Reseña: Gauguin. El Otro Mundo, de Fabrizio Dori

También publica ECC Ediciones buen cómic europeo. No tanta BD como quisiéramos algunos pero sí que algunos títulos destacables a los que merece la pena echar un ojo. Todo depende de los gustos. Pero yo sí que me fijo en casi cualquier editorial que sea capaz de traer del otro lado de los Pirineos obritas que de otro modo jamás veríamos publicadas aquí. Y me interesan, por ejemplo, unos tipos de cómics en los que ciertos autores aprovechan casi como de una biografía se tratara, el hablar sobre cierto autor de renombre y algún momento de su vida en especial.

Los que alguna vez estudiamos Historia del Arte, sabemos de la pasión de Paul Gauguin (1848-1903) por Tahití y su entorno en los últimos años de su vida. Paul Gauguin fue un pintor francés impresionista que como es normal empezó a ser reconocido después de su fallecimiento. Se me quedó grabada una anécdota sobre él que mi profe me contó. La obra de Gauguin es reconocida a día de hoy gracias a los esfuerzos de un comerciante de arte que organizaba exhibiciones de sus lienzos por medio París. Y eso que muchas de ellas estaban en posesión de un coleccionista ruso que andaba enamorado también del estilo y no las soltaba fácilmente. Y es que Gauguin fue y sigue siendo uno de los máximos referentes del pos-impresionismo. Lo demuestra con su uso experimental del color y su estilo sintetista, elementos clave para encuadrarlo dentro de este movimiento pictórico. Un trabajo de enorme influencia para grandes maestros como Picasso o Henri Matisse.

Desde ya, advierto que este cómic lo disfruta, sobre todo, un amante de la Historia del Arte. Y más aún los que gustan de la pintura clásica de finales del XIX. Si no, el cómic se les pues volver algo tedioso al principio cuando atraviesa algunos flashbacks en el que participan un montón de «celebrities»: Mallarmé, Verlaine, etc., que se llaman entre sí por su apellido, y que ya supones que por eso debieron ser reconocidos en el entorno de la época. Pero sí que es cierto que todo lector puede orientarse bien con tanto realismo y un dibujo que necesariamente tiene los ingredientes para integrarse casi en los pensamientos del artista a tratar. Aunque el álbum despega totalmente y la historia se disfruta de todas-todas (y se vuelve más fluido) cuando Gauguin llega a la Polinesia.

¿Un símil para con su vida en realidad? Me aferré especialmente al aspecto gráfico desarrollado por Fabrizio Dori y como aporta ese toque casi simplista lo que no es otra cosa que un bonito homenaje a la obra del pintor. Juega con los colores, la luminosidad, una ingenuidad de las líneas acercándose al estilo de Gauguin… Y me encantaron los paisajes y los elementos más significativos de la mitología polinesia. Pues el francés, en los últimos años de su vida, fue tocado con la varita de lo exótico y Dori lo expone muy bien a la vez que cuenta su vida y obra. El estilo artístico colorido y fascinante de Gauguin es algo que encanta a los diseñadores de cómics de la BD.

Gauguin: El Otro Mundo no es una excepción a la regla. Con una gráfica muy inspirada en la del pintor, aborda la biografía del artista desde un ángulo bastante original y crepuscular. Os explico: el álbum comienza con unas veinte páginas que son similares a un breve resumen de la vida de Gauguin, una historia trepidante que parece abrumadora y casi frustrante. Pero atrapa. Porque al final de esta introducción llega la muerte del pintor. Y allí su alma se encuentra con el dios tahitiano de la muerte con quien caminará y al que contará su vida esta vez desde su punto de vista personal. Es así como con él, volveremos con más detalle a todos estos momentos que acabamos de vislumbrar brevemente y con el que nos pondremos del lado del estado de ánimo e imaginación del artista.

Gauguin: El Otro Mundo es una inmersión íntima en la vida del maestro francés. Un cómic interesante y bastante bien hecho, que mezcla escapadas imaginarias, fantasmas del pasado y las pasiones íntimas de Gauguin, junto al folclore mitológico polinesio. Todo retratado de una manera muy hermosa, mezclando estilos, pero la mayoría de las veces inspirado por los geniales colores por los que abogaba el pintor. Para amantes de este estilo gráfico.

Reseña: Aldebarán (Edición Deluxe), de Leo

Leer las obras de Leo es sinónimo de querer leer la mejor Ciencia Ficción hecha cómic en el país galo. Gracias a ECC Ediciones estamos viendo que sus obras están cruzando la extinta frontera para nuestro bien. Un autor que le gusta elucubrar o vaticinar sobre los terribles acontecimientos que nos vendrán algún día por evitar cuidar nuestro planeta como se merece. Disfruté bastante de su Mermaid Project (https://www.cronicasliterarias.es/?p=2870) allá por diciembre del año pasado y ahora toca volver aprovechando esta chula edición deluxe que publica ECC y que viene en tapa dura con ese protector-carcasa de plástico transparente que permite guardarlo en modo vertical y que, en mi opinión, todo volumen de este tamaño debería traer. Porque es maravilloso. Los Mundos de Aldebarán, Kenia, Tierras Lejanas o Centaurus son obras maravillosas de Leo y ahora tenéis una nueva oportunidad de haceros con estas joyitas del cómic europeo. Por que, sin duda, para ellos van dirigidos estos cómics, para el buen amante de la Ciencia Ficción, en especial, estos ciclos de Los Mundos de Albarán.

Una obra que dan ganas de volver a leer cada no mucho. Un universo creado por Leo que se relee y encanta. Pocas obras son capaces de eso. En tan solo dos o tres páginas ya vuelves a sentir que estás frente a una magnifica historia, la magia, la ambientación, vuelve a surtir efecto. La historia, el corte, el guión gráfico, el ritmo tan acertado que se crea automáticamente y que da paso a esa sinergia con el dibujo… Wow! Y sé que puede no parecer perfecto en cuanto a dibujo. A primera vista, echa algo para atrás. Estoy de acuerdo. Pero cuando te pones, de repente, te encanta. Se acaba amando esta obra, os lo digo muy en serio. Me recuerda en sensaciones a lo que me pasó en su día con el Bone, de Jeff Smith; aunque no tengan nada que ver una obra con la otra.

Aldebarán es el primero de los ciclos que recoge la obra Los Mundos de Aldebarán. Cinco tomos que comprenden la obra al completo (Aldebarán, Betelgeuse, Antares, Supervivientes y Retorno a Aldebarán). Donde el guionista y dibujante brasileño crea un magnífico universo por descubrir. Un inicio donde una especie de dictadura religiosa hace estragos en la colonia de Aldebarán. Planeta descubierto hace menos de un siglo y cuya tres cuartas partes del entorno aún es virgen. Y aunque Aldebarán lleva años esperando la llegada de nuevos terrícolas, siguen sin noticias del planeta madre. O bien ha ocurrido algo o quizás se hayan olvidado de ellos…

Kim y Marc son dos adolescentes que viven en Arena Blanca, un pequeño pueblo costero sin historia. Hasta el día en que Driss, un extranjero del norte, llega a advertir a los aldeanos de una inminente catástrofe debida a una misteriosa entidad procedente del mar. Pero muy pocos le hacen caso. Sin embargo, los únicos sobrevivientes al ataque serán Kim, su hermana y su padre, que han ido a ver a la familia fuera del pueblo, y Marc con un periodista que intenta comunicarse con Driss. Un grupo de personas que comienza un viaje iniciático a Anatolia, la capital. Una aventura donde Kim y Marc descubrirán los misterios que oculta dicho planeta. Con una extraña chica que parece estrechamente vinculada al misterio de ese ser monstruoso que mató a todas los habitantes de su pueblo.

Cuando descubrí esta serie por primera vez, la historia me cautivó de inmediato. Posteriormente, con cada re-lectura encontré el mismo placer y las mismas ganas de seguir a los personajes en todo lo que iba aconteciendo. Leo nos lleva a un universo desconocido, a un planeta colonizado por el hombre y por animales extraños (en particular, lo que habita en el mar). Ocurrirán sucesos extraños que cambiarán radicalmente las tranquilas vidas de Marc y Kim. Luego, sabremos más del planeta Aldebarán. Una historia bastante bien escrita que crea incertidumbre, suspense y de la que constantemente quieres saber más. Se hace difícil no querer/poder saltar al siguiente volumen tras terminar. Pues Leo es un verdadero guionista de cómics. Un gran narrador, capaz de lograr una perfecta armonía entre narrativa/guión y gráfico/dibujo. Sus historias son una inteligente mezcla de aventuras, exotismo alienígena, pura ciencia ficción.

Una obra de la que quedaréis prendados.

Reseña: He-Man y los Masters del Universo. La Colección de MiniCómics Completa, de VVAA

A quién no le gusta el apelo a la nostalgia tan potente que ahora estamos viviendo. Es en todos y cada uno de los medios que más consumimos los frikis donde estamos viendo esto de primera mano. Cine, cómics, argumentos de ciertos libros, argumentos de ciertas series de TV, canciones que tienen ese estilo musical ochentero y que llegan a Número Uno, incluso en la moda… El apelo a los 80. La mejor década en cuanto inventiva y nacimiento de entrenimiento a raudales que hemos vivido muchos de los que estamos por aquí. Como decían en Alta Fidelidad, aquella molona película de John Cusack: ¡Libros, discos, pelis, eso es lo que importa! Pero a eso sumadle más divertimentos chulos que han sobrevivido casi cincuenta años después, entretenimientos, para muchos una forma de evasión o de vida (incluso de trabajo) como juegos de rol, juegos de mesa, videojuegos…, apelar a los 80 siempre es bien. Y uno de los buenos motivos para hablar de esto es porque gracias a este “regreso” se publican o salen a la venta chuladas en formatos integrales de obras que ya se consideran mito de aquella década. Hoy os hago referencia a este gran integralazo de He-Man y los Masters del Universo. Sé que me repito pero: ¿quién demonios nos iba a decir que podríamos encontrar una maravilla tan potentemente nostálgica entre las novedades comiqueras de 2021? Encontrar una obra así, remasterizada y entre las novedades de nuestras librerías especializadas, no es otra cosa que un sueño hecho realidad. Sinceramente.

Está bien, un poco de divulgación completa, antes de comenzar esta reseña. Pues, en realidad, no he leído toda esta colección de tapa dura. No todavía, quiero decir, porque este tomaco es de esos que gusta disfrutar un poco, cada no mucho. Degustar, picar, como en un buffet. Y tienes “comida” suficiente porque para empezar, este tomo cuenta con más de mil doscientas páginas donde encontrar todos los minicomics o tiras cómicas -las llamaría yo pese a no tener ese formato-, todos los que fueron lanzados en asociación con la marca de juguetes Mattel que es la dueña de los derechos de He-Man. Como digo, una colección que creo que debería saborearse cada poco, y no darse un atracón. Dicho esto, he leído lo suficiente como para tener una idea bastante sólida de la maravilla que tenemos entre manos. A esto añadid entrevistas, ambientaciones para el trasfondo, las tiras asociadas con mis Masters favoritos (en caso de que se lo pregunten: Trap Jaw, un criminal de la dimensión Infinita, ahora, un poderoso señor feudal del Mal, y Tri Klops, originalmente un rastreador y caza-recompensas inter-dimensional, que después de un accidente donde quedó ciego fue forzado a usar un visor de tres ópticas que aumentó sus habilidades de rastreo); portadas, relatos de dicho mundo, ilustraciones para el recuerdo… Puedo afirmar, sin temor a replica, que la edición de He-Man y los Masters del Universo: La Colección de MiniCómics Completa tiene absolutamente todo-todito-todo lo que un fan de He-Man podría esperar.

Incluso un poco más. Y en un solo tomo. Un ómnibus de los más imprescindibles que se pueden recomendar si fuiste niño de los 80. Un conjunto de relatos ideales para conocer a tutiplén dicho mundo. Se trata de cómics que, en su momento, se publicaron en reducidas dimensiones junto a la colección original de figuras de la franquicia. Pero en estas historias participaban guionistas y dibujantes de renombre como Alfredo Alcalá (para mí el mejor ilustrador de Conan), Mark Texeira (Lobezno), Larry Houston (X-Men: The Animated Series) o el mismísimo Bruce Timm, uno de los creadores de Harley Quinn y de Batman: The Animated Series, entre otras maravillas de DC Cómics. En USA, esta maravilla se la saca de la manga Dark Horse Comics, que busca una posible colaboración con Mattel para publicar dicha joya. En nuestro país es ECC Ediciones quien hace caso a los fans (esto es importante) los cuales piden una y otra vez la publicación de esta maravilla y termina por hacernos caso. El afecto puro y desenfrenado mostrado por los creadores hacia una franquicia que es puramente inspiradora y que esplende Fantasía y argumentos currados que percibes en cuanto profundizas.

Personalmente, nací exactamente en el momento adecuado para que He-Man y los Masters del Universo me gustara porque fui niño de edad adecuada para sentarme por la tarde en el sofá de casa y no tener otra preocupación que disfrutar con las historias de la serie de TV. Crecí con los dibujos animados, con las figuras, y sí, estos muñercos fueron una de las cosas más solicitadas a los Reyes Magos en diferentes años. En una época donde tener más de una o dos de estas figuras era sinónimo de tener una familia muy pudiente. Pero donde lo poco, se disfrutaba mucho.

Así que podréis decir que no soy objetivo con esta reseña. Pero dudo mucho que a quien le haga ojitos He-Man y los Masters del Universo lo pueda ser. Mil doscientas páginas de cómics. Calidad por los cuatro costados; tiras bellamente recreadas, escaneos cristalinos pero con el encanto de los originales. Tamaño de página algo más pequeño que el cómic-book pero ideal para que el tochal no te eche los brazos abajo. Incluso la calidad de página es de las más suaves que te puedes encontrar. Con lo dicho además, entrevistas que son fantásticas en su mayor parte y verdaderamente reveladoras como lo que cuenta Gary Cohn o Michael Halperin, por ejemplo. Aunque me hubiera gustado poder leer la opinión de Bruce Timm sobre su tiempo trabajando en la franquicia. Pero bueno, siempre es interesante volver atrás cuando hacerlo es apelar a la nostalgia, a la buena, volver de algún modo a una de las mejores épocas de tu vida. Y eso es lo que ha conseguido He-Man y los Masters del Universo: La Colección de MiniCómics Completa en mi caso.

Reseña: Marshal Bass. Su Nombre es Nadie, de Darko Macan, Igor Kordey y Vitkovic

Marshal Bass creo que es el único serial western en formato cómic que he seguido fielmente en toda mi vida. Tiene el toque que me gusta del género; el melancólico, el desvaído, el alejado de toda sociedad y con encuentros a vida o muerte en los vastos páramos de una todavía salvaje América del Norte en muchos campos, nunca mejor dicho. Un inmenso desierto de frondoso follaje, montañas y ríos. Un edén donde todo ser vivo lucha por obtener un territorio o su sitio en una vida de desolación social.

River Bass es el primer afroamericano en el Servicio de Alguaciles de Estados Unidos. Es el único que puede infiltrarse con facilidad en ciertos grupos pues muy pocos saben de su puesto. Aceptó la estrella que lleva en el pecho para luchar por los derechos de los considerados diferentes. Respeto e igualdad. Si hace falta él solo se enfrentará a la crueldad de un mundo, de un enorme país que empieza a emerger en base al dólar. Y con cada álbum, una nueva aventura.

ECC Ediciones recién publica el tercero de ellos. Tercero de seis que tiene la colección original. En Su Nombre es Nadie (título potente para peli del Oeste, ¿no), nos trasladamos a la granja de River Bass, donde su esposa Betsabé cuida siempre con cariño de sus hijos. Don Heraclio Vega, un acaudalado terrateniente mexicano, aprovecha la ausencia del marshal para hacerle insinuaciones a su mujer, pero ella no está de humor. Además, la hija mayor de ambos ha desaparecido. Se ha largado con un joven indio, guapo, que pasaba por allí, del que se enamoró. Ni una palabra, ni un adiós, solo Dios sabe dónde puede estar. Mas, en un lugar peligroso, seguro. Así que nada de aventuras. El asunto se convierte en algo personal. Y River Bass durante el rastreo se teme lo peor. Han huido hacia territorio indio, a la guarida de sus peores enemigos, lugar de residencia de la familia de un hombre al que mató y cuyos integrantes juraron matarle. Las cosas que hacemos por los hijos.

Los nuevos westerns en formato cómic se comparan implacablemente con las referencias del género. Fue el caso de Undertaker comparado con Blueberry. Además, tras grandes westerns como Blueberry, Durango, Buddy Longway o Mac Coy, algunos piensan sobre el riesgo de caer en la repetición o la banalidad de las historias. Sin embargo, yo veo todo lo contrario. Yo, que desde pequeño nunca sentí gusto alguno por las pelis del Oeste (que tanto gustaban a mi padre), ahora que ya tengo una edad, veo todo un mundo de posibilidades, de historias, de argumentos, inspiración pura en una época donde poder desarrollar grandes historias de género negro. Pues, sin duda, la tan de moda novela negra actual desciende de aquí. Lo recalco nuevamente. Y es que mi pasión actual por el western bien labrado como se puede encontrar en Marshal Bass, simplemente, me hace feliz. Feliz de ver llegar un nuevo cómic en un género que podríamos pensar que está saturado y donde todo se ha dicho y esta serie demuestra que no. Pero un NO rotundo. El escenario suscita temas reiterativos del género, sí: la condición de los esclavos, la forma en que se trata a los libertos, las opiniones de los blancos sobre negros, etc. Pero lo potente aquí es la trama-aventura central. La que afecta al protagonista de cerca. Tenemos, pues, un trasfondo tan interesante como la propia trama y su parte gráfica.

Black & White y Asesinatos Familiares ya me impactaron por su ambiente y trama. Su Nombre es Nadie es una pepita de oro más en una serie que os súper recomiendo. A tener en cuenta siempre, el trazo poderoso de Igor Kordey -siempre con ese aire a Richard Corben-, que aquí vuelve a mostrar unas hermosas splash-pages dobles, magníficas puestas de sol y una hermosa reproducción cromática esencial para el mejor ambiente en una historia del Oeste.

Reseña: Sueños Pesados, de Alberto Breccia

Leer cómics de Alberto Breccia está dirigido más que nada a los que aman el arte. Especialmente, los que disfrutan del dibujo, la ilustración, de un lienzo. Para los que la asignatura Historia del Arte era un paseo en clase o una hora de agradable de ver cosas y aprender con algo que te gusta. Un paseo con buena temperatura por un parque. O un buen rato bien acompañado de la mano de tu pareja por un museo de grandes pintores. Alberto Breccia (1919-1993) era un autor de arte exquisito, de esos ilustradores que te preguntas si no estaban en el medio equivocado por el trabajo que hacían. Tener/leer/degustar sus cómics es puro deleite para los amantes de las imágenes evocadoras, y en especial, la acuarela. Aparte, en mi caso, tenía ganas de volver a Breccia -ahora que ECC Ediciones está publicando obras de este maestro en formato álbum europeo-, por que lo pasé realmente bien con ¿Drácula, Dracul, Vlad? ¡Bah…! (https://www.cronicasliterarias.es/?p=2920), donde el autor hace alusiones a la obra clásica pero de un modo irreverente. Me gusta ese tono pero también me mola su modo de ver y adaptar las historias de Lovecraft u otros grandes autores del horror más clásico conocido.

En Sueños Pesados y pese a su aparente simpleza, lo primero que sorprende es la portada. Donde sabemos ya más o menos a lo que nos dirigimos: el cuento de horror basado en imágenes grotescas. Pero hasta que no abrimos el álbum no comenzamos a ver qué sucederá. Sueños Pesados es una recopilación de cuentos -de toda una serie de relatos ilustrados que se publicaron en la colección de Fantagraphics Books y An-Book y que en el país galo, por ejemplo, se llamó Cauchemars (Pesadillas). Historias creadas en 1981 en pleno top creativo de Breccia que realizó junto al guionista Norberto Buscaglia los cuales re-imaginan para la ocasión los cuentos La última visita de caballero enfermo, El anciano terrible, Mujima, El extraño caso del doctor Jekyll y Mr. Hyde y La noche de Camberwell.

¿Os suenan? Más de uno conoceréis, estoy seguro.

Historias que son el soporte de un cuestionamiento metafísico de Breccia. Te vas dando cuenta con el paso de las ilustraciones, de los lienzos (por que casi cada viñeta lo es), que hay un mensaje intrínseco en la trama. En el dibujo. En los lienzos, se percibe un mensaje de que la vida es solo un reinicio eterno. Pero, ¿es un homenaje a las novelas y cuentos de los que se inspira? ¿Es solo una hazaña gráfica? Me da la sensación de estar ante historias que golpearon el corazoncito de Breccia en su día. De ser tramas que no pudo reprimir el deseo de ilustrar por tener personajes llamativos que nadan en una nauseabunda y maleable atmósfera. Personajes que se desprenden de ella.

El dibujo de Breccia es tan interesante como siempre y sabe cómo crear una atmósfera lúgubre para sus historias. De hecho, la “historia silenciosa” de este álbum es para pensarla o comentarla con alguien durante una taza de té. Un hombre que duda de su realidad, tres ladrones que planean robar el tesoro que un anciano guarda en su casa, un mercader se encuentra con una mujer que llora desconsoladamente, el amigo del Dr. Jekyll contando un encuentro que tuvo con Mr. Hyde y en Londres, un tipo que teme perder sus posesiones ante una situación extrema.

Cinco relatos que se quedan en el pensamiento.

Un álbum que se lee rápido y que se recomienda fácilmente.

Reseña: The Walking Dead. Los Muertos Vivientes. Volumen 1, de Robert Kirkman, Tony Moore, Charlie Adlard y Cliff Radburn

Si algo te encantó, normalmente tu cuerpo te pedirá volver a ello. Si te gustó en su día, si no lo terminaste, si consideras que no le prestaste demasiada atención… Todo esto son detalles convertidos en espinitas que se quedan dentro. Y que solo se liman cuando vuelves. Otro tema es que te lo pongan fácil, que ECC Ediciones se haga con una licencia poderosa como es The Walking Dead (¡Y otras obras de Kirkman! https://www.cronicasliterarias.es/?p=4061, por ejemplo), y saquen nuevamente la serie desde el principio. Desde el momento uno, en tapa dura y en volúmenes que recopilan nada más y nada menos que doce numeracos… que para mí son sentada y media. Entonces, ¿quién dice no a comerse un buen plato de pescaíto frito?

Una serie que se distingue por el poderío de un enorme elenco de personajes bien construidos y en profundidad. Una serie que además maneja argumentos o arcos en una especie de diagrama de flujo que se suceden dentro el uno del otro. Y todo a su vez dentro de una enorme circunferencia argumental como es saber que el mundo se ha ido a la mierda por una enfermedad que nadie conoce pero que provoca que los muertos se levanten de sus yacimientos. Guiones que se separan claramente por nombres y donde cada uno termina (o empieza) con una situación impactante.

The Walking Dead, además de ser un titulo que le valió a Robert Kirkman para despegar en el mundo del cómic hacia el infinito y más allá, se caracteriza también por marcar un antes y un después dentro del cómic de Terror, y por supuesto, por volver a poner de moda los zombies en esta época actual (para mí, nunca se fueron). Kirkman ha demostrado tras su éxito ser un tío emprendedor, que en nada monta su propia editorial, participa en todas y cada una de las series que esa editorial edita, un autor que se reinventa a sí mismo y (importante) cumple lo que promete. Como prometió que The Walking Dead (pese a ser la gallina de los huevos de oro) un día quedaría cerrada, pese a que esa no era la idea desde el principio.

Y después de números y números, los que nunca hayáis leido nada, vais a comprobar por vosotros mismos que este cómic es eterno así como DIFERENTE A LA SERIE DE TV. Que tiene detalles más guapos e impactantes y que algunos personajes no salen (ni se les espera) en el cómic. Donde tras el paso de las páginas -a nivel de autor- muchos os vais a preguntar cómo demonios lo hace para mantener la intriga y el suspense en CADA NÚMERO.

Este Volumen 1 congrega los respectivos números del #1 al #12 de la serie. Donde empieza todo. Con esa famosa escena de Rick siendo un mero paciente desvalido que despierta en un hospital donde no hay nadie. O al menos, nadie vivo. ¡A la mierda todo! El mundo como lo conocemos ya no existe, Rick empieza a recordar quién es y cómo acabó allí y lo más importante: ¿Dónde esta su mujer y su hijo? A partir de aquí, arranca el motor alemán que ruge con fuerza y empieza a encontrarse con personas que necesitan ayuda, otras (muchas) que buscan su propio beneficio (el egoísmo innato del ser humano) y unos seres muertos que jamás descansaran en su intento de devorar su/tu/vuestra carne.

Aquí empieza lo bueno.

Esta gran historia de un mundo apocalíptico donde los zombies empiezan siendo el problema pero con el paso del tiempo ya no son el principal obstáculo para sobrevivir, multiplicó sus seguidores gracias a la serie de TV. No es para menos. Aunque con todo aquel que tengo ocasión de comentarlo, siempre le aconsejo que recurra a la fuente. En mi opinión, el cómic The Walking Dead le da tres mil vueltas a la serie de TV. Ocurren cosas que te dejan flipado desde el primer momento. Desde el principio sabemos que no hay un próspero futuro para esta historia; la brutalidad, la violencia, el amor en todos sus formatos y el salvajismo vuelven a estar patentes pero, ¿de forma desmedida? No. Real. Estoy seguro que esta serie os va a hacer asentir con la cabeza en más de una ocasión. Cantidad de escenas te llevan a ello. Anda que no, esto pasaría..., te dirás en voz baja.

The Walking Dead es el más claro ejemplo dentro del noveno arte donde se representa demasiado bien la máxima escrita por el filósofo inglés Thomas Hobb en su obra El Leviatán: «Homo hominis lupus».

«El hombre es un lobo para el hombre».

Reseña: Hijos del Mundo Mutante, de Richard Corben y Jason Strnad

¿Una edición en tapa dura recopilada de historias que han estado agotadas durante treinta (casi cuarenta diría yo) años? ¿De los grandes maestros de la industria del cómic Richard Corben y Jan Strnad? ¡Caramba, Paco, no lo pillas! ¿Dónde andas? ¡Llámame y hablamos de esto! Que él dirá: «¿Y dónde encontrarlo antes que debatirlo?». Échale un ojo a lo que está publicando ECC Ediciones, melón, que ya publicó Mundo Mutante (https://www.cronicasliterarias.es/?p=3249) y ahora nos trae su secuela…

Mutant World fue creado en 1978, escrito por Richard Corben y Jan Strnad, con ilustraciones del propio Corben. La serie fue publicada originalmente en las revistas de Ciencia Ficción de la Warren que a nuestro país trajo su asociada Ediciones Toutain allá por los años 70 u 80. Contaba en la otra reseña que en particular, yo llegué a las obras de Corben por el camino del miedo, del buen Terror que publicaron revistas como Creepy, Eerie, Vampirella o 1984. Toda una serie de revistas geniales que en USA publicaba Warren Publishing y que aquí… Bueno, ya lo he dicho. Donde Richard Corben era referente. Revistas de historietas en blanco y negro, algunas en color para imponer más, “Fantasía para Adultos”, que provocaban a saltarse las normas como niños y trepar hasta lo más alto del ropero de tus padres.

Resumiendo: Mundo Mutante fue (en palabras de Jan Strnad)… una historia post-apocalíptica sobre un mutante llamado Dimento y su búsqueda del amor y la supervivencia en un mundo que ya no alberga apenas cariño por los seres vivos. Pero en el transcurso de su aventura, se enfrenta a bestias salvajes, un fanático religioso, criaturas del alcantarillado, científicos locos y mutantes deformados decididos a estafarlo, en especial, con esos escasos alimentos que uno gana con tanto esfuerzo. Cuentan que a Richard y Jan no les gustó nada cómo los editores de 1984 retocaron la serie para la revista. El diálogo se cambió y las viñetas se movieron de sitio sin ningún aporte creativo. Por lo que, posteriormente, se publicó una versión en formato novela gráfica de la historia, restaurando todos los cambios editoriales y agregando varias páginas para desarrollar la historia entre capítulos.

Hijos del Mundo Mutante fue una continuación que se imprimió en una serie de cinco cómics de la editorial clandestina, Fantagor Press. Los primeros problemas fue el color, la calidad de impresión no fue la mejor, los siguientes problemas se encontraron en el blanco y negro. Un formato que también se reimprimió en formato de novela gráfica para Europa pero nunca en inglés. Bien, pues ahora nos llega esta nueva edición restaurada y en color que junto a su hermana mayor Mundo Mutante queda genial en la cómicteca física pero también en la de nuestras cabezas. Comprender la historia como un todo se hace brillante con esta obra.

Hijos del Mundo Mutante se centra en la hija mayor de Dimento, Dimentia, su compañero oso, Ollie, y un puñado de otros supervivientes en un viaje por encontrar refugio seguro en una isla. Una historia que se resume en dos frases pero que hay que vivirla. Un proyecto que ahora podéis encontrar en librerías en dos ediciones de tapa dura, en un formato económico y llevadero, una obra que proviene de una versión deseada (y ansiada) por fans que salió adelante en Kickstarter. Donde por primera vez se rescató las obras en inglés en un solo volumen integral de esta maravilla del noveno arte contemporáneo.

Explosivamente violenta, mordaz, cargada de fatalidad, erotismo y brutalmente divertida, esta mini-saga.

Richard Corben siempre será uno de mis tres ilustradores favorito. Se centró en mi amado género de Terror y por eso tengo que quererlo más que a los demás. Pero siempre tuvo muy presente la CF y eso merece mis respetos. Tener por fin este volumen y su predecesora Mundo Mutante en mi poder después de tantos años, se resume en la bonita palabra que empieza por F y acaba por -dad. Una minicolección en tapa dura a un precio imbatible que nadie debería perderse si de verdad ama el buen cómic hecho en USA en las mejores décadas creativas que ha conocido el noveno arte.

Reseña: Trillium, de Jeff Lemire y José Villarrubia

De sobresaliente me categorizaron en su día esta historia de Jeff Lemire, cuando yo andaba buscando una buena historia de Ciencia Ficción para degustar en formato cómic. Algo actual. Pues resulta que ahora en la Biblioteca DC Black Label, la nueva colección de ECC Ediciones donde se están agrupando bastantes joyitas del autor (https://www.cronicasliterarias.es/?p=4194); llega una nueva edición, de Trillium revisada y ampliada con material inédito descriptivo de todo lo que conllevó al proceso creativo de esta trama que no deja indiferente. Sin duda, una mirada original a ese gran proyecto personal que brotó de Lemire y que fue nominado al mismísimo Premio Eisner a la Mejor Serie Limitada allá por 2014.

Una historia contada en paralelo, con un protagonista del futuro lejano y otro de casi cien años. Así se maneja la trama de Trillium, historia que expone una tesitura: ¿Sigues al hombre o sigues a una mujer? ¿Buscas sin cesar en el pasado o te apresuras desesperadamente a salvar el futuro? En el centro de toda tesis hay una base que podría contener la clave para la iluminación, la salvación… incluso para el amor. Lemire propone una trama audaz donde logra (¿fácilmente?) que los lectores se involucren en esta miniserie de ocho números ahora recopilada a modo de novela gráfica en un maravilloso tomo en tapa dura.

No adornado al estilo de Sweet Tooth (uno de mis cómics post-apocalípticos favoritos), este canadiense viejoven nos engancha de inmediato a este nuevo mundo intrépido (o viejo, según sea el caso) que se cuenta en el cómic. Un primer capítulo intrigante y lleno de fascinantes escenas alternativas que piden una disección en una buena tarde con amigos tomando té. Trillium, catalogada como la «última historia de amor jamás contada», cuenta el relato de dos personas diferentes, de dos lugares distintos tanto en el tiempo como en el espacio. Se empieza mostrando dos secuencias: una ambientada en el año 3797, siguiendo a la científica Nika Temsmith, y la otra ambientada en 1921, siguiendo a William Pike, mientras busca el Templo Perdido de los Incas. Cómo se encuentran estos dos es el quid de la cuestión, así que no lo estropearé aquí. Pero es seguro decir que ese misterio tras el por qué/cómo/quién de esta trama es la salsa alioli que convierte un serranito en manjar.

Lemire hace más trabajo en catorce páginas que la mayoría de los guionistas en veintitrés. Ejemplo claro es el primer número que abre esta serie. Divide temas pero los reúne pronto. Cada historia y cada mundo en Trillium están bien desarrollados. Lemire nunca pierde el ritmo, lo que demuestra que conoce el oficio. La mitad del problema de Pike es más fácil de digerir, debido a sus orígenes más terrenales, pero no lo empeora. De hecho, es un movimiento inteligente tener la mitad de la historia basada en una realidad más cercana a la nuestra, ya que se vuelve más fácil a la hora de identificarnos con Pike, mientras lucha contra sus propios demonios en tiempos de guerra. Pero eso no quiere decir que la parte de la historia de Nika sea infumable, a ver, un virus misterioso que está acabando lentamente con la raza humana y alguien tiene que hacer algo, no es moco de pavo.

Ser el héroe ante la niebla.

Hay una verdadera sensación de fin-de-todas-las-cosas en esta historia. Es evocadora en bastantes momentos, conmovedora e interesante. Y muchos detalles se extienden más allá de la ficción que nos están contando. Desde hace mucho, soy un gran admirador del estilo artístico de Lemire, y combinado con su antiguo colaborador en Sweet Tooth como es nuestro paisano José Villarrubia, realmente lo clavan aquí. Los personajes son expresivos y las acuarelas ofrecen una lectura gustosa en cantidad de momentos. Si bien algún lector se puede quejar del estilo surrealista de Lemire, es que no lo conoce. No es un dibujante para todo el mundo…, hasta que ves de lo que es capaz. Sabe cómo adaptar una historia a su trabajo.

Trillium es, para sorpresa de nadie, una obra brillante.

Reseña: El Poder del Fuego. Preludio, de Robert Kirkman, Chris Samnee y Matt Wilson

Para los que aparte de lectores somos coleccionistas, El Poder del Fuego es de esos cómics que vienen para rellenar esa parte de tu extensa cómicteca en la que curiosamente tienen muy poca presencia las historias de artes marciales. En la mía hay cositas, sí, pero cómics clásicos algunos resguardados en bolsas de plástico y otros en sendos integrales que han sido recuperados hace poco por las grandes editoriales del momento. Pero en definitiva, cómic clásico. No historias modernas como El Poder del Fuego que se centran en el glorioso tema que nos encandilaba a los que fuimos niños soñadores de poseer las patadas voladoras de Bruce Lee.

Mi amigo internetero Pete que vive en la calle más céntrica de Queens (Nueva York), me habló de esta nueva serie hace un tiempo. Dibujada por la increíble Chris Samnee y escrita por el mega-conocido Robert Kirkman (el hombre que resucitó a los zombies para esta nuestra actualidad). Así que comencé a buscar. Indagando, me dije algo: «Vaya pintaza. Esto tiene que llegar en español». Y esperé. Buenísima noticia no mucho después cuando pudimos leer que ECC Ediciones se hacía con varios títulos de Kirkman, de los que ya están publicando su famosa The Walking Dead en geniales tomos en tapa dura y lo más importante, económicos. Pero donde aparecerán más títulos de este polifacético hombre. Bien, pues ya he podido disfrutar de este primer volumen que es el Preludio de El Poder del Fuego.

El concepto entra como una mini-trama independiente donde seguimos a Owen Johnson, un joven que intenta resolver el misterio detrás de sus padres, hecho que le lleva a un enclave secreto, un misterioso templo Shaolin que encuentra durante un viaje a China. Allí aprenderá artes marciales (incluida una habilidad que nadie ha demostrado en décadas), y donde hace nuevos amigos. Para después verse inmerso en una constante pelea que termina por convertirse en una lucha infernal. Empujado por el hype tras leer este inicio, ya me he enterado de varias cosas. No pude esperar más. Es de esas series que te enganchan desde la primera página, una serie regular que empieza pero que se decide sacar desde el principio en este país ya de buenos tomitos en tapa dura muy llevaderos.

Por lo visto, la historia se retomará quince años después, cuando Owen ya se ha asentado en una cómoda vida familiar con su increíble esposa (oficial de policía), dos hijos adolescentes y una multitud de amigos y parientes. Es decir, que la trama da un paso adelante y los personajes se multiplican a la vez que esplenden. El don de Kirkman, claramente.

Gloriosos personajes, problemas casi bucólicos, una familia que parece llevar una vida normal y un protagonista que a través de flashbacks nos cuenta lo que tiene en su interior y vivió tan intensamente en tierras orientales. Owen Johnson no es un cualquiera y si tiene que luchar para proteger a su familia y evitar que su vida anterior se inmiscuya en lo que ha construido, lo hará.

¿Necesito deciros que el arte de Samnee me enamora? Me encantan estos diseños de una ilustradora que es una maestra del estado de ánimo y el estilo. Os puedo decir que cada página tiene su encanto. Me parece impresionante como dibujos aparentemente sencillos pueden tener un encanto tan enorme.

Robert Kirkman, Chris Samnee y Matt Wilson nos llevan de la mano a un viaje que encantará a los fans de las películas clásicas de artes marciales. Owen Johnson busca descubrir los secretos de sus padres biológicos que lo dejaron en adopción en circunstancias extrañas en los Estados Unidos. En este Preludio sabremos porqué Owen parece ser El Elegido de algún poderoso destino. No es una historia original, lo sé, pero lo que hace que esta trama de Kirkman parezca diferente es la ejecución de la serie y la trama familiar que se produce después. El Poder del Fuego atrapa el costumbrismo que también fabricó en Invencible, la gran obra de superhéroes de Kirkman.

El Poder del Fuego es esa nueva serie que me tiene flipado y que he decidido seguir tomo a tomo tras haber finalizado mi amada (en cómic) The Walking Dead. El mejor cómic de personajes de todos los tiempos.

Reseña: ¿Drácula, Dracul, Vlad? ¡Bah…!, de Alberto Breccia

Alberto Breccia es de esos autores rarunos con el don de atraer a un filón de seguidores con su obra. Obra diferente, es poco decir. No obstante, cuando el río suena, agua lleva, y está bien a veces dejarse llevar por el agua limpia; un poderoso atractivo para el ser humano. Agua limpia. El tipo de tira cómica cuyo principal interés es el dibujo. Al menos, en este ¿Drácula, Dracul, Vlad? ¡Bah…!, que acaba de traer a la vida actual la siempre referente ECC Ediciones. Una obra publicada originalmente entre 1984 y 1985, donde el desaparecido autor sudamericano ejerce como autor completo para desarrollar cinco historietas mudas en las que ofrece una mirada muy diferente al icónico personaje surgido de la imaginación de Bram Stoker. ¿Un homenaje al cine mudo? ¿A aquel gran Nosferatu? Pasen y vean, como decía el Conde…

Personalmente, Breccia es uno de los pocos autores que agradezco su estilo raro que invita a descubrir que está pasando en lo que cuenta. Es además, de los que me cuesta describir su obra, ya que a veces es difícil pillar bien lo que quiere representar. Es como cuando en el instituto, en Historia del Arte (¿existe aún esta asignatura?), teníamos que hacer un comentario sobre el lienzo de algún abstracto pintor. Ocurre igual. Tienes un dibujo que engatusa, pero con no mucho esfuerzo (en esta ocasión) sí que se entiende lo que quiere representar. Y sí, es de todas-todas un homenaje a mi querido Drácula, al del cine, uno menos poderoso y más decaído, un ser que gana en escenarios y ambientaciones donde el diálogo está sobrevalorado.

Así llegamos a cinco mini-relatos donde encontrar al famoso Conde de Transilvania en situaciones algunas muy rocambolescas; véase la visita al dentista para hacer algo con su descalabrada dentadura. Casi en una decadencia continua, encontramos al príncipe Vlad sufriendo un declive ya casi en cada situación que se le presenta (la accidentada búsqueda de una nueva víctima con la que saciar su hambre, la profunda tristeza por el bienestar de su amada o el encuentro con el mismísimo Edgar Allan Poe). No obstante, incluso si las historias son desiguales, el conjunto está por descubrir. Merece mucho la atención los pizarrones que se marca el maestro Breccia en algunas partes del álbum. El estilo muy personal de Alberto Breccia, sin ser unánime, tiene el mérito de ser, cuando menos, original e innovador. Yo realmente aprecio esta osadía en la disposición de los colores formando patrones jaspeados para dar vida a personajes «mosaicos». La representación de ciertas viñetas es única. Dignas de ser trasladadas a cuadros. En cuanto a las historias, el autor retrata a un Drácula temible, eso siempre. Pero con muchos reveses. Y no es nada desdeñable pensar que a través de este humor satírico, el autor uruguayo-argentino estaba describiendo las atrocidades cometidas en su país en la década de 1970 durante el alzamiento militar.

Quiero alertaros una vez más que ¿Drácula, Dracul, Vlad? ¡Bah…!, es ilustración. Es belleza gráfica, casi abstracta, con un mini argumento detrás. Es un álbum que complace dedicarle un momento a ojear y pensar, como si de un hermoso libro ilustrado se tratase. Breccia se considera uno de los maestros del blanco y negro, sin embargo, aquí se nota que también sabía manejar el color con el mismo virtuosismo. Como fans de todo lo que contenga el nombre Drácula (myself) tenéis que haceros con el tomo sí o sí. Como seguidores de Breccia, es obvio. Como curiosos, estáis ante una cueva oscura en la que desde fuera se ve que relucen ciertos colores en su interior. En la que revolotean murciélagos.

Si es vuestro deseo, pasen y vean.

¡Lo decía el Conde!