Reseña: Razorblades. El Libro del Horror, de James Tynion IV, Steve Foxe y VVAA

Un antología de cómics de Terror que le da la oportunidad de contar “lo que le pasa por dentro” a autores que tienen mucho que decir. Eso es Razorblades, el volumen que llega a novedades para este mes donde el miedo se convierte en diversión por excelencia para todo el mundo.

Ojito a Moztros que se está convirtiendo en una editorial con títulos cada vez más potentes, muchos indispensables que quizás de otra forma, jamás veríamos traducidos a nuestro idioma. Cómics geniales muchos, fuera de las dos grandes casas norteamericanas, cómics a destacar como la serie Giant Days, Slam! pero también inesperados como el volumen que acaba de publicar de Frankenstein (https://fandogamia.com/moztros/660-frankenstein.html) de unos buenísimos autores italianos. Y, por supuesto, Razorblades; antología de relatos de terror, tomo llevadero, novedad… lo tiene todo para que los disfrutemos por estos lares. Y más aun en el mes que tenemos por delante donde tanto se brinda por el miedo.

Razorblades es uno de los proyectos más ambiciosos de James Tynion IV (Justice League Dark, Red Hood, The Nice House, cantidad de títulos de Batman…), lo que se llamó originalmente Razorblades: The Horror Magazine y que formó un omnibus que por aquí llegarán en varios volúmenes, todo, una ideíta de este señor ganador de varios premios Eisner. Razorblades es una antología de terror, una serie que se lanzó originalmente como un cómic en digital donde participaban los autores más en boga en el mundo del cómic de terror, pero no solo eso. También dio margen a aspirantes a guionistas y dibujantes y brindó la oportunidad de contar sus horribles historias, así como de dar a conocer sus nombres para darse a conocer en la industria. Incluso el propio Tynion IV también contribuye con sus propias historias. Aunque se percibe que hay que mantener el foco en los nuevos talentos y “paga lo que puedas por este cómic” fue lo que llevó a Razorblades a tener gran repercusión y convertirse en gran éxito al otro lado del charco. Luego, Tynion IV se asoció con Image Comics para publicarlo en papel.

La primera historia se llama La lavadora, de Tynion con arte de Andy Belanger. La historia gira en torno a una idea muy inteligente, una que puedes imaginar que se le ocurrió a Tynion mientras esperaba que lavaran su ropa en la lavandería.

Héroes locales es el tipo de historia que provocará escalofríos a cualquier padre. El bajón de mitad de temporada, en tan solo siete páginas, encaja bien con la obsesión de la sociedad por los espectáculos sobrenaturales y las personas que nunca creerán en los fantasmas y la magia. Hasta que les toca el tema en primera persona. Extracto de “Relatos dormidos” es donde Michael Walsh saca un cómic corto que es materia de pesadillas. Las imágenes, el juego con la oscuridad y el concepto son identificables si alguna vez te has despertado de un sueño y no estás muy seguro de estar realmente despierto. Muerto significa muerto, es una delicia de historia espeluznante; la señora que iba a mi lado en el metro mientras la leía murmuró: «Qué bonito y qué asqueroso, ¿no?».

¡Lo consiguió! es una historia donde Lonnie Nadler y Jenna Cha nos narran una trama sobre la vida doméstica que me puso la piel de gallina. Y otra pin-up interesante es El rey de las fiebres, que recuerda bastante a la peli The Cell. De los tres que siguen no contaré nada de nada para no spoilear. Aunque el tomo también aporta un avance de una historia de James Tynion IV y Ricardo López Ortiz (con Otsmane-Elhaou) y luego una entrevista con Scott Snyder realizada por el propio antologista.

Siempre he sido un fan-terrible de las antologías de horror. Las portadas norteamericanas siguen despertando en mí, inspiración como para ponerme a escribir. Leer relatos tiene la ventaja de si, una historia no te gusta, la terminas aun así y al poco te pones con otra cosa totalmente diferente. De una sentada, tu eliges cuanto lees. Lo malo-bueno es cuando encuentras una antología que todos los relatos te molan. Entonces, ¿la guardas como oro en paño como yo?