchos». Aprecié también los aspectos históricos de Cades Cove y como Daryl Gregory analiza la política de género y, sobre todo, las “dinámicas de poder” de la Iglesia.

Insisto, absorbente es la palabra. Completamente absorbente, esta trama.

Reseña: Peyton Place, de Grace Metalious

Sexo, odio racial y de clase, incesto, aborto y corrupción.

Un cruce entre Twin Peaks y Melrose Place.

In your face! Unforgettable book!

Menuda presentación pese a hablar de una obra que tiene casi setenta años. Cuando se publicó Peyton Place, de Grace Metalious, en 1956, todos los críticos de su país coincidían en que el libro era escandaloso aunque difícil de resistirse a una lectura así. Y esto es otro modo de describir una obra por la que me fustigo una y otra vez al pensar, cómo diablos me ha pasado desapercibida tantos años. Aunque su nombre creo recordarlo difuso en algunas menciones literarias en debates, si bien nadie afirmó nunca que este libro fuera una obra indispensable de la literatura, podría decir que le hizo más mal que bien al libro que la imaginación del público se viera rápidamente trasladada a la gran pantalla.

El término “Peyton Place” se ha convertido en sinónimo de lugares y situaciones plagadas de escándalo. De hecho, el libro fue vilipendiado en algunos sectores, pero eso no impidió que mis antepasados estadounidenses lo compraran en masa. Peyton Place está ambientado en un pequeño pueblo de Nueva Inglaterra donde todos conocen los asuntos de todos. Los habitantes de Peyton Place parecen tener mucho más sexo que la mayoría de pueblos reales así como de lo que podemos encontrar en otras novelas de los años 50 del siglo XX. Más, desde luego, que el que tenía los aburridos centros de la época y de lo que estaban dispuestos a tolerar. La novela, de hecho, estuvo prohibida en algunos estados norteamericanos durante algunos años. Pero los censores llegaron demasiado tarde. Peyton Place ya era un éxito de ventas en septiembre de 1956 y lo seguiría siendo hasta bien entrado 1957. Vendió más de 100.000 copias en su primer mes, en comparación con la primera novela promedio que vendió 3.000 copias, con suerte, y en toda su vida. Por lo que Peyton Place finalmente vendió más de doce millones de copias, pero incluso con este dato, es más recordada por sus adaptaciones cinematográficas y televisivas.

Constance McKenzie con su hija ilegítima Allison; Kenny que se bebe a su esposa Ginny, que también corre con otros hombres; Lucas, que abusa con violencia de su hijastra adolescente Selena; Rodney, cuyo padre compra a Betty; el hombre que hace que su chica se case con el médico rico y moribundo para que ella lo haga rico; el hombre que le da un puñetazo en los dientes a la mujer que ama antes de hacer el amor… estos son los personajes de esta curiosa primera novela de una autora que dio mucho de que hablar a mediados del pasado siglo. Grace Metalious (1924-1964) fue autora de una de las obras más vendidas de la historia editorial. Peyton Place es el libro que ha permanecido en la lista de libros más vendidos del New York Times durante más tiempo.

Como os decía, Hollywood no perdió tiempo en sacar provecho del éxito del libro: un año después de su publicación, la película Peyton Place fue un gran éxito de taquilla. Además, se estrenó una serie de televisión en horario de máxima audiencia que comenzó a transmitirse el otoño posterior a la muerte de Metalious. También fue un éxito de audiencia. Hubo más novelas. Pero las otras, aunque se vendieron bien, ninguna tuvo tanto éxito como la primera (A Return to Peyton Place (1959), The Tight White Collar (1961) y No Adam in Eden (1963)). Metalious murió con treinta y nueve años por la masiva ingesta de alcohol. Y horas antes de su muerte, fue convencida por su último amante, John Rees, de firmar un testamento dejándole todo su patrimonio, con el entendimiento de que cuidaría de sus hijos. Su familia años después pudo invalidar el testamento, pero fue de poca utilidad, ya que su patrimonio era insolvente por años de vida lujosa, generosidad con «los amigos» y malversación de fondos por parte de sus anteriores agentes. Al momento de su muerte, tenía cuentas bancarias por un total de cuarenta mil dólares y deudas por más de doscientos mil. Como podéis ver, ella misma fue víctima de su obra.

Suicidio, violación, aborto, asesinato, estafas, traición, lujuria; una avalancha de males del ser humano que se muestran subjetivamente en Peyton Place.

Obraza rescatada en una genial edición por Blackie Books.

Reseña: Cuna de Gato, de Kurt Vonnegut

En tiempos apocalípticos a uno/a le pide el cuerpo lecturas apocalípticas. Eso es así. No hay otra. Así que permítanme comenzar diciendo que sí, realmente estoy escribiendo una reseña Cuna de Gato, una genial obra que llevábamos bastante tiempo esperando su reedición. Y realmente no me importa cuántos ojos se hayan posado en este libro, cuántos estudiantes de secundaria o graduados lo hayan leído, criticado o lo que sea. Solo quiero dar mi opinión al respecto. Creo que esa es una de las cosas hermosas de leer tanto. Las voces ingenuas del futuro (como yo) siempre tendrán la oportunidad de dar su opinión sobre cómo son realmente las cosas, qué significa este libro para mí en el mundo de hoy y tal y tal, como diría aquel. A veces estas frases se repiten tanto que me canso de escucharlas e incluso este sentimiento es agotador. Y comentarlo es agotador y escribir reseñas diariamente es agotador, y eso es toda la vida. Pero también es algo que he llegado a amar y… bueno, me siento bien haciendo lo que hago y también siento que estas divagaciones resuenan con el estilo y la visión del mundo de Vonnegut. Algo se me ha debido pegar del maestro en cuyos escritos estoy empezando a ahondar gracias a Blackie Books, una editorial que me tiene enamorado tanto por el rescate de la bibliografía del ya desaparecido autor de Indianápolis; como de sus ediciones ligeras, llevaderas pero en tapa dura y muchas ilustradas con lo que se convierten en únicas. Y es que raro es el título que no me atrae de su catálogo.

Pero Kurt Vonnegut…, no es que lo diga yo, es que es raro el reseñador que no te súper recomienda casi cualquiera de sus libros. Pero ahora entonces… ¿Ves el gato? ¿Ves la cuna? Si aún no está claro, soy bastante cínico con este libro. Me gusta la premisa y estoy de acuerdo con el mensaje. De alguna manera todos sabemos que la guerra es mala, que no necesitamos bombas atómicas y que cuestionar el valor de las instituciones en nuestras vidas es algo que se hace. Puede ser que haya gente por ahí que todavía no se sienta así, pero no me he encontrado con ellos desde que el mundo era joven. Todos son cínicos e irónicos en estos días y Twitter es su ventana al mundo… ¿Qué? No, no va de eso. O sí, como algo premonitorio. Diría que Cuna de Gato debe haber tenido mucho peso en el año en que se escribió (1963) pero es un fiel reflejo de lo que este mundo ahora.

En aquellos años, el esfuerzo por la guerra y la atmósfera cultural, en general, hicieron que muchas personas sintieran una adhesión intensa e incondicional por el americanismo. Era la única salvación. Sé cómo se sienten los protagonistas de esta novela porque yo estuve allí como ser pequeñito que miraba a un lado y a otro por el miedo nuclear impostado al que nos sometieron también en los 80. Y ahora, en 2022, otra vez lo mismo. El humano haciendo el gilipollas. Crecí en la era del relativismo y las sensibilidades urbanas que, para bien o para mal, informan a mi visión del mundo de: No hay nada a lo que aferrarse. Pero ya está bien, que parece que estoy haciendo una reseña de mi persona. Aunque os aseguro que, en realidad, estoy hablando bastante de lo que en Cuna de Gato se cuenta. En fin. Comenzamos con el narrador John, describiendo un libro que planea escribir sobre el inventor de la bomba atómica, un personaje llamado Felix Hoenikker. Entonces John decide hablar con personas que conocieron personalmente al Dr. Hoenikker para tener una idea de cómo era. Esto lo lleva a una serie de interacciones con los hijos de Hoenikker y otros, lo que a su vez lo aleja de su libro y lo lleva a un verdadero apocalípsis no solo personal sino a miedo genérico porque su mundo, el mundo nuestro, se va a ir en breve a la mierda…

No contar mucho más de esta novela, es bien. En este libro, Vonnegut parece estar usando una trama muy básica solo como gancho en el que colgar una serie de temas. Habla de la estupidez de las personas, la falsedad de la religión (y todo lo demás), la inevitabilidad de la autodestrucción y la falta de libre albedrío. La Guerra Fría todavía estaba en marcha cuando se publicó Cuna de Gato y los temores de la destrucción nuclear mundial se vislumbraban en el horizonte. Cómo estamos ahora con el Putin y el norcoreano de los cojones, ¿no?

La estupidez humana.

El título del libro proviene de una historia que cuenta un personaje sobre su padre, quien le mostraba un juego infantil llamado “cuna de gato”, y cuyo personaje encontraba ridículo porque el patrón de cuerdas ni se parecía a un gato y mucho menos se asemejaba a una cuna. Ni maldito gato, ni maldita cuna. Un símbolo de la falsedad de todo.

Y ahora ahí va una contradicción: Vonnegut no es para todo el mundo. Sospecho que muchos lo encontrarían demasiado cínico para disfrutarlo de verdad. Su visión del mundo siempre me ha parecido sin ilusión, aunque a veces carente de alegría o esperanza. Dicho esto, sus libros son tan interesantes y estimulantes que ponen el vello de punta. Gran parte del comentario de Vonnegut sobre la insensatez humana proviene de los personajes que inventa. Pero estoy de acuerdo con él en lo que importa: el problema de este mundo es, demasiadas personas en puestos altos que están muertas por dentro. No ni na.