Reseña: Batman. El Impostor, de Mattson Tomlim, Andrea Sorrentino y Jordie Bellaire

En una semana con más tiempo o vacaciones, ¿a quién no le va a apetecer cogerse uno de estos tomitos tan chulos del orejas picudas que publica ECC Ediciones en nuestro país y que recopila un arco argumental completo. Aventura que disfrutar y quien sabe si comentar con alguien algún dia en mesa de debate. Para los que os guste de algún modo saber a lo que váis y no gastar pasta por gastar (que no está la cosa para tirar cohetes), con esta reseña me dirijo a vosotros para reseñaros Batman: El Impostor, donde el director y guionista cinematográfico Mattson Tomlin, artífice de Proyecto Power y Pequeño Pez, se une al siempre magnifico Andrea Sorrentino, dibujante galardonado con un Eisner cuyos puntos fuertes son el suspense y el terror —como demostró en Joker: Sonrisa Asesina o en la genial Gideon Falls. Un tomito que recopila íntegramente la serie limitada Batman: The Imposter, compuesta por tres entregas en su edición original.

Y es que…, por fin encontré a Andrea Sorrentino (uno de mis ilustradores favoritos) dibujando un cómic de Batman. Como comentaba antes, por supuesto, lo podemos ver en Joker: Sonrisa Asesina (https://www.cronicasliterarias.es/?p=5874) y en Batman: Asesino de Sonrisas (https://www.ecccomics.com/comic/batman-asesino-de-sonrisas-8695.aspx) antes de esto, pero el primero apenas tenía Batman para degustar y el segundo es solo un one-shot, no una miniserie como me gusta disfrutar a mí al estilo de El Impostor. Además, el color corre a cargo del único e inigualable Jordie Bellaire, quien resulta ser mi colorista favorito desde ya. El único desconocido para mí era el guionista y escritor, Mattson Tomlin y entonces, ¿este cómic esta a la altura de las expectativas? Echemos un vistazo.

Adelantar que es un cómic, una historia, visualmente maravillosa. Por ejemplo, hay una increíble extensión de dos páginas donde vemos una interpretación monstruosa central con un mitad hombre, mitad murciélago (no se preocupen, es solo una representación simbólica del personaje), con partes de la capa de un monstruoso Batman que se extiende por las páginas funcionando como bordes de viñeta. Eso ya es espectacular. Pero os diré que el cómic está ambientado en esa época en la que la gente todavía se pregunta si el Caballero Oscuro es siquiera un hombre… Y bueno, como suele pasar, estamos ante un cómic muy oscuro estéticamente con las tintas de Sorrentino pesadas en sombras y los colores de Bellaire mezclándose perfectamente con ellas. Realmente marcando el tono de cada escena. Tintas y colores intencionados para que la historia parezca una pesadilla.

En Batman: El Impostor también se disfruta mucho de los diseños de los personajes: todos se ven completamente únicos y se aprecia mucho realismo en cada uno de ellos. Podrían ser personas que ves por la calle. Y brilla el arte secuencial y se nota que hay un director de cine detrás de esta trama. ¿Un ejemplo? Hay una gran secuencia en la que Batman (¡Montado en bicicleta!), persigue a un par de criminales. Batman pasa corriendo junto a los otros autos de la calle, alcanza a los criminales, lanza una granada en al coche y el auto choca contra otro. Cada momento sigue al anterior de manera lógica y como resultado la historia tiene acción casi en cada viñeta.

¿La trama? Primero se menciona que “la ira de Bruce ahuyentó a su tutor”. Supongo que por «tutor» se refieren a Alfred. Aunque me resistí a la idea de que Alfred dejara solo a Bruce para lidiar con el problema de la trama. A lo que vamos es, que estamos en una historia donde Bruce lleva poco tiempo siendo Batman. Por desgracia, ya se ha ganado enemigos tremendamente poderosos. Y la élite financiera tradicional de Gotham se muestra hostil ante lo imprevisible de ese tío con pijama negro que va por la ciudad impartiendo justicia. Por lo que se desarrolla un plan para neutralizar al justiciero. Y aparece un segundo Batman acechando en las azoteas y los callejones… que asesina criminales. ¿Limpiar su nombre? Eso como mínimo.